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jueves, 10 de agosto de 2023

Los miserables de Víctor Hugo

Sinopsis:

Los miserables se publicó en 1862, cuando Víctor Hugo se hallaba exiliado en Bélgica tras la restauración napoleónica del Imperio. Y podría considerarse que es el exilio, la obligada falta de pertenencia, uno de los motores de la gran novela del romanticismo francés: el exilio social y psicológico gobierna la vida de Jean Valjean, un «noble bruto», un buen hombre que lucha por los que, como él, son injustamente perseguidos. Situada entre las guerras napoleónicas y la revolución burguesa de 1848, Los miserables es, ante todo, una novela épica sobre el triunfo de quienes conservan intacta su conciencia en un mundo gobernado por la pobreza. Esta edición, en un manejable volumen único, está encabezada por un estudio de Alain Verjat, catedrático de filología romántica en la Universidad de Barcelona y destacado experto en Víctor Hugo. Presentamos la novela en la traducción clásica de Nemesio Fernández-Cuesta, plenamente coetánea a la obra y modernizada para la ocasión.

Opinión:

Los miserables

Cuando oímos este título lo primero que nos viene a la cabeza es que está catalogado dentro del género del Romanticismo. Eso es cierto, pero para ser más precisos habría que añadir que Víctor Hugo no se limitó a plasmar únicamente los elementos propios de ese género, sino que, como en otras obras del siglo XIX, también incorporó detalles de otro tipo de novela, la criminal, muy habitual en la época y en la que se mezclaban elementos tomados del gótico y del policíaco. En esas obras abundaba el suspense, las persecuciones, los bajos fondos y la miseria, y el vicio se convertía en el mayor antagonista de la inocencia, la bondad y la virtud. 

Sin embargo, cuando se publica Los miserables en 1862, el boom de ese género está dando los últimos coletazos y los nuevos aires soplan marcando un nuevo rumbo, el Realismo
A pesar de eso, Víctor Hugo, que llevaba escribiendo este manuscrito más de veinte años, se mantiene en sus trece e incluye detalles típicos del Romanticismo como son la importancia del destino, la valoración de lo nacional, lo individual y lo popular, además de plasmar su peculiar visión de la humanidad y del progreso. Hay que señalar en este punto que el autor escribe también sobre lo que ve; él ha vivido en primera persona muchas de las situaciones que narra, ha conocido a individuos que terminarán siendo sus arquetipos, y la miseria y la desgracia del pueblo le horrorizan, al igual que el excesivo rigor de la ley para con los más débiles, así que también podríamos decir que esta historia tiene mucho de Realismo. 

Los comienzos

En 1845 comienza a escribir una primera versión bajo el título de Jean Tréjean. Ya lleva 12 años pensando en el guion de una gran novela social, pero su escritura no hace más que sufrir interrupciones. 
En 1847 entrega la primera parte a la que ahora titula como Las miserias, una historia con un gran héroe, con un malvado que no se rinde, y en la que plasma de forma crítica, sin arredrarse ante sus complicados entresijos, los problemas sociales de la época. 
Pero llega 1848 y su actividad política le lleva al exilio, lo que le obliga a postergar doce años más la redacción definitiva que llevará al fin el título que ya conocemos.
El término miserable nos muestra ya las transformaciones que experimenta la ideología del autor, ya que en ese momento esa palabra tenía un valor despectivo y era la que empleaba la burguesía para designar a los míseros, las clases más bajas y hambrientas en las que proliferaba, inevitablemente, la delincuencia.

Víctor Hugo, quizás debido al tiempo que le lleva escribir esta historia, consigue que esté considerada de las más perfectas de la Literatura Universal, lo que ocurre es que, para mi gusto, haciendo uso de un narrador demasiado intrusivo, toma partido y da su opinión de forma demasiado extensa y explícita. Su punto de vista abarca demasiado espacio y hay momentos en los que tantos datos, tantas explicaciones, terminaban sacándome de la lectura.  
Hace una descripción minuciosa de la vida cotidiana y de los ambientes de París; intenta reflejar la realidad lo más fielmente posible, sí, pero hay ocasiones en las que se pierde entre tanto detalle.

A pesar de eso crea un elenco de grandes personajes, todos excepcionales; construye una trama magnífica a su alrededor, pero en comparación con el espacio dedicado a ambientar y a describir, esa trama aparece al final insignificante. Da la impresión de que sus opiniones políticas, sociales y religiosas, tienen más presencia e importancia que la historia real que crea para los protagonistas y termina engulléndolos.

Eso, insisto, sus digresiones, es lo negativo que he encontrado.

Los personajes.

