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viernes, 6 de octubre de 2023

Río revuelto de Joan Didion

Sinopsis:

En un caluroso verano de 1959, el matrimonio formado por Everett McClellan y su esposa Lily, bisnietos de una larga línea de pioneros californianos, ven cómo se derrumba su vida bajo el peso acumulado de falsas apariencias, errores y traiciones. La historia comienza y termina con un disparo cuya detonación lanza al lector veinte años atrás. 
Tomando el pretexto de un drama doméstico aparentemente inofensivo, Didion traza, con precisión quirúrgica, un fiel retrato de la clase media californiana de la época y retuerce los clichés románticos para retratar como un visionario la imagen de una América que se halla al final de los sueños y se adentra en una temporada crepuscular de la que parece ya no resurgirá.

Opinión:

Hoy os hablo de Río revuelto, una obra que tardó siete años en ver la luz y que fue rechazada por doce editoriales. Esta ópera prima de Joan Didion fue publicada en 1963, cuando tenía tan solo 29 años, y quizás lo que más sorprende es la madurez que esconde su escritura.

Esta lectura surgió fruto de una recomendación y creo que se ha adaptado bastante a la idea original que tenía sobre ella.
La novela está narrada en tercera persona y pertenece a la conocida corriente del Nuevo periodismo que se hizo tan común en la década de los sesenta. En esa corriente literaria se narraban sucesos desde una óptica distinta, más directa, en la que el lector quedaba convertido en un testigo de primera línea, viendo pasar los hechos ante él como si fuese el espectador de una película, y donde se priorizaban las emociones de los protagonistas más que el hecho en sí.

Se ajusta a la estructura In extrema res, es decir, comienza por el final o en un hecho muy próximo a él.
A partir de ese momento la trama retrocederá veinte años, hasta 1938, y desde ahí se retomará el relato de forma lineal, un relato que nos llevará a conocer a los McClellan a lo largo de dos décadas, pero sobre todo que irá mostrando cómo han llegado hasta ese punto inicial que se ha convertido en desencadenante dramático y sus consecuencias. 

A lo largo de esas dos décadas seremos testigos no solo de los hechos sino también del arco de transformación de los personajes, algo importante porque, en este drama cargado de clichés, muchos de los personajes tendrán un arco descendente. 

La narración se centra en un único hilo conductor, el del matrimonio formado por Everett McClellan, aunque será Lily, la esposa, el eje central de la trama. Ese relato no va a sobresalir por una gran profundidad, es más bien un contar los hechos de forma superficial, en vez de un mostrar, porque el narrador centrará su atención prácticamente en los sentimientos de los personajes femeninos.
Joan Didion no profundiza, deja en manos del lector esa tarea, la de rascar en la superficie de unos protagonistas que esconden entre silencios su verdadera personalidad. Ellos no piensan en voz alta y muchas veces lo que cuentan es menos de lo que quieren o pueden decir. 

Hace tres o cuatro años leí un artículo sobre este libro y me llamó muchísimo la atención por lo que contaban de los personajes femeninos, y fue por eso que tomé nota del título hasta que por casualidad me topé con él.
En ese artículo hablaban sobre Lily y Martha, los dos personajes femeninos que nos dan a conocer, y las trataban como si fuesen dos heroínas; dos mujeres que gozaban de gran libertad y que manejaban las riendas de sus vidas; dos mujeres libres que sabían en todo momento lo que querían, y lo cierto es que me ha sorprendido no encontrar nada de eso.
Entiendo que la fecha del artículo que coincide aproximadamente con la fecha de publicación del libro en castellano por la editorial Gatopardo, coincide en pleno con el auge del  movimiento #MeToo, pero en serio, no hace falta guiar al lector hacia una lectura revistiéndola de algo que no es.

Lily y Martha son dos mujeres atrapadas en su época, pertenecientes a familias acomodadas y que parecen tener voz, pero a las que nadie escucha. 
Dos mujeres que sueñan con una meta, pero no saben como llegar a ella, y que ven que el tiempo pasa y que todas las situaciones a las que se enfrentan terminan escapando de su control, pero es que, en esta obra, tanto hombres como mujeres, están perdidos o son perdedores. 
Se habla de un idealismo, del gran sueño americano, pero ¿qué sueño es ese, para una sociedad que acaba de salir de la Gran Depresión y se ve arrastrada a la II Guerra Mundial?, porque en el tiempo interno de esta novela esos son precisamente los hechos que se esconden detrás de la trama y de los personajes.

De verdad, que para vender un buen argumento no hacen falta subterfugios, y en ese caso el articulista se centró en los detalles pero se le escapó, desde mi punto de vista, la esencia. 
Quizás Didion fue una gran feminista, yo no digo lo contrario, pero intentar analizar una obra de los sesenta y verla bajo el nuevo prisma feminista, el actual, es un sinsentido. Las cosas eran como eran y así las contó, y ahora son como son.

Río revuelto es una narración de esperanzas, de desengaños, de deslealtades, de celos y de fragilidad, pero sobre todo de la incapacidad de ser feliz o de reconocer la felicidad, y para mí ha sido una buena novela. Quizás y aunque pueda sonar redundante porque ya lo he mencionado, le faltaría esa profundidad que es muy común en el Nuevo Periodismo, pero sigue siendo una buena historia dramática.  

martes, 19 de septiembre de 2023

Madame de Treymes de Edith Wharton

Sinopsis:

En esta excepcional nouvelle de aires jamesianos, Wharton despliega toda su capacidad irónica para realizar, del modo más elegante y sutil, una denuncia de dos universos que se repelen en igual medida en que se atraen: el de la decadente y farisea alta sociedad francesa frente al espontáneo pero a la vez fatuo mundo americano. John Durham, un elegante caballero neoyorquino, regresa a París con la intención de casarse con su amiga de la infancia, Fanny Frisbee, recién separada del lujurioso marqués de Malrive. A pesar del amor que ambos se profesan, madame de Malrive decide renunciar al prometedor matrimonio, pues teme que la puritana familia de su marido se oponga a su divorcio y que un posible escándalo perjudique el buen nombre de su hijo. Durham decide recurrir a la cuñada de su enamorada, madame de Treymes, que hasta ahora se había mostrado favorable a la unión. Pero las escalas de valores de la enigmática dama parisina y del inocente americano son tan diferentes que, a pesar de las buenas intenciones de ambos, desencadenarán un trágico e inesperado final.

Opinión:

De nuevo me dejo al mismo tiempo conmover y sorprender por la destreza narrativa de esta autora y añado a este apartado virtual una de sus novelas cortas. de tan solo 128 páginas,  Madame de Treymes
Esta obra fue escrita en 1907 y en ella no solo encontramos una lección de moral, sino que también hallamos una historia en la que se ironiza sobre la rancia aristocracia francesa y el escándalo que conlleva el adulterio.

Edith nació en Estados Unidos en una familia de clase acomodada y a los 23 años se casó con Edward Robbins Wharton, un hombre doce años mayor que ella. El matrimonio, debido a las continuas y públicas infidelidades de él, terminó en divorcio, y eso, a pesar de afectar a la escritora, física y psíquicamente, fue el caldo de cultivo de una floreciente y prolífica carrera literaria. 
Madame de Treymes es un trasunto novelado de la infeliz relación que mantuvo con su marido. Un reflejo fiel de los acontecimientos que acompañaron su divorcio y una visión crítica de la sociedad en la que vivió, ya que en 1907, momento en que escribe esta historia, se estableció definitivamente en Francia.

La precisión y delicadeza de sus descripciones, sumada a la ironía y perspicacia a la hora de elaborar críticas sociales, han convertido su obra en ineludible, siendo el perfil psicológico de sus personajes otro de los elementos a tener en cuenta por la gran profundidad y complejidad que otorga a cada uno de ellos.

A través de esos personajes enfrenta y al mismo tiempo desnuda dos sociedades completamente distintas. La emergente y frívola alta sociedad americana, y la francesa, rancia, sobria y decadente. En la sinopsis señalan que son dos universos que se repelen en igual medida en que se atraen, pero yo no creo que sea exactamente que se atraen, sino que entre ellos nace una especie de simbiosis, una admiración y una dependencia subrepticia que les obliga a caminar al mismo paso.

Al comienzo de esta breve novela podemos pensar que el argumento gira totalmente alrededor de Madame de Malrive y del elegante John Durham, pero una vez conocido el contexto de la historia veremos que la verdadera protagonista, tal y como nos indican en el título, es la fascinante y compleja Madame de Treymes, mujer misteriosa a la par que inteligente. 
La doblez de este personaje femenino crea un gran contraste con la fatal inocencia de Madame de Malrive y John Durham, y ese conflicto nos ofrece una inquietante visión de la decadente e hipócrita alta sociedad francesa y del doble juego y los efectos que se esconden detrás de cualquiera de sus actuaciones. 
A pesar de esa doblez tan particular de Madame de Treymes, no debemos verla como alguien retorcido, porque no lo es. 
Es tan solo un personaje como otros tantos que se esconden en la Literatura Universal, fruto o víctima de una sociedad en la que el género y la jerarquía marcan el compás y donde la mujer ha desarrollado un papel marginado, siendo eso precisamente en lo que Wharton hace un mayor hincapié, en el aislamiento social.
El doble juego va a ser una constante en la trama, un elemento que genera, no voy a decir intriga, pero sí expectación, y esa duplicidad nos empuja hacia un final en el que Wharton fuerza la situación de forma estratégica.

Para ir terminando quiero mencionar dos cosillas que tienen relación entre ellas y con la editorial.

La primera es que os habréis dado cuenta de que no he hablado del resto de personajes...
El principal motivo es que son meros peones de la trama y de Madame de Treymes. Ya he mencionado que ella es el gran personaje, pero incluso así, creo que el lector tendría derecho a descubrirlos por sí mismo, y lo cierto es que no se nos da esa oportunidad. 
El motivo: que el argumento aparece totalmente detallado y descrito en algo que denominan sinopsis y que en cambio esconde un resumen preciso y pormenorizado.
 
No deja nada en manos de la imaginación del lector, e incluso me atrevo a ir más allá... Al final de esa "sinopsis asesina" se sugiere que la obra incluye un giro inesperado, un trágico e inesperado final. Solo por facilitar ese dato, solo por el mero hecho de revelarlo, ya arruina el giro.
Señores editores, los lectores no necesitamos que nos tutelen las lecturas. Tenemos derecho al libre albedrío, queremos sorprendernos con los giros y emocionarnos con los finales, para eso pagamos. Queremos descubrir las historias y disfrutarlas, porque una cosa es que se oriente, que se expongan los puntos generales de una novela, y otro que me cuenten de forma detallada el contenido.

Y hasta aquí la reseña de esta semana. Espero que deis una oportunidad a esta novela breve porque la culpa de lo citado no es achacable a la autora o a su calidad.

lunes, 31 de julio de 2023

Hamnet de Maggie O'Farrell

Sinopsis:

Agnes, una muchacha peculiar que parece no rendir cuentas a nadie y que es capaz de crear misteriosos remedios con sencillas combinaciones de plantas, es la comidilla de Stratford, un pequeño pueblo de Inglaterra. Cuando conoce a un joven preceptor de latín igual de extraordinario que ella, se da cuenta enseguida de que están llamados a formar una familia. Pero su matrimonio se verá puesto a prueba, primero por sus parientes y después por una inesperada desgracia. 
Partiendo de la historia familiar de Shakespeare, Maggie O’Farrell transita entre la ficción y la realidad para trazar una hipnótica recreación del suceso que inspiró una de las obras literarias más famosas de todos los tiempos. La autora, lejos de fijarse únicamente en los acontecimientos conocidos, reivindica con ternura las inolvidables figuras que habitan en los márgenes de la historia y ahonda en las pequeñas grandes cuestiones de cualquier existencia: la vida familiar, el afecto, el dolor y la pérdida. El resultado es una prodigiosa novela que ha cosechado un enorme éxito internacional y confirma a O’Farrell como una de las voces más brillantes de la literatura inglesa actual.

Opinión:

Hace un año os hablé por primera vez de esta autora, Maggie O'Farrell y de Instrucciones para una ola de calor. En esa reseña os contaba algunos elementos curiosos que había encontrado y que por lo visto deben ser fijos en su obra, porque se repiten de forma acertada también en esta.

El primero era utilizar un narrador omnisciente, muy observador, que comenta y contextualiza la acción persiguiendo a los personajes principales. Este narrador parece que los aísla, se centra exclusivamente sobre ellos y lo que pasa a su alrededor carece totalmente de importancia. 
Va a ser el encargado de ir contando la historia al tiempo que suceden los hechos. Va a conocer los secretos, los recuerdos, los pensamientos, es decir, todo lo que sucede detrás de cada personaje, porque entre sus características principales está la de la ubicuidad. 
Otro detalle es su calidad descriptiva. Al comienzo de cada escena nos va a describir a la perfección los escenarios, los ambientes, y va a colocar a cada personaje en su lugar, tal y como haría un narrador de cualquiera de las obras de teatro de Shakespeare. 
Tampoco hay que olvidar mencionar que va a conocer el pasado y el presente, y ese detalle lo empleará para incluir algunas escenas retrospectivas.

Mas coincidencias con "Instrucciones para una ola de calor" es que empezamos teniendo una idea sobre el argumento y a mitad de lectura esa imagen se disipa porque la historia da un giro y tira por otros derroteros.

El tercer y último elemento del que os quiero hablar son las elipsis narrativas; eso que se intuye pero que no se menciona, y que crea un misterio alrededor de los silencios.
Realmente estas elipsis no son creadas por Maggie O'Farrell, sino por la Historia, y es que de la vida de Shakespeare se sabe muy poco. 
En los registros históricos no se encuentran datos sobre él hasta el momento en que aparece en los corrales de comedias. Lo que sí se sabe con certeza es que se marchó a Londres para dar rienda suelta a sus sueños, dejando atrás a su familia, sin que ningún tipo de remordimiento le atosigase, y que esa familia nunca se reunió con él en Londres. 
En este punto es donde cobra importancia la imaginación y el saber conjugar con acierto realidad y ficción, sin que el lector sepa dónde empieza una y acaba la otra. 

O'Farrell, basándose en algunos detalles de la vida del Bardo, crea una historia coherente para intentar explicar cómo fue la creación de Hamlet, una de sus obras más famosas.  
Lógicamente, la autora se permite algunas licencias para rellenar vacíos y crear una obra de ficción inspirada en la breve vida de Hamnet, una historia donde el dolor irá unido a la creatividad.

En esta novela, Shakespeare no va a destacar, no va a tener un lugar primordial entre el elenco de protagonistas. Deberá conformarse con el espacio reservado para él en la historia de la Literatura y aquí, limitarse a tener tan solo un papel secundario, tal y como sucedía con Robert en "Instrucciones para una ola de calor". Va a ser alguien desde el que nace la trama, pero que después se retirará de escena, sin aportar mucho, porque Agnes y Hamnet tienen tanta fuerza que terminan eclipsándole.

La autora se encarga de silenciar a Shakespeare y dar voz a unos personajes desconocidos que pasaron de puntillas por la Historia, eclipsados por la fama del Bardo de Avon. 
Esos personajes van a ser Agnes, su esposa; sus hijos, Susana, Hamnet y Judith, e incluso otros familiares, en distintos grado de parentesco. Personajes que aunque secundarios van a resultar muy interesantes y serán los que den movimiento y vidilla a la trama.

Agnes acapara nuestra atención y le roba el protagonismo a su marido; un robo bien merecido, porque Shakespeare, al que no conoceremos por su nombre sino por los términos de marido o preceptor de latín, es alguien para mí egoísta, que no duda en marchar a Londres dejando atrás a su familia porque vive únicamente por y para el teatro. 
Shakespeare va a ser en este libro solo el marido, el padre, el hijo, el cuñado o el yerno al que se cita de refilón. Debemos olvidar, al menos durante esta lectura, que es considerado el escritor más importante en lengua inglesa, y remplazar esa idea por la de que es tan solo un personaje ambiental, de presencia necesaria, pero solo mencionado para generar el ambiente adecuado dentro del drama y para contextualizar.