Los miserables se divide en cinco partes y cada una de ellas va a estar enfocada sobre un personaje. 
Lo más sencillo sería pensar que el argumento va a girar siempre alrededor de Jean Valjean, y que el resto serán secundarios, pero ese pensamiento no haría justicia al libro. 
Es cierto que Valjean es el hilo conductor, pero solo es un miserable más entre la infinidad de míseros que pululan por París, aquí cada personaje y la historia que arrastran cuentan para el resultado final. 

Thénardier, Eponine, Cosette, Fantine, Marius, Gavroche... y una infinidad de nombres más, creo que forman el elenco más completo, complejo y perfecto que he encontrado hasta el momento a lo largo de mi extensa trayectoria lectora.
Víctor Hugo crea una plantilla de personajes que abarca y representa a toda la sociedad, sin olvidar a nadie, y tienen tanto peso como los protagonistas, por eso no creo que sea correcto denominarlos secundarios. No  son simples extras de decorado, todos participan como ramas fundamentales de la trama. 
En este punto quiero hacer una mención especial hacia el obispo Bienvenue, porque aquí se entiende la importancia de contar con un buen "secundario".
El obispo solo aparece de forma breve en la primera parte, pero es determinante para la evolución de Valjean. Con un acto de bondad inspira al protagonista y hace que su vida de un giro radical, convirtiéndose en un buen hombre. Y es que como ya nos mostró el autor en Notre-Dame, la bondad y la misericordia pueden cambiar la vida de las personas. 
Resumiendo, el obispo Bienvenue tiene una escasa intervención en el argumento, pero su presencia y sus acciones tienen un impacto determinante sobre la trama y al final eso repercute sobre todos los personajes de la obra que terminan cruzándose con Valjean. 

Valjean, lógicamente, es el héroe; alguien que aprende del dicho "que tu error de hoy sea tu maestro de mañana", y Javert es el gran antagonista; alguien incorruptible, inflexible, que queda atrapado en su propia versión, quizás no la más correcta, pero sí amparada por la llamada justicia ciega que no mira a las personas sino los hechos. 

Y es que en esta novela en la que se da tanta importancia a la confrontación entre el bien y el mal, los personajes de buen corazón van a brillar y a destacar más precisamente por los malvados. 
Todos van a estar respaldados por un detallado perfil psicológico, Víctor Hugo va a indagar hasta en lo más profundo de su alma, de ahí que hable de un elenco perfecto y que la terminen encasillando también como novela psicológica.
De Javert, del gran antagonista, también tengo que decir que es uno de los personajes malvados y a la vez más interesante que he visto. En los momentos en que está ausente, el lector desea que aparezca. Es alguien tan intenso que genera simpatía y aversión al mismo tiempo.

Y por supuesto también quiero hablar de Cosette...
No es el personaje que más me ha gustado, pero es, al igual que Javert, alguien de presencia constante. Aunque no esté en escena hace que la trama avance. Valjean vive por y para ella, y todas las decisiones que tome serán para protegerla. Es una joven de alma noble, iba a decir que muy pánfila, pero queda mejor calificarla de ingenua, y además se rumorea que su arquetipo se creó inspirado en Léopoldine, la hija de Víctor Hugo que tristemente falleció por esas fechas.

Para ir terminando...
La novela ha estado rodeada del éxito desde su publicación; un éxito que incluso hoy en día se repite y se incentiva gracias a las adaptaciones al teatro, a los musicales, al cine y a la televisión.

Y he dejado para lo último lo más negativo, algo que reconozco que me ha fastidiado enormemente la lectura, y que por supuesto no se puede achacar al escritor, de ahí que lo cite al terminar.

En la versión que ofrece la editorial Penguin Clásicos dicen que la edición presenta una traducción clásica, plenamente coetánea y modernizada para la ocasión. Y es cierto en lo de "clásica", porque es la primera traducción que se hizo al español en 1862, mismo año de la publicación del original. Lo único que han hecho es corregir la puntuación y la ortografía, adaptándola a la actual.

Pero el desastre viene con la traducción de los nombres.
De base no entiendo que se traduzca ningún nombre... Si te llamas Juan en español, será Juan, estés donde estés. Me da igual que sea en España o en las islas Wakatobi.
Por lo tanto el traducir o intentar españolizar algunos nombres carece totalmente de sentido.

Jean Valjean siempre será Jean, no Juan Valjean, y lo mismo sucede con Eponine, Fantine, Marius o Monsieur Madeleine, solo por citar algunos nombres, porque la triste realidad es que el intento de españolizar los nombres debió ser algo aleatorio y dependiendo del día del traductor, un señor que falleció en 1893, ¡Vamos, que hasta las colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, aún eran nuestras!, así que esa frase de coetánea y modernizada para la ocasión igual está orientado a los componentes de la Generación del 98.