Y ya para terminar...
En Hamlet, escrita en 1603, el Bardo resucita la figura de su hijo Hamnet y consigue para él la inmortalidad. 
Este dato, que la muerte de su hijo pudiese haber inspirado Hamlet, es algo que los críticos sostienen, pero que no está confirmado al cien por cien. Lo que sí se sabe con certeza es que Hamlet es la reescritura de una obra más antigua que no ha sobrevivido.

miércoles, 21 de junio de 2023

Expiación de Ian McEwan

Sinopsis:

En la gran casa de campo de la familia Tallis, la madre se ha encerrado en su habitación con migraña, y el señor Tallis, un importante funcionario, está, como casi siempre, en Londres. 
Briony, la hija menor, de trece años, desesperada por ser adulta y ya herida por la literatura, ha escrito una obra de teatro para agasajar a su hermano León, que ha terminado sus exámenes en la universidad y hoy vuelve a casa con un amigo. Cecilia, la mayor de los Tallis, también ha regresado hace unos días de Cambridge, donde no ha obtenido las altas notas que esperaba. Quien sí lo ha hecho, en cambio, es Robbie Turner, el brillante hijo de la criada de los Tallis y protegido de la familia, que paga sus estudios. 
Es el día más caluroso del verano de 1935 y las vidas de los habitantes de la mansión parecen deslizarse, como la novela, con apacible elegancia. Pero si el lector ha aguzado el oído, ya habrá percibido unas sutiles notas disonantes, y comienza a esperar el instante en que el gusano que habita en la deliciosa manzana asome la cabeza. 

Opinión:

Expiación de Ian McEwan fue publicada en 2001 y desde ese momento, tanto críticos como lectores, la han catalogado de obra maestra de la literatura contemporánea.
 
La novela se divide en tres partes más un capítulo final a modo de epílogo. 
En la primera parte, Ian McEwan nos presenta a los habitantes de la casa Tallis. Corre el año 1935 y de fondo ya empiezan a surgir ecos de otra posible guerra. 
En este comienzo el narrador hace un seguimiento individual sobre cada uno de los protagonistas que intervendrán en la trama. Nos muestra cómo es la familia en general e incorporará algunos personajes incidentales que pasarán a formar parte del conflicto. 
Hasta aquí todos los sujetos que intervienen parecen tener más o menos la misma relevancia, aunque vemos como Briony, la menor de la familia, despunta y va acaparando el centro de atención.

¿Qué saqué en claro de esa primera parte? Pues que me gustaba la ambientación, el modo en que se construían los personajes, el estilo elegante del autor, el enfoque del narrador, pero en cambio otros detalles relacionados con lo que denominamos el arma de Chéjov me hacían cuestionarme esa novela magistral de la que todos hablaban. 
Pensé que había escenas en las que el autor se perdía en detalles que no llevaban a ningún lado, quizás para crear ambiente, para contextualizar, pero que solo engrosaban y ralentizaban la trama. 
Es cierto que no me llegué a aburrir en ningún momento, pero algunos pasajes se volvían un pelín pesados. 

En la segunda parte el narrador nos transporta hasta Dunkerque y tiene como protagonista a Robbie, el hijo de la criada de los Tallis. La guerra ya lleva un tiempo y la ofensiva nazi empuja a los aliados a replegarse. En este momento la trama me enganchó por completo. El autor consigue recrear una atmósfera cargada de tensión y deja el final de esa parte en suspense, generando una angustia en el lector que termina por engancharle por completo.

Pasamos a la tercera parte que tiene como protagonista absoluta a Briony. 
Aquí vemos como la niña mimada que conocimos al comienzo ha evolucionado, convirtiéndose en un personaje más complejo, más adulto, capaz de comprender que hay acciones que tienen consecuencias que te perseguirán toda la vida.
Yo me adentré en esta parte en un estado de semiinsconsciencia. Leía y leía, pero no lograba quitarme de la cabeza algo del final de la segunda parte. Era solo una nota quizás discordante que no lograba identificar, una sensación que se movía entre lo real y lo imaginario, y con ese efecto llegué al capítulo final, momento en que lo vi todo claro.

Llegado a este punto encontré esa maestría, el motivo por el que todos recomendaban este libro. 
El autor había jugado conmigo, contándome solo lo que yo quería leer y no lo que en realidad sucedía.
Fue como una explosión de luz que de pronto hace que lo veas todo claro. 
Comprendí la maestría del narrador, el porqué de la estructura, la procedencia del título, y aunque sigo diciendo que hay datos de más que no vienen al caso que, como decía Chéjov, si lo incluyes es para usarlo, entendí que solo por ese detalle ínfimo no iba a cambiar una valoración final que subía como la espuma y pasaba a ser de muy recomendable.

Leer esta obra es como tener en las manos una matrioska que contiene muchas muñequitas en su interior; en este caso lo que contienen son historias que encajan unas dentro de otras y donde se combinan distintos géneros que exploran temas como la culpa, el amor y la guerra. Una obra de estructura compleja en la que la ficción y la realidad están separadas por una delgada línea. Vamos a ver como un error de juicio, una malinterpretación de un suceso, tendrá consecuencias devastadoras para la vida de todos los implicados.

En lugar de hablaros de la creación de personajes, del argumento o del narrador, aunque estos detalles también los haya reflejado por encima, me he volcado en las sensaciones que me ha generado la lectura y que espero que os puedan servir de orientación. 
Y es que ya sabéis que esto de la lectura es algo subjetivo. Os intento mostrar siempre las curiosidades que voy encontrando, lo que me impacta o me llama la atención. Podría haber dedicado esta reseña a comentar sobre la complejidad de la narración o el desarrollo/evolución de los personajes, sobre sus cambios emocionales o psicológicos, pero creo que un giro brutal al final de una historia puede convertir lo que podría haber sido una novela pasable en una excepcional, además de influir en la perspectiva general del libro.
Pero ya sabéis que esto es solo mi opinión...

miércoles, 14 de junio de 2023

Violación. Una historia de amor de Joyce Carol Oates

Sinopsis:

Poco después de la medianoche, Teena Maguire y su hija, Bethie, de doce años, caminan por un sendero mal iluminado que discurre por un parque casi desierto a esas horas. Regresan a casa tras haber celebrado la festividad del Cuatro de Julio en compañía del novio de Teena y unos amigos. Cuando les quedan apenas cinco minutos para llegar, unos jóvenes las cercan y, tras hostigarlas y agredirlas, arrastran a Teena al interior de una caseta en la que se guardan barcas, la violan y la golpean brutalmente. Bethie, que ha logrado huir de los agresores y ocultarse en un rincón de la caseta, oye aterrada lo que le hacen a su madre. Gracias al testimonio de las víctimas y a las pruebas forenses, la policía consigue identificar a algunos de los participantes en la violación, todos ellos vecinos de Niagara Falls, la localidad del estado de Nueva York en la que está ambientada la novela. Varias semanas después de la agresión, Teena, aún no recuperada del todo de las graves lesiones sufridas, y Bethie testifican en la audiencia previa al juicio, en la que el abogado principal de los acusados, avezado y carente de escrúpulos, logra que se ponga en duda la versión de las víctimas. Una parte de la población de Niagara Falls y algunos de los medios de comunicación que siguen el caso empiezan a dudar de que Teena haya sufrido una agresión sexual. John Dromoor, uno de los policías que atendieron en primer lugar a Teena y a Bethie, asiste con estupor y rabia al giro que toma el caso.

Opinión:

Violación. Una historia de amor es una novela de  Joyce Carol Oates que fue publicada originalmente en 2003 y traducida al castellano en 2011 por la editorial Contraseña. 
Ya sabéis que Oates es una autora muy prolífica, siempre alabada por la crítica, que le gusta jugar con las elipsis, pero sobre todo que maneja a la perfección el relato y que obliga al lector a tomar partido en todas sus historias.

"Una mujer de treinta y cinco años vestida como una adolescente. Escote generoso, vaqueros cortados, pelo rubio cayéndole por la cara, piernas desnudas, sandalias de tacón alto. ¿Qué esperaba con toda esa ropa ajustada ofreciendo en bandeja sus pechos y su trasero?".