Esto que acabo de mencionar puede parecer una tontería, pero es algo que termina machacando una lectura. Y si la editorial incorpora una nota aclaratoria sobre la traducción y en ella se detalla que han hecho cambios, ¡pues leñe, una vez puestos a corregir se corrige todo!, porque el resultado final de eso que llaman traducción es un total despropósito.

lunes, 31 de julio de 2023

Hamnet de Maggie O'Farrell

Sinopsis:

Agnes, una muchacha peculiar que parece no rendir cuentas a nadie y que es capaz de crear misteriosos remedios con sencillas combinaciones de plantas, es la comidilla de Stratford, un pequeño pueblo de Inglaterra. Cuando conoce a un joven preceptor de latín igual de extraordinario que ella, se da cuenta enseguida de que están llamados a formar una familia. Pero su matrimonio se verá puesto a prueba, primero por sus parientes y después por una inesperada desgracia. 
Partiendo de la historia familiar de Shakespeare, Maggie O’Farrell transita entre la ficción y la realidad para trazar una hipnótica recreación del suceso que inspiró una de las obras literarias más famosas de todos los tiempos. La autora, lejos de fijarse únicamente en los acontecimientos conocidos, reivindica con ternura las inolvidables figuras que habitan en los márgenes de la historia y ahonda en las pequeñas grandes cuestiones de cualquier existencia: la vida familiar, el afecto, el dolor y la pérdida. El resultado es una prodigiosa novela que ha cosechado un enorme éxito internacional y confirma a O’Farrell como una de las voces más brillantes de la literatura inglesa actual.

Opinión:

Hace un año os hablé por primera vez de esta autora, Maggie O'Farrell y de Instrucciones para una ola de calor. En esa reseña os contaba algunos elementos curiosos que había encontrado y que por lo visto deben ser fijos en su obra, porque se repiten de forma acertada también en esta.

El primero era utilizar un narrador omnisciente, muy observador, que comenta y contextualiza la acción persiguiendo a los personajes principales. Este narrador parece que los aísla, se centra exclusivamente sobre ellos y lo que pasa a su alrededor carece totalmente de importancia. 
Va a ser el encargado de ir contando la historia al tiempo que suceden los hechos. Va a conocer los secretos, los recuerdos, los pensamientos, es decir, todo lo que sucede detrás de cada personaje, porque entre sus características principales está la de la ubicuidad. 
Otro detalle es su calidad descriptiva. Al comienzo de cada escena nos va a describir a la perfección los escenarios, los ambientes, y va a colocar a cada personaje en su lugar, tal y como haría un narrador de cualquiera de las obras de teatro de Shakespeare. 
Tampoco hay que olvidar mencionar que va a conocer el pasado y el presente, y ese detalle lo empleará para incluir algunas escenas retrospectivas.

Mas coincidencias con "Instrucciones para una ola de calor" es que empezamos teniendo una idea sobre el argumento y a mitad de lectura esa imagen se disipa porque la historia da un giro y tira por otros derroteros.

El tercer y último elemento del que os quiero hablar son las elipsis narrativas; eso que se intuye pero que no se menciona, y que crea un misterio alrededor de los silencios.
Realmente estas elipsis no son creadas por Maggie O'Farrell, sino por la Historia, y es que de la vida de Shakespeare se sabe muy poco. 
En los registros históricos no se encuentran datos sobre él hasta el momento en que aparece en los corrales de comedias. Lo que sí se sabe con certeza es que se marchó a Londres para dar rienda suelta a sus sueños, dejando atrás a su familia, sin que ningún tipo de remordimiento le atosigase, y que esa familia nunca se reunió con él en Londres. 
En este punto es donde cobra importancia la imaginación y el saber conjugar con acierto realidad y ficción, sin que el lector sepa dónde empieza una y acaba la otra. 

O'Farrell, basándose en algunos detalles de la vida del Bardo, crea una historia coherente para intentar explicar cómo fue la creación de Hamlet, una de sus obras más famosas.  
Lógicamente, la autora se permite algunas licencias para rellenar vacíos y crear una obra de ficción inspirada en la breve vida de Hamnet, una historia donde el dolor irá unido a la creatividad.

En esta novela, Shakespeare no va a destacar, no va a tener un lugar primordial entre el elenco de protagonistas. Deberá conformarse con el espacio reservado para él en la historia de la Literatura y aquí, limitarse a tener tan solo un papel secundario, tal y como sucedía con Robert en "Instrucciones para una ola de calor". Va a ser alguien desde el que nace la trama, pero que después se retirará de escena, sin aportar mucho, porque Agnes y Hamnet tienen tanta fuerza que terminan eclipsándole.

La autora se encarga de silenciar a Shakespeare y dar voz a unos personajes desconocidos que pasaron de puntillas por la Historia, eclipsados por la fama del Bardo de Avon. 
Esos personajes van a ser Agnes, su esposa; sus hijos, Susana, Hamnet y Judith, e incluso otros familiares, en distintos grado de parentesco. Personajes que aunque secundarios van a resultar muy interesantes y serán los que den movimiento y vidilla a la trama.

Agnes acapara nuestra atención y le roba el protagonismo a su marido; un robo bien merecido, porque Shakespeare, al que no conoceremos por su nombre sino por los términos de marido o preceptor de latín, es alguien para mí egoísta, que no duda en marchar a Londres dejando atrás a su familia porque vive únicamente por y para el teatro. 
Shakespeare va a ser en este libro solo el marido, el padre, el hijo, el cuñado o el yerno al que se cita de refilón. Debemos olvidar, al menos durante esta lectura, que es considerado el escritor más importante en lengua inglesa, y remplazar esa idea por la de que es tan solo un personaje ambiental, de presencia necesaria, pero solo mencionado para generar el ambiente adecuado dentro del drama y para contextualizar.

Y ya para terminar...
En Hamlet, escrita en 1603, el Bardo resucita la figura de su hijo Hamnet y consigue para él la inmortalidad. 
Este dato, que la muerte de su hijo pudiese haber inspirado Hamlet, es algo que los críticos sostienen, pero que no está confirmado al cien por cien. Lo que sí se sabe con certeza es que Hamlet es la reescritura de una obra más antigua que no ha sobrevivido.

miércoles, 24 de mayo de 2023

Los ojos de Galdós de Carolina Molina

Sinopsis:

Pobre, enfermo y casi ciego. Así vivió sus últimos años Benito Pérez Galdós, el genio que llenó de gloria la literatura de su tiempo. Pese a todo, no le faltó el cariño de sus amigos, familia y ciudadanos. Y, cuando sus ojos necesitaron ampararse en otros más jóvenes para continuar su labor literaria y, así, subsistir, ella, Carmela Cid, estará a su lado. Ella será sus ojos. Y también su voz. Junto a él recorrerá los escenarios de su vida, desde que llegara a Madrid, como estudiante de Derecho, hasta convertirse en un periodista de peso y un escritor consagrado. Y, a su vez, descubrirá el carácter benevolente y seductor de un hombre a la par inteligente y humilde del que se enamoraron muchas de las más ilustres mujeres de su tiempo, entre ellas, por ejemplo, Emilia Pardo Bazán.
Pensada por y para Galdós, con un estilo delicado y una prosa fluida, en la línea de sus novelas anteriores, Carolina Molina nos ofrece un retrato entrañable y desconocido del escritor que mejor supo reflejar la España del siglo XIX. 

Opinión:

Hace tiempo que quería hablaros de Los ojos de Galdós, una novela histórica que es en sí todo un homenaje hacia el hijo adoptivo más querido de Madrid. 
Poco se puede decir sobre D. Benito Pérez Galdós que no se haya dicho ya, sus obras contarán con adeptos y detractores, al igual que lo harán sus ideas políticas, pero sin duda, lo que sí se puede decir sobre él y no me quedo corta, es que fue el mejor cronista de Madrid, el que mejor supo observar y reflejar la vida de los madrileños.

Carolina Molina nos ofrece un retrato entrañable e inolvidable sobre este genio de las letras y para hacerlo da el protagonismo central a una mujer, Carmela Cid, un personaje ficticio que adoptará también el papel de narradora y que nos mostrará los momentos más importantes en la vida del autor. Una vida en la que las mujeres contarán con un papel muy importante, y no solo en sus libros.


—Verá, querida niña. Llevo escribiendo desde los veintiún años. Tengo las manos callosas de coger la pluma y los ojos gastados de leer las dichosas galeradas. Muchos se han enriquecido a mi costa, pero mis bolsillos están vacíos. Cierto es que he dilapidado algunos pequeños ahorros con personas a las que amé o creí amar, pero... aún no he conocido al escritor que se haya hecho rico escribiendo en este país.

Con lo primero que nos vamos a encontrar es con una narración in extremis, es decir, la acción se sitúa en un punto muy cercano al final, de esa forma vamos a conocer a Galdós en el tramo final de su vida; una narración intimista y detallada a través de la que conoceremos no solo al gran narrador del Realismo español, sino también al hombre que hay detrás.