La obra narra el brutal ataque que sufre Teena Maguire por parte de una cuadrilla de jóvenes ante la impotente mirada de su hija. A partir de ese momento, Teena, una joven viuda y madre soltera, y Bethie, su hija de tan solo 12 años, tendrán que enfrentarse no solo a las secuelas físicas y psicológicas de la violación, sino también al acoso y la hostilidad de una comunidad que pone en duda los hechos, las estigmatiza, las culpa y las juzga.

Violación comienza sin preámbulos, de forma muy directa, y destaca sobre todo porque a lo largo de todo su desarrollo va a tener un aire muy cinematográfico. 
Es una obra muy corta, pero intensa, y el encargado de hacérnosla llegar será un narrador un tanto curioso porque va a alternar en su relato la tercera persona y la segunda, dependiendo de los capítulos. 
Esta combinación no es la que más me gusta para una novela, porque el uso de esa segunda persona arrastra una gran carga psicológica, ya que busca la implicación del lector en los hechos al  sentirlos como propios, pero esto es solo una opinión personal.

Oates nos muestra como una decisión, que apenas se toma en un segundo, puede cambiar de forma radical una vida para siempre. 
La violación aparece descrita solo al comienzo, en un capítulo muy escueto, porque lo importante, en lo que se va a centrar, es en el doble juicio que sufrirán posteriormente las víctimas. Tenna y su hija no solo deberán luchar para recuperarse, sino que también se enfrentarán contra la doble moral que rige la sociedad de Niagara Falls.

Solo por como viste Tenna va a ser juzgada por todos, como si una mujer no pudiese elegir su modo de vestir o ello llevará implícito un cartel de barra libre, toma lo que quieras. Lo que todo el mundo parece olvidar o que para ellos es lo menos importante es que tras ser violada en cuadrilla, golpeada y pateada, es abandonada a su suerte, pero ellos siguen pensando en cómo vestía.

Oates es una escritora que se involucra y que obliga al lector a tomar partido. Va a reflejar la falta de escrúpulos de los abogados defensores que quieren hacer a Teena responsable de su propia desgracia, la pasividad del juez y las negociaciones de una fiscal a la que le queda grande el cargo, pero sobre todo va a describir, evitando caer en el sensacionalismo, la impotencia y la frustración de las víctimas sobre algo que es injusto.

"—Su cuerpo está hecho pedazos y su cabeza también. Lo poco que dejaron esos animales lo destrozaron ustedes en el juzgado.".

Violación. Una historia de amor no es solo una denuncia por lo que implica el hecho, sino que también muestra como la sociedad y el sistema silencian y estigmatizan a las víctimas.
La novela, de tan solo 160 páginas, se divide en capítulos muy cortos, alternando como ya he mencionado al comienzo, dos voces narrativas. 

A pesar de la dureza de lo que se narra, es una obra que no dudo en recomendar y en la que encontraréis no solo la maestría de la que siempre hace gala esta autora, sino que también veréis que es una narración valiente que invita a la reflexión. 

sábado, 10 de junio de 2023

La chica que vive al final del camino de Laird Koenig

Sinopsis:

Rynn acaba de cumplir trece años y lo celebra sola en su casa. Nadie sabe mucho de ella. Solo que se hace la interesante, no habla con nadie, cobra los cheques de viaje de su padre y da esquinazo a las visitas inoportunas. En su casa hace lo que quiere: fuma cigarrillos, se entrega a la poesía de Emily Dickinson y establece una amistad peculiar con un muchacho cojo que dice ser mago. Hace tiempo que su padre no se deja ver por el pueblo, y los vecinos empiezan a hacer preguntas: ¿dónde está su padre? ¿Qué se oculta en esa casa que se alza al final del camino? Laird Koening nos ofrece con esta oscura novela una obra maestra de la literatura gótica americana, que inspiró la película protagonizada por una joven Jodie Foster y por Martin Sheen. Una vuelta de tuerca al género de lo inquietante.

Opinión:

La chica que vivía al final del camino es un clásico del gótico americano de los años setenta, escrito por Laird Koenig en 1973 y que fue publicado inicialmente en español bajo el título de La niña de las tinieblas.
El primer proyecto fue escribir una obra de teatro, pero la editorial lo descartó y aconsejaron al autor plasmar la idea en forma de novela. 
Posteriormente fue llevada al cine en 1976 con Martin Sheen y Jodie Foster como protagonistas. La versión teatral tampoco tardó en llegar viendo que tanto el libro como la película se estaban convirtiendo en obras de culto. 
Este autor apenas cuenta con diez novelas publicadas y lamento decir que de momento no lo estarán en castellano. Próximamente, la editorial Impedimenta, publicará  su ópera prima, The children are Watching, escrita en 1970 y que también fue llevada al cine.  

Lo primero que debo aclarar es que aunque esta obra se cataloga como terror, es un terror psicológico. Aquí no esperéis encontrar un miedo intenso al estilo de Stephen King, con sustos, seres grotescos o imágenes monstruosas, aquí el terror se basa en el comportamiento de los personajes, en lo que ocultan y la tensión e incertidumbre que se genera con ello. Porque precisamente el terror psicológico trata de eso, de jugar con las dudas, con los secretos, las pistas falsas y los giros inesperados.

Laird Koenig nos ofrece una novela oscura e inquietante que explora temas como la amistad, la soledad, la independencia, el acoso, el abuso y la violencia, y que va a tener a una niña de trece años como protagonista. 

El encargado de relatar los hechos será un narrador omnisciente que irá alternando escenas cotidianas con otras de suspense. De ese modo consigue recrear un ambiente de tensión y misterio que irá en aumento en cada capítulo.
A través de su narración, el lector se va a sumergir en la mente de la protagonista y vamos a conocer sus pensamientos más profundos, primer elemento de terror, porque quizás esos sentimientos son demasiado maduros para su edad, y eso, a los lectores, nos puede llegar a incomodar.
Nos vamos a preguntar que se esconde tras la aparente vida solitaria de Rynn, pero lo preocupante llegará después, cuando empecemos a conocer a los adultos con los que se relaciona la niña, que se alejan del papel que se supone que deberían adoptar y que se convierten desde su primera aparición en los antagonistas de Rynn. 
Koenig va a utilizar la vulnerabilidad de los niños y su indefensión, sin olvidar tampoco de dotarlos de un comportamiento perturbador.

Me ha gustado mucho la forma en que el autor retrata la personalidad de Rynn, su inteligencia y su determinación por sobrevivir en un mundo de adultos, sin olvidar su fragilidad. Consigue crear a un personaje carismático que a pesar de lo que representa, de lo que iremos conociendo de ella, generará al mismo tiempo empatía y simpatía en el lector. 

La novela sucede prácticamente en un único escenario, esa casa al final del camino, que aunque implícita en el título, va a compartir protagonismo con Rynn, al tiempo que será testigo de todos los hechos. Esa casa que se encuentra al final del camino, solitaria, que para nosotros aporta el toque misterioso e incluso incómodo por su aislamiento, para Rynn representa la seguridad; una seguridad que se va a ver amenazada por la curiosidad de unos vecinos ni deseados ni esperados.

La chica que vivía al final del camino es un libro que combina el suspense, el terror psicológico y el drama con unos personajes bien construidos y una trama original, pero sobre todo impredecible. Una historia que sorprende porque con tan solo 272 páginas y un puñado de personajes tan reducido, que pueden contarse con una sola mano, consigue poner al lector en un estado de constante desasosiego.


miércoles, 31 de mayo de 2023

El informe de Brodeck de Philippe Claudel

Sinopsis:

Apenas ha transcurrido un año desde el final de la guerra cuando una muerte rompe la tranquilidad de un pequeño pueblo perdido en las montañas. El único extranjero del lugar, a quien llaman Der Anderer -el Otro, en alemán-, ha sido asesinado y todos los hombres de la localidad se confiesan autores del crimen. Todos menos Brodeck, el encargado de redactar un informe sobre lo sucedido «para que quienes lo lean puedan comprender y perdonar».
Así pues, Brodeck entrevista a los hombres más importantes del pueblo: el cura, el dueño de la fonda, el alcalde... Y cuando este último le advierte de que «no busque lo que no existe, o lo que existió, pero ya no existe», Brodeck comprende que no le conviene saber demasiado. Sin embargo, la redacción del informe lo obliga a interrogar y a interrogarse, lo que a la postre puede suponer una amenaza para él y su familia.