Corre el año 1915, como telón de fondo tenemos a una España dolorida y triste que intenta salir de su letargo. Galdós ha perdido la vista y la revista La Esfera le pide que escriba sus memorias. A partir de este momento y con ayuda de Carmela, que se convertirá en los ojos del autor, la historia retrocederá hasta su llegada a Madrid en 1862.

Galdós fue un gran observador y ese método le dio la experiencia para crear a sus personajes. Curioseaba las vidas de las clases humildes madrileñas: castañeras, manolas, mozos de cordel, planchadoras... todo lo que recogían sus ojos se veía plasmado en sus novelas. No hacía crónicas de Madrid para el resto españoles, no, él escribía de Madrid para los madrileños, con una narrativa ágil y descriptiva que no ha conocido igual. 
Paseaba por la capital, describía acontecimientos, y dotaba a sus personajes de una humanidad, que aunque copiada o impostada, les llevó a convertirse en héroes de la literatura.

Carolina Molina, la autora, nos va a llevar de la mano de Galdós no solo a pasear por la Puerta del Sol, la Red de San Luis, El prado o La Montera, también por la Cava Baja, por los solares y los cafés, por lo que va a ser frecuente encontrarnos a nuestro protagonista mezclado con personajes históricos de calado como Doña Emilia Pardo Bazán, toda la Generación del 98 al completo, Carmen de Burgos, Isabel II, Alfonso XIII, Antonio Maura o Canalejas, entre otros muchos, todos ellos y debo decirlo llegados a este punto, descritos con elegancia y sin caer en lo tonto de los prejuicios, porque es muy complicado ser testigo del pasado y describir hechos o personajes históricos sin incurrir en ello.

Galdós fue un autor que apostó por la independencia del sexo femenino, en todas sus obras se refleja, pero también fue consciente del duro trabajo que aún quedaba por hacer. Doña Emilia le recriminaba que diese alas a las protagonistas de sus historias y que en cambio, al final se las cortase, pero era lo que exigían los tiempos y sus lectores. 
Carmela Cid, nuestra narradora, va a enfrentarse exactamente a los mismo problemas que sufren las mujeres Galdosianas, por lo que ya os avanzo que la ambientación y la historia que acompañará a la protagonista será fantástica.  

También quiero añadir, ya llegando al final, que aunque me he centrado en hablar en esta reseña de Galdós, al que considero con permiso de Carmela Cid el gran protagonista de este libro, la novela también va a servir como crónica de acontecimientos de una época sometida por las desigualdades económicas. 

Sin duda, una novela fascinante para los amantes de Galdós.

—No he de hablar de nuestro Galdós como patriarca de las letras, sino como madrileño y madrileñista. Nadie como él describió la calle de Toledo y nadie como él ha amado tanto al pueblo de Madrid.
Luis Garrido Juaristi. 
Alcalde de Madrid 1918-1920


jueves, 27 de abril de 2023

El trueno en el reino de Hilary Mantel

El trueno en el reino (Trilogía de Thomas Cromwell 03)
Sinopsis:

Inglaterra. Mayo de 1536. Ana Bolena ha muerto, decapitada en un abrir y cerrar de ojos, a manos de un verdugo francés. Mientras sus restos descansan bajo tierra, Thomas Cromwell desayuna con los vencedores y continúa su ascenso al poder y a la riqueza. Su maestro, Enrique VIII, se conforma con una felicidad a corto plazo en los brazos de su tercera reina, Jane Seymour. 
Cromwell sabe que sólo puede confiar en sí mismo. No tiene una gran familia que lo respalde, ni un ejército privado. Y a pesar de la rebelión interna, de los traidores que se multiplican en el extranjero y de la amenaza de invasión que pone a prueba el reinado de Enrique VIII, Cromwell busca convertir Inglaterra en un nuevo país que se mire en el espejo del futuro. Pero ¿puede realmente una nación, o una persona, desprenderse de su pasado como si fuera piel muerta? «¿Qué haréis –le pregunta el embajador español a Cromwell– cuando el rey se vuelva contra vos como hace tarde o temprano contra todos los que están próximos a él?»

Opinión: El trueno en el reino (Trilogía de Thomas Cromwell 03)

Por fin os hablo de El trueno en el reino, la novela con la que se da por concluida la trilogía sobre Thomas Cromwell.

La primera entrega de esta saga llevaba el título de En la corte del lobo y fue publicada en 2009. La siguiente, Una reina en el estrado, vio la luz en 2012 y entre esta y El trueno en el reino pasaron ocho años, ya que fue publicada en 2020. 
Ese es el primer fallo que he encontrado en esta novela, el tiempo entre la publicación de las dos últimas que hacen que el lector pierda interés en el argumento y más, cuando los hechos son de sobra conocidos.
Otro de los fallos es la extensión de esta última, 992 páginas de conspiraciones en torno a Cromwell y al reinado de Enrique VIII que se hacen demasiado pesadas por la estructura elegida y el exceso de paja.

De esa estructura ya os hablé en las anteriores novelas. Hilary Mantel elige a un narrador en tercera persona que enfoca la cámara sobre el personaje de Thomas Cromwell convirtiéndole en el protagonista absoluto de la historia y empleando una técnica demasiado redundante que termina empalagando al lector.
Para empezar emplea demasiado el pronombre personal Él,con lo cual nos encontrarnos con un texto cargado de infinidad de ellos y frases con la siguiente estructura: Él, Lord Cromwell. Ese uso exagerado es otro de los detalles que terminan cansando al lector.

Pero dejadme que os hable un poco del argumento, esto no es destriparos la novela, tan solo es Historia.

Al final de Una reina en el estrado dejamos a Ana Bolena en el tajo, bajo el filo toledano de la espada del verdugo francés contratado ex profeso para dar fin a su vida. Ana Bolena, la que fuese dama de compañía de Catalina de Aragón, va a ser sustituida en la cama del rey por otra de sus damas de compañía, la insulsa Jane Seymour con la que no tardará en contraer nuevas nupcias.
En ese momento comienza El trueno en el reino
Jane va a ser la nueva esposa de Enrique VIII, la que terminará dándole un heredero, pero que nunca llegará a ser coronada. Jane fallece doce días después del nacimiento de Eduardo VI y de nuevo comienza la búsqueda de Cromwell para darle otra esposa al monarca y una nueva reina a Inglaterra.
Tras muchas conversaciones y deliberaciones la elegida será Anne de Cleves o Ana de Cléveris. Esta noble alemana va a convertirse en la cuarta esposa. Ana no va a ser del agrado del, léase con sorna, agraciado e imponente Enrique, con lo que el matrimonio no será consumado y, por lo tanto, tampoco será coronada reina. Pero no os preocupéis por Enrique porque otra dama de compañía pasará a ocupar el hueco dejado. Como dice el refrán: a rey muerto, rey puesto, en este caso reina.

Este último matrimonio con Anne de Cleves va a ser el detonante de la caída de Cromwell, ya que el rey le hace responsable de esa mala elección. Una elección que únicamente tenía como fin una alianza política que sirviese para reavivar la Reforma.

Lógicamente, la prepotencia de Cromwell en asuntos de Estado y las desavenencias con las familias poderosas también contribuyeron a que terminase dando con sus huesos en el cadalso. 

Decían de él que era un gran orador y que entre sus cualidades estaba el excelente dominio de la retórica; te engañaba, ponía palabras en tu boca con unos modales suaves y terminabas diciendo cosas que no querías decir, pero olvidó el dicho español de a quien a hierro mata, a hierro muere
Cromwell se creyó intocable al contar con el favor del voluble Enrique, pero en cambio subestimó el poder de las grandes familias de las que no tenía ningún respaldo, al fin y al cabo, por muchos títulos que ostentara no era más que el hijo de un herrero y ya no resultaba útil. 

Al final, Cromwell siguió el camino que él mismo había trazado para otros y, tal y como nos relata Hilary Mantel, fue ejecutado en privado en la Torre de Londres. 
Lo que la autora olvida mencionar es que según rumores, Enrique VIII eligió a un verdugo no muy ducho en el arte de rebanar cabezas que tuvo que realizar tres intentos con un hacha poco afilada, hasta que logró decapitarle. 
Después de esa ejecución, la cabeza del que fuese miembro del Parlamento, Canciller de la Hacienda, Maestre de los rollos, Lord del Sello Privado y Lord gran chambelán, fue hervida y colocada en el Puente de Londres, con la mirada en dirección contraria a la ciudad.

Y aquí termina la novela y la saga. Es cierto que tratándose de la vida de Cromwell, la historia no puede ir más allá, pero parece que nos quedamos a medias.
Analizando a grosso modo...
La narración sufre demasiados altibajos en el ritmo; hay momentos en que el argumento se desarrolla de forma muy amena, pero en cambio en otros el narrador se pierde en escenas retrospectivas o en pensamientos del personaje que le llevan a perderse en elucubraciones, sin contar con que la autora omite algunos hechos, como el que os menciono en el párrafo anterior sobre la muerte del personaje, y en cambio en otros momentos da importancia a sucesos que la llevan a desarrollar escenas en exceso, de ahí la paja que mencionaba al comienzo.
Creo que puestos a contar debemos contarlo todo, sin omisiones, aunque al mismo tiempo el lector debe ser consciente de que nos encontramos ante una obra de historia ficcionada.