Opinión:

Hace apenas unas semanas os hable de Almas grises de Philippe Claudel, un autor que llegó a mí a través de una recomendación y que ya os comenté que me había sorprendido gratamente.
Tras esta segunda incursión en su obra vuelvo a insistiros, es un autor que no hay que dejar pasar; que sorprende porque parece que presenta una cosa en sus novelas y termina ofreciendo otra totalmente distinta que no dejará indiferente al lector.
 
“Pensé en lo que acababan de hacer aquellos hombres a quienes conocía desde hacía años. No eran monstruos, sino campesinos, artesanos, peones de granja, guardabosques, humildes empleados...
En definitiva, hombres como ustedes y yo”.

En el informe de Brodeck, Claudel vuelve a sorprender con una historia inquietante y perturbadora. Ya habréis leído la sinopsis: Der Anderer, al que se conoce como el Otro, es asesinado y todos los hombres de un pequeño pueblo perdido en las montañas se confiesan autores del crimen. Brodeck, el único que no ha tenido nada que ver, será el que reciba el encargo de redactar un informe sobre lo sucedido.

En la sinopsis ya nos muestran todo lo relevante de la historia, eso sí, como ya os he advertido al comienzo, nada resultará como parece.
A simple vista podemos pensar que nos encontramos ante una obra al estilo de Fuenteovejuna, del fénix de los ingenios, en la que se relata la unión del pueblo contra la opresión, pero según vayamos avanzando veremos que poco o nada tiene en común este pueblo, sus gentes y sus motivaciones con el descrito en la obra del Siglo de Oro.

Vamos a tener dos personajes principales sobre los que va a girar la trama. 
Uno es Brodeck, nuestro protagonista y narrador, alguien que se irá definiendo, tomando forma a través del relato. Un personaje con una vida miserable que le cuesta remontar por todo lo que carga sobre sus espaldas, mientras que el otro personaje, Anderer, es alguien misterioso, del que apenas conoceremos datos, pero que será capaz de captar el alma humana, y eso a los del pueblo les genera mucho miedo. Ya sabemos que la estupidez y el miedo son malas combinaciones; mientras que el individuo es listo, la protección que genera el grupo convierte a la masa en algo muy peligroso.

Ambos personajes forman una perfecta dicotomía, dos seres en apariencia opuestos, pero que en realidad se complementan y que tienen más cosas en común que diferencias.

Brodeck tendrá que investigar para redactar un informe que terminará reflejando sus dudas, pero también sus miedos, porque esa investigación, para nada sencilla, esconde una amenaza velada.

“No busques lo que no existe, o lo que existió, pero ya no existe.

Las escenas retrospectivas van a ser un elemento fijo en la narración, ya que para reconstruir los hechos nuestro narrador deberá retroceder en el tiempo, relatando desde la llegada al pueblo de Anderer
Esta búsqueda hará que el protagonista enlace el relato con escenas de su propio pasado, lo que romperá la secuencia cronológica. 
Este detalle es quizás lo que menos me ha gustado o, mejor dicho, con lo que más me costó hacerme al comienzo de la lectura; esa alternancia narrativa que en ocasiones me parecía algo caótica y que da como resultado pequeñas historias que van entrelazando, presente y pasado, con la trama principal. 

Hay un par de detalles que, sumados al misterio que genera el personaje de Anderer, aportan bastante suspense a la narración.
Uno es la ubicación de los sucesos. 
Sabemos que es un pueblecito perdido en las montañas. Claudel oculta su localización a conciencia, pero algunos detalles me llevaron a pensar que podría ser la zona de Alsacia, donde Francia limita con Alemania y Suiza, y donde además del francés se habla una lengua dialéctica de origen germánico.

Otro detalle que el autor oculta es la época en la que suceden los hechos. 
Sabemos que hace un mes que ha finalizado la guerra y algunas referencias evocan claramente a la II Guerra Mundial, además de que Brodeck incluye en su relato algunos sucesos anteriores que, aunque cambiados de nombre, nos pueden recordar a las revueltas callejeras que hubo en Alemania antes del estallido de la guerra e incluso otras que se asemejan a la noche de los cristales rotos. También, y aunque sobra decirlo, se habla en algunos momentos de la persecución que sufrirán algunos grupos de la sociedad, de su traslado a campos y de lo que allí padecerán. 
Todo esto lo aclaro porque documentándome sobre la obra, he leído por ahí que no hay referencias en el libro que puedan indicar a qué guerra se refiere esta historia... 
Es cierto que el autor cambia los nombres de algunos sucesos, él no quiere hablar de la guerra ni de lo que supuso para vencedores o perdedores, sus historias dan prioridad a otros temas quizás más profundos. 
Como siempre digo, cada uno es muy libre de dar su opinión sobre lo que lee y también las ganas de investigar dependen de cada uno, lo que sí os puedo decir es que cada vez me sorprendo más de gente que dice haber leído un libro y luego demuestran no haberlo hecho.

Corriendo un tupido velo y ya para terminar, vuelvo a insistir como ya lo hice con Almas grises, esta no es una novela que describa los horrores de la guerra ni tampoco es un thriller en el que se reconstruya un crimen, aunque pueda parecerlo a simple vista. 
Es una novela en la que su autor vuelve a profundizar, a través de la ruindad de los personajes, en el alma humana. Una historia en la que nadie es del todo inocente y en la que los fantasmas que arrastra cada uno de los personajes, pueden en ocasiones, estar más presentes que los vivos.

miércoles, 10 de mayo de 2023

Almas grises de Philippe Claudel

Sinopsis:

Diciembre de 1917. En un pequeño pueblo del norte de Francia, el cuerpo sin vida de una hermosa niña aparece flotando en el canal. La crónica de los hechos, escrita veinte años después del suceso por el policía a cargo de la investigación, invita al lector a descubrir una realidad inesperada. En su implacable relato, donde la emoción aparece contenida por el pudor del narrador, nadie es inocente, y los culpables, de una forma u otra, son también víctimas. El gris es el tono dominante, pero no el gris de la muerte, ni el del duro clima invernal, ni siquiera el de la cobardía, sino el gris en que se desenvuelve la condición humana: la ausencia de certezas absolutas, las sombras, los claroscuros, en suma, el peso rotundo de la duda.

Opinión:

Hoy quiero hablaros de Almas grises de Philippe Claudel, un autor que para mí ha sido todo un descubrimiento. Es cierto que había oído hablar de él por obras como "La nieta del señor Linh" o "El archipiélago del perro", pero había algo en ellas que no terminaba de llamarme la atención.
Hace poco me recomendaron "Almas grises" y "El informe de Brodeck", dos obras que se mueven entre la novela negra y el thriller, y os puedo decir que al menos esta me ha fascinado.

La trama sucede en 1917 en un pequeño pueblecito del norte de Francia. 
El marco histórico va a ser la Gran Guerra, un buen pilar para sostener la trama y que sirve para que nos hagamos una idea de lo que está sucediendo a escasos kilómetros. Con solo ese dato el lector ya puede imaginarse a los hombres arrastrándose en las trincheras bajo el incesante tronar de los cañones y con el acre olor a pólvora en la boca.
Pues bien, a corta distancia de ese triste escenario va a aparecer el cuerpo sin vida de una niña de diez años. 

Lo primero que vamos a ver es que no es una lectura lineal. 
La crónica de los hechos va a ser escrita veinte años después por el que será nuestro narrador, un policía del que desconoceremos su identidad y que intentará rehacer la historia, rellenando los huecos de un caso cargado de irregularidades. 

En el primer capítulo van a ser presentados los personajes principales, pero para poder facilitarnos más datos sobre ellos y crearnos un perfil más completo, el autor nos hará retroceder hasta 1914, en vísperas del inicio de la guerra.
Lo que sí quiero dejar claro es que aunque vamos a tener de fondo la Primera Guerra Mundial, esta no es una obra que se centre en ella, y vamos a pasar por su lado de puntillas. Los personajes van a convivir con la contienda como con un mal sueño o un recuerdo amargo, algo que no les atañe de forma directa y que ven desde lejos.

Almas grises, la quinta novela de Philippe Claudel, es una historia sencilla en la que los sentimientos y las emociones terminan imponiéndose a los hechos objetivos del caso. Una obra dominada por una amplia escala de grises que lo impregna todo con un ambiente nostálgico, desde los escenarios a los personajes que aparecen descritos a la perfección con el título elegido. 
La única nota de color que vamos a tener llegará de manos de Belle de jour, la niña asesinada, y de Lysia Verhareine, la maestra del pueblo, dos personajes incidentales que aportan la sensación de que el mundo no es tan feo como se nos describe.

Os puedo asegurar que nos encontramos ante una novela muy buena, recubierta con un halo de misterio que nos hace dudar de todos los personajes, algo que se agrava porque el narrador juega también un poco al despiste. Un rural noir que nos muestra la hipocresía y la maldad de unos personajes tan canallas como cobardes.

Y poco más quiero contaros, porque es una historia muy cortita y que hay que saborear individualmente. El ejemplar que he leído solo tiene 222 páginas y está compuesta por capítulos muy breves, algo que aporta ritmo a la narración. 

Os aseguro que os va a gustar porque Philippe Claudel me ha demostrado con esta novela que es un gran narrador reproduciendo los caracteres humanos; plasma a la perfección los defectos y las virtudes, las pasiones y las debilidades, demostrando que el pensamiento dicotómico de todo es blanco o es negro no es real y que puede haber entre ellos toda una gama de grises.
 

martes, 11 de abril de 2023

La palabra para rojo de Jon McGregor

Sinopsis:

Una expedición a la Antártida acaba en tragedia tras una fuerte tormenta. Uno de los miembros del equipo ha desaparecido y otro, Robert Wright, un veterano del trabajo de campo en el continente antártico que tiene las claves de lo ocurrido, sufre un ictus que lo deja incapacitado. De vuelta en casa, las consecuencias del accidente tienen efectos profundos en él y su entorno: su mujer Anna, una apasionada científica, se convierte en cuidadora a tiempo completo, mientras que Robert tendrá que emplearse a fondo para recuperar el lenguaje y la movilidad.
 
La aclamada nueva novela de Jon McGregor, uno de los grandes autores de la literatura inglesa actual, nos habla de la valentía y del indómito impulso de contar que tenemos los seres humanos, incluso cuando faltan las palabras. Una aventura conmovedora sobre la fina línea que separa el sacrificio del egoísmo y sobre el infravalorado e inadvertido coraje que se necesita para llegar hasta el final del día.

Opinión:

Hoy os hablo de La palabra para rojo, otra novela que había visto que ponían por las nubes, pero que a mí tampoco ha llegado a convencerme, así que no me voy a andar por las ramas y voy a ir directamente al grano.
El primer problema que he encontrado es la sinopsis; se cuenta demasiado y en ella hay más tensión que en las 296 páginas que componen la obra.

La novela se divide en tres partes, Inclinado, caído y de pie.
Nada más comenzar nos encontramos con una narración in media res, situándonos justo en medio del conflicto. 
Esta estructura narrativa da mucho juego al autor porque proporciona un inicio más dramático a la historia, situando al personaje principal en plena acción, de esa forma consigue captar el interés del lector desde los primeros compases de la lectura.
Tras ese comienzo dramático, la narración va a retroceder en el tiempo para contarnos los sucesos previos, los que han llevado a los protagonistas a ese punto crucial, y posteriormente, tras dar esa información, la acción volverá al momento en que lo dejamos y continuará narrando hacia delante.
Este retroceso temporal lo que hace es incrementar el suspense porque dejamos a los personajes en medio de la situación que general el drama.

En esa primera parte que lleva el título de Inclinado, todo perfecto; engancha al lector y nos deja con ganas de conocer más detalles, pero llega la segunda parte y el interés se pierde en detalles.

El personaje principal sobre el que va a girar la novela es Robert Wright, aunque aquí habría que hacer alguna puntualización. 
En la primera parte es uno de los protagonistas principales, pero a partir de la segunda va a ceder un poco de ese protagonismo. Aunque la historia se construye en torno a él y a su mujer, Anna, y vamos a ver como afrontan las consecuencias del accidente, las secuelas de ese ictus terminan tomando el control narrativo por completo. 

Es una novela que como menciono al comienzo, no me ha llenado, y creo que el problema es que la elección del narrador en tercera persona no ha sido una buena opción y hace que no conectemos con el drama real que viven los personajes. 
Aunque nos cuenta su historia e intenta profundizar en lo dramático de la situación, mostrándonos los trastornos del habla, la reducción de la movilidad, su relato me parecía demasiado superficial.
Creo que los diálogos siempre son importantes para conocer a los personajes y en este caso, Jon McGregor los reduce a la mínima expresión. No es que no haya diálogos, lo que ocurre es que se limita a crearlos muy breves y con frases demasiado simples y escuetas, puedes leer una página entera y en ella el protagonista solo intentará transmitir un pensamiento, buscando para hallar la palabra correcta.

Por otro lado, el autor escribe muy bien, no lo voy a negar. Como os he dicho en la sinopsis cuentan más de lo que deben o más bien nos cuentan todo el argumento de principio a fin, pero él termina retorciendo la historia, profundizando en la trama para terminar centrándose en los problemas familiares, es el drama que se esconde tras un accidente cardiovascular, en las consecuencias y en cómo afecta al enfermo y a su entorno más directo. 
Pero... y aquí llega otro detallito que no me convence, quizás intentando rizar demasiado el rizo termina perdiéndose en detalles que se dan por hecho y que no es necesario repetir hasta la saciedad. Es cierto que algunas situaciones y sus descripciones son totalmente necesarias porque en ellas se basa para construir el soporte escénico y dar mayor dramatismo a la historia, pero en determinados momentos esas descripciones se vuelven demasiado repetitivas y cansan, además de que el argumento termina escapándose de sus manos como un globo.

En resumidas cuentas... 
Tras una primera parte prometedora el resto se convierte, siempre bajo mi punto de vista, en una novela fría, con un argumento que no sabe muy bien que rumbo tomar y termina yendo a la deriva. 
El autor intenta hacer partícipe al lector del drama que vive el personaje y su familia, pero no llega a expresar todo lo que quería o no ha encontrado el modo correcto de hacerlo. He leído otras novelas que hablan sobre la degeneración cognitiva, como altera el pensamiento, el habla, los recuerdos o incluso la toma de decisiones, y los lectores sufrimos con lo que leemos, entramos en la historia como testigos de la tragedia.

Ya para terminar...
Creo que la calificación de obra maestra se da hoy en día muy a la ligera, lo digo por la valoración crítica que da The Observer sobre ella.

martes, 21 de marzo de 2023

Sola de Carlota Gurt

Sinopsis:

Mei, una mujer de cuarenta y dos años inmersa en un matrimonio apático y a la que acaban de despedir del trabajo, decide refugiarse en la casa donde se crio, una pequeña masía en medio del bosque. Allí intentará escribir la novela que la obsesiona desde hace años mientras planta cara a su pasado, a un presente inoportuno y a un futuro a la deriva. Esta novela es la crónica de una rebelión, la historia de una soledad impenitente narrada en una intrigante cuenta atrás de 185 días. ¿Qué es la soledad? ¿Una realidad objetiva o un estado de ánimo, una bendición o una condena? Lo único seguro es que de la soledad nunca se sale indemne. Sola, la impactante primera novela de Carlota Gurt, está escrita en una prosa vivísima y muy visual que sacude al lector como una fuerza de la naturaleza.

Opinión:

Cuando me adentré en esta novela lo hice un poco a la ligera; no había oído hablar de ella y la elegí guiándome por una recomendación de la librería. Me dijeron que me sorprendería, y eso que creo que es  lo que buscamos todos en una lectura fue lo que me convenció. 
Ahora veo que la capacidad de sorprenderse también es cuestión de gustos.