Leyendo todo esto estaréis pensando que el libro no me ha gustado y lo cierto es que todos estos detalles mencionados hacen que la lectura se haga cuesta arriba. La historia, las intrigas, son la parte amena, pero creo que la forma de narrar es lo que falla.

En resumidas cuentas... 
Un final un poco gris para una saga que había empezado con buen pie.

lunes, 30 de enero de 2023

Timandra de Theodor Kallifatides

Sinopsis:

Timandra es una de las figuras femeninas más fascinantes de la antigüedad griega. Mujer de una belleza excepcional, supo congregar en su casa a las mejores mentes de su tiempo, desde Sócrates a Eurípides. Pero sobre todo trascendió por, como dicen las fuentes históricas, ser 'el éter espléndido que convivió con el héroe Alcibíades y recogió sus cenizas'. 
En esta novela de Theodor Kallifatides, considerada por su autor como quizá la mejor de ellas, es Timandra quien nos cuenta en primera persona su vida y la Atenas de su tiempo, en plena Guerra del Peloponeso contra Esparta. Figuras, lugares, tiempos, la Atenas del Ágora y puertos, gimnasios y campos de batalla: todo es real. Pero Timandra es mucho más que una novela histórica. El centro de gravedad es el amor: explorado, debatido, codificado -como era costumbre entre los griegos de la época-, aceptado siempre como regalo y condena, entre risas y lágrimas, en un simposio, un rito misterioso, a un minuto de la muerte.

Opinión:

“Mi nombre es Timandra y soy hetera".

Ese es el modo en que el personaje se nos presenta. 
Ella es hetera, prostituta, meretriz o cualquier otro de los eufemismos que suelen utilizarse para sustituir una palabra que se considera grosera o de mal gusto, aunque yo prefiero quedarme con el término de hetaira o compañera...y más en esta época en la que tenemos la piel tan finita que para que no se nos ofendan las momias cambiamos el término por persona momificada...

Timandra, en esos primeros compases de la narración, nos informa que la profesión de hetera no es tan antigua como pensamos y que hubo algunas mujeres célebres como Nicó de Samos, Calistrata de Lesbos o Aspasía de Mileto, esposa de Pericles, que transformaron la esclavitud en profesión.

Theodor Kallifatides nos presenta a una mujer, según dice, una de las figuras femeninas más fascinantes de la antigüedad griega.
Ahora, tras esta lectura sé que fue la amante de Alcibíades, para unos héroe griego, para otros, traidor, según el bando, y lo cierto es que queda un poco feo decir que solo se ha hecho famosa por compartir la cama con él, así que voy a intentar contaros un poquito más de ella y confesaros desde estas primeras líneas que me he sentido un poco engañada.

Si de verdad, como se dice en la sinopsis, fuese una de las figuras femeninas más fascinantes de la antigüedad griega, creo que esta historia sería la suya y no la del general ateniense, Alcibíades.

Timandra vivió en el siglo V a.C., en plena guerra entre atenienses y espartanos, y fue coetánea de Pericles, Sócrates o Eurípides, entre otros muchos.
Su nombre da título a esta obra histórica, pero hasta el propio autor se vale de él para contarnos otra historia. 
Ella es nuestra narradora, sí, pero solo eso, una simple herramienta. 
Relata en primera persona su vida, pero poco a poco esa idea se va difuminando para terminar contándonos la de Alcibíades, así que me da la impresión de que los lectores terminamos siendo manipulados por el autor, ya que todo lo narrado termina girando en torno al personaje masculino. La novela comienza cuando le ve por primera vez, y termina cuando él muere... Vosotros juzgáis.

Y no es que yo interprete así lo leído y vea al personaje perder poder narrativo al tiempo que se convierte en alguien secundario que va perdiendo peso en la trama al tiempo que se enumeran las hazañas de Alcibíades, ¡no!, es que hasta ella lo dice:  
"La Historia se olvidará de mí, pero a él lo recordará". 

Por ese motivo, ante el temor de que solo sea recordado como quieren los vencedores, que al fin y al cabo son los que escriben la historia, nos narra la vida de su amante; lo bueno y lo malo; las luces y las sombras de un hombre que dirigió miles de soldados y escuadras de cientos de barcos, un gran estratega con una idea fija en la mente, la de borrar a todos los grandes hombres del recuerdo colectivo y pasar a la historia como único héroe. 
En definitiva, un hombre con un ego tan grande como su capacidad para granjearse poderosos enemigos.