Carlota Gurt nos presenta a Mei, su protagonista y narradora, como una mujer de cuarenta y dos años en plena crisis. Acaba de ser despedida de la editorial en la que llevaba trabajando veinte años, y ese hecho, sumado a un matrimonio que no pasa por su mejor momento, la llevará hasta la que fuese su casa de la infancia.
Una masía cargada de recuerdos en la que espera encontrar la soledad suficiente para escribir su primera novela. 
Con lo que no cuenta Mei es con los recuerdos que estallarán en cuanto ponga un pie allí, porque detrás de cada objeto y de cada olor se esconde un pasado con recuerdos incrustados.

A grosso modo...
La narración es lineal, avanza hacia adelante, aunque para nosotros el comienzo de cada capítulo nos indique que es una cuenta atrás. Sabemos que ese relato nos lleva a algo, aunque no sabemos a qué. Sinceramente, yo aún me lo estoy preguntando...

Esa cuenta atrás es una especie de macguffin, se utiliza para mantener la expectativa, lo que ocurre, según mi punto de vista, es que según avanza la trama, según pasan los días, el texto se va volviendo más aburrido, acrecentado por una protagonista que va perdiendo el rumbo.

Pero, como diría Jack el Destripador... vayamos por partes.

La primera parte de la novela comienza muy bien.
La autora da el protagonismo total a Mei, tanto es así que la convierte en la única voz de la obra. Mei nos relata los sucesos desde su punto de vista, los presenta de forma subjetiva. Solo tenemos acceso a lo que ve, piensa y siente, y de esa forma también vamos a conocer hechos del pasado.

No lo voy a negar, el comienzo engancha, tiene una prosa muy fluida lo que da como resultado una narración muy introspectiva adornada con sentimientos propios y recuerdos. 
Vemos como la protagonista va evolucionando gradualmente, como crece según pasan los días, como toma las riendas de su vida, pero al llegar a la mitad algo sucede que hará a Mei replantearse todo su mundo.

A partir de ese punto de inflexión el arco de transformación del personaje va a descender a pasos agigantados.
Lo que narra Mei va perdiendo interés al tiempo que ella pierde el control de su vida, comienza a dar bandazos y no solo en lo que cuenta, sino también en la forma de hacerlo. 

En este punto se modifica su relato y la narración comienza a dirigirse a su marido, directamente, empleando la segunda persona, .
Esa técnica está bien para utilizarse en determinados fragmentos, pero media novela con ese estilo, a mí me terminó saturando. Supuestamente el uso de la segunda persona es para hacer la narración más cercana, para involucrar al lector en los hechos, para que se sienta como un personaje más, pero ese monólogo continuo dirigido a su marido, cansa.

Utilizando la misma técnica que emplea Herman Koch en sus novelas, con un narrador protagonista que narra en primera persona, muy introspectivo, llegas a la inevitable comparación de estilo, y más cuando, como en mi caso, he leído una obra del autor holandés hace escasamente unos días.

En resumidas cuentas...
Se ha tensado demasiado la cuerda alrededor de la protagonista, creando un personaje principal que lucha contra el futuro, pero también contra el pasado. Quizás ese es el problema, que tiene demasiados frentes abiertos. 
Su reflexión sobre la vida, hablando de soledad, maternidad, fracasos, decepciones...la atrapa en una red con demasiadas obsesiones y resentimientos, y eso la impide huir de una presión familiar y social que la asfixia. Realmente el personaje me hace dudar de si lo que quiere es soledad o libertad. 
Esa sobretensión hace que se pierda la naturalidad en el estilo que era lo que me estaba cautivando al comienzo.

La autora intenta crear un personaje con mucha fuerza, pero como se dice en el interior de la obra, cae demasiado en el uso del yo, convirtiéndola en alguien incapaz de ver más allá de su ombligo y en ocasiones soez.

La obra termina siendo solo ella y sus circunstancias; una mujer perdida en un bosque, con un elenco de secundarios ambientales muy limitado y que lo cierto es que tampoco aportan mucho.

¿Me ha sorprendido? pues sí, pero no como yo esperaba, porque era una historia que pintaba muy bien. 

Si me tengo que quedar con algo es con el múltiple ejercicio metaliterario que esconde.
Vamos a ver como la protagonista intenta escribir su ópera prima al tiempo que se hace un pequeño homenaje a Víctor Catalá y a su obra, Solitud, tomando de base esa novela. 
También con las leyendas que nos esperan en el interior y que Flavio, uno de los personajes secundarios, irá contando.

Pero insisto, esta novela no estaba hecha para mí, no es de mi estilo. Cuidaros de las recomendaciones porque las carga el diablo.

martes, 14 de marzo de 2023

Casa de verano con piscina de Herman Koch

Sinopsis:

Próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intenciones menos nobles, que Marc disimula con habilidad. Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. 
Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias.

Opinión:

De nuevo vuelve a aparecer por aquí Herman Koch, un autor que los que me seguís sabéis que me gusta muchísimo y del que aún me quedaba esta novela por leer.

Si habéis leído a Koch ya conocéis a sus protagonistas. Están dotados de una personalidad compleja, nunca huyen del conflicto y se enfrentan a él con un cinismo de manual y una soberbia indisimulada. Esos personajes nos invitan, al mismo tiempo que ellos reflexionan, a hacer lo mismo y abren con ello un debate.

En casa de verano con piscina conocemos a Marc Schlosser, un próspero médico que asume el papel protagonista y va a ser el encargado de narrar toda la historia en primera persona. 
Es un personaje que no se somete al dogma de la corrección, en pocas palabras... es políticamente incorrecto, con lo que se adapta por completo a la descripción que hago más arriba de los personajes estándar de este autor.
Esta novela fue publicada en 2012 y está escrita con el estilo tan característico de Koch; es morbosa, y quizás en ese detalle se encuentre la clave de que guste tanto su obra, porque no se limita a narrar, nos incita a tomar parte atrapándonos en una situación difícil y/o comprometida.

En esta reseña no os voy a mencionar nada sobre el argumento, de nuevo vuelvo a insistir en que las editoriales deberían cuidar más lo que cuentan en las sinopsis. 
Una sinopsis debe ser escueta; presentar un pequeño avance del argumento, lo suficiente para arrojar el lazo y atrapar al lector, pero desde luego no contar lo que ocurre en tres tercios de la novela.

Lo que sí os puedo adelantar es que de nuevo Koch no defrauda. Nos ofrece un drama envuelto en sospechas y venganza; una historia en la que vamos a encontrar la implacable crítica tan común en él hacia la sociedad actual, centrándose en este caso en hablar del maltrato hacia las mujeres, del acoso, pederastia y de las difíciles relaciones entre padres e hijos. 

Al igual que ocurría en Sospechas la trama tarda un poco en coger ritmo, pero esa calma está calculada al milímetro. 
En ella entramos en contacto con Marc, nos da detalles sobre su profesión, nos cuenta sus experiencias y relación con los pacientes, y lo más importante, nos incomoda con su tono provocador y con las situaciones extremas que narra. En esa introducción tensa la cuerda y genera la suficiente expectativa antes de lanzarse a desarrollar la trama principal.
A partir de ese momento lo que nos espera a los lectores es un calculado in crescendo desarrollado con pericia, y llegando al final un giro argumental que nos pillará con la guardia bajada. 
Esa vuelta de tuerca hace el efecto de un puñetazo en la mandíbula que no ves venir y que te deja en cao técnico.

Y poco más os puedo contar, porque no quiero incurrir en el error editorial... 
De lo que sí os advierto es de que tengáis cuidado con las apariencias, porque aquí, ni tan siquiera el personaje más cándido e ingenuo resulta del todo inocente.

martes, 7 de marzo de 2023

Qué fue de los Mulvaney de Joyce Carol Oates

Sinopsis:

Pocos son los que han retratado los muchos vicios y las ambiguas virtudes de la sociedad norteamericana como sabe hacerlo Joyce Carol Oates, una autora que a los sesenta y cinco años es ya un clásico de la literatura contemporánea. Escritora prolífica y capaz de dominar una considerable variedad de registros, Oates condensa en esta novela, para muchos su obra maestra, lo mejor de un talento narrativo que pliega la realidad hasta mostrar todos sus matices. 
Los Mulvaney son un ejemplo cabal de familia feliz, acomodada y bien pensante. El padre es un hombre apuesto, trabajador y sensato; la madre, una mujer encantadora y dicharachera, y los niños -tres hijos y una chiquilla- son el broche de oro de un matrimonio idílico, digno de aparecer en las páginas centrales de una hoja parroquial. Todos viven en High Point Farm, una granja de ensueño que será su infierno a partir del día de San Valentín de 1976, cuando un oscuro suceso cambia por completo la vida de Marianne, la hermana, y los Mulvaney inician su declive. El narrador de la historia es Judd, el más pequeño de los hijos, quien revela la verdad de su familia y de un país entero.

Opinión:

Hace un tiempo os hablé de esta autora, Joyce Carol Oates, la eterna candidata al Premio Nobel; una autora ecléctica que ha cultivado todos los géneros, incluyendo novela negra, thriller, teatro, poesía o cuentos.

Con esta novela, Qué fue de los Mulvaney, me ha pasado algo curioso. 
Dicen que es una de las mejores que ha escrito, pero en cambio yo no he encontrado esa gran obra que esperaba, quizás porque iba con las expectativas muy altas. Aquí, entiéndase, no le echo la culpa a la autora ni al libro porque el único responsable de abordar una obra con grandes expectativas es el lector.

Por otro lado, y aunque el argumento me ha gustado, había un par de cosas que me sacaban constantemente de la lectura. 
Una ha sido el narrador, con el que no he llegado a conectar por su peculiar forma de narrar y de la que más abajo os hablaré en detalle; La otra, un par de personajes que tampoco han conseguido convencerme.

Oates tiene una manera singular de contar los hechos, despliega talento a la hora de narrar, incorporando una crítica subyacente, eso sí, sin juzgar.
Critica el modelo de familia americana con hijos perfectos, religiosos, deportistas y estudiosos, pero incapaces de gestionar o enfrentarse a sucesos dramáticos. El código familiar les impide hablar de determinados sucesos y deben actuar como si nada hubiese ocurrido.

Esta autora también es una experta manejando el subtexto, es decir, todas aquellas ideas y emociones que se encuentran implícitas dentro de la narración y que poco a poco los lectores iremos conociendo. Porque aunque ella crea un perfil muy completo de los personajes, hay detalles importantes que no están a la vista, que se esconden tras el relato, como por ejemplo las motivaciones, y eso, el descubrirlo, quedará en manos del lector.

Qué fue de los Mulvaney está dividida en cuatro partes más epílogo, y la estructura de la novela es la clásica de introducción, nudo y desenlace. 
En la introducción vamos a conocer en profundidad a la familia, su entorno, su forma de vida, mientras que en el nudo o desarrollo vamos a darnos de bruces con el conflicto, unos acontecimientos que nos llevarán al desenlace
Lo que también debo deciros es que Oates se toma su tiempo en la introducción y la obra tarda en coger ritmo, creo que se debe a que en la introducción hay demasiadas páginas para contextualizar la trama.

Pero vamos a lo interesante... 
Los Mulvaney son una familia cuyo apellido va a terminar pesando como una losa. 

La familia la componen el padre, Michael John Mulvaney; la madre, Corinne y los cuatro hijos, Mike hijo, Patrick, Marianne y Judd, este último va a convertirse en nuestro narrador.
Una familia con muchas historias a sus espaldas, pero también con secretos...

El hecho que se menciona en la sinopsis se intuye desde las primera páginas.
Ese suceso inesperado va a actuar como punto de inflexión y a partir de ahí la vida de toda la familia cambiará y nada volverá a ser como antes.
Básicamente Oates nos ofrece la crónica de una familia que se derrumba; nos construye un castillo de naipes, totalmente perfecto, y luego lo hace volar por los aires, convirtiendo a los protagonistas en personajes que van a la deriva.

La imagen perfecta que vamos a ver en las primeras páginas se desmoronará. 
Los Mulvaney, una familia con propiedades, dinero e influencia; conocida, querida y respetada en su comunidad, va a pasar a ser prácticamente repudiada. 
Su popularidad va a caer en picado; la ironía es que esta familia se cree que dentro de ese microcosmos particular que es su confortable granja estarán a salvo de todo, porque según ellos todo en High Point Farm es especial, y hay palabras y sucesos que no tienen cabida allí.

High Point Farm es un hogar que deja de ser hogar. Una preciosa casa para una familia perfecta, aunque luego ellos mismos se encarguen de decir que:
 
"La casa que a nuestros ojos era hermosa en realidad no era nada hermosa."

Y esa casa tan especial, que toma presencia en la mayor parte de la novela porque actúa como escenario, se va a ir deteriorando como ellos. 
Esta casa, aunque pueda parecer extraño, me recordaba muchísimo a la que aparece en la obra de Poe, "La caída de la casa Usher", no porque haya nada tétrico oculto en ella, sino porque parece que actúa como cárcel para los personajes y crea un vínculo secreto con ellos.

Y ahora ya sí, me toca hablaros del más pequeño de la familia.
         
"El hijo menor de una familia no se recuerda a sí mismo muy bien porque ha aprendido a confiar en los recuerdos de otros."

El narrador.
Judd nos cuenta la historia en su edad adulta, con lo cual va a ser necesario retroceder en el tiempo. 
Nos comenta en las primeras páginas que aspira a narrar los hechos siempre con honestidad, pero lógicamente utiliza la primera persona y eso a mí, ya de primeras, me hace dudar, por mucho que insista en que será un observador neutral. 
Los lectores debemos confiar en esa honestidad, pero él forma parte de los hechos, además de que va a narrar sucesos a través de los recuerdos, y otros en los que ni tan siquiera estuvo presente y que ha logrado reconstruir gracias a conversaciones con otros miembros de la familia. En este último caso incluirá todos los hechos que le sea posible reunir y el resto serán conjeturas, cosas imaginadas pero no inventadas, por lo que nuestra confianza en el relato puede empezar a hacer aguas.

Lo que me chocaba de este narrador es que se desdoblaba. 
En unas ocasiones actuaba como un narrador interno, un narrador protagonista que hablaba de sí mismo en primera persona, pero en otras adoptaba un papel de narrador omnisciente para relatar los hechos en los que no está presente, llegando incluso a referirse a sí mismo como Judd, en tercera persona, como si estuviese hablando de alguien ajeno a él. En esas ocasiones se distancia, así que el resultado es un narrador que se mueve entre ser un narrador externo e interno, un detalle muy curioso, pero que a mí me descolocaba.

La narración que va a hacer Judd es como revisar un álbum familiar, con el que iremos conociendo en profundidad a todos los Mulvaney; y de su mano entraremos a formar parte de ese mundo feliz y confortable, de esa posición acomodada, de ese sueño dorado americano, que se trastocará tras ese suceso.

 A partir de ese momento, y como ya he avanzado, no van a ser capaces de gestionar lo que les ha sucedido. 

Ya para ir terminando...
Oates nos ofrece una historia que habla de agresión sexual, de la necesidad de restaurar el equilibrio, del instinto de justicia y de venganza. Todo esto acompañando a unos personajes que evolucionan; cuando acabemos de leer ellos no estarán donde estaban ni serán lo que eran...

Pero no os penséis que he olvidado hablaros de esos personajes que mencionaba al comienzo y que me impedían conectar con la narración.

Uno es Marianne y la otra su madre. Dos personajes insulsos que lograban sacarme de mis casillas. 
Corinne, la clásica madre complaciente, se pasa toda la novela rezando y justificando, y Marianne con tanto rezo pasa a convertirse por propia voluntad de víctima en culpable.

Y sí, ya sé que los personajes con defectos, esos que con su comportamiento te ponen de mal humor, son esenciales como fuente de conflicto, pero es que con ellas no podía, para mí eran un lastre y no un soporte esencial para el argumento. Me agotaban, me daban ganas de cogerlas y agitarlas como una coctelera, para ver si así abandonaban ese papel conformista e insustancial que habían adoptado.

En fin... hasta aquí la reseña de hoy. Espero que os haya gustado y que podáis perdonarme por su extensión.