La obra comienza en una pequeña cabaña de Frigia, en la que será la última noche de Alcibíades. A partir de ese momento Timandra nos hace retroceder en el tiempo para comenzar un relato, más o menos lineal, pero con un marco histórico excepcional. Esa historia que ocurre de fondo, que irá avanzando al tiempo que la narración, es la guerra entre Atenas y Esparta, una contienda que duró 28 años. 

En esta historia vamos a tener grandes dosis de filosofía, para qué voy a engañaros. filósofos, poetas y oradores se pasearán por las páginas de esta historia novelada, debatiendo sobre el amor y sus secuelas, porque básicamente esta novela va de eso, del amor y de las distintas formas de entenderlo. Lógicamente al venir de boca de una hetaira el amor irá unido al erotismo y al sexo.

Theodor Kallifatides dice que esta es quizás una de sus mejores novelas. Lo cierto es que no puedo juzgar porque es la única que he leído de él; solo puedo deciros que narra bien. Me gusta su estilo, como te envuelve y sumerge en la historia, pero como habéis visto, esperaba algo más.
¿Lo recomiendo?, pues sí, es bastante interesante y el libro es cortito, pero insisto. 
No es oro todo lo que reluce.

martes, 15 de noviembre de 2022

Paradero desconocido de Kressmann Taylor

Sinopsis:

Concebida como un intercambio epistolar entre Max Eisenstein, un comerciante de arte judío residente en San Francisco, y su socio comercial, Martin Schulse, que había regresado a Alemania en 1932 y escribe a su socio desde allí.
Paradero desconocido cuenta el trágico desarrollo de una amistad y la historia de una amarga venganza. 
Construida con un suspense insuperable, desconcertantemente breve, en el que no sobra ni falta una palabra, esta novela magistral describe vívidamente el veneno en descomposición del nacionalsocialismo. 
Un relato visionario que, sin asomo de complacencia ni demagogia y un final sorprendente, expone la tragedia íntima y colectiva de la Alemania nazi.

Opinión:

Hoy os voy a hablar de una novela muy cortita a la vez que intensa y para ello voy a empezar por las curiosidades.

Paradero desconocido fue publicada por primera vez en 1938 por la revista americana Story y a los diez días de su publicación el número se había agotado. 
Su lectura era recomendada en emisoras de radio y revistas, y los lectores hacían copias para amigos.
Otra revista, la Reader's Digest, que solo publicaba ficción, dejó de lado esta norma y reimprimió el relato para sus tres millones de lectores.

Un año después, en 1939, Simon & Shuster la publicó en forma de libro, vendiendo más de 50.000 ejemplares, algo totalmente inusual para la época. 
La fama del relato le dio el impulso que la llevó a cruzar el charco, y la encargada de publicarlo en Inglaterra fue la editorial Hamish Hamilton, dando el pistoletazo de salida a la publicación en otros idiomas.
En ese mismo año, la Blitzkrieg, es decir, la guerra relámpago de Hitler, había conseguido que Alemania dominase gran parte de Europa y la traducción holandesa desapareció como por arte de magia de las librerías, reapareciendo únicamente el título en la lista de las obras prohibidas por el Reichskommisar.

A partir de ese momento Paradero desconocido pasó a formar parte de los libros olvidados hasta que, en 1995, Story Press la rescató y reeditó.

Hay que decir también que la obra fue publicada bajo el seudónimo de Kressmann Taylor, nombre profesional que adoptó a partir de ese momento la escritora Katherine Kressmann, ya que consideraron que la historia era demasiado dura para ser firmada por una mujer.

El argumento está basado en hechos reales y, según habéis podido ver por las fechas de publicación, la autora tuvo una visión premonitoria de lo que terminaría sucediendo en Europa con la llegada del nazismo. 
En esta obra cortísima, tan solo tiene 80 páginas, se relata a modo de denuncia la transformación ideológica y radicalización que sufrieron algunos alemanes tras retornar a su país.
La autora a modo de anécdota cuenta que, poco antes de estallar la guerra, unos amigos suyos de nacionalidad alemana regresaron a su país natal tras haber estado viviendo largo tiempo en Estados Unidos. 
En muy poco tiempo su modo de pensar y actuar experimentó un cambio radical, negándose a escuchar la menor crítica contra Adolf Hitler. Sobre esta premisa tan inquietante, Katherine Kressmann decidió construir este libro.

Paradero desconocido está escrita a modo epistolar y narra no solamente ese cambio ideológico que sufrieron los ciudadanos alemanes, sino que también profundiza en la persecución que sufrieron los judíos. También aparece, al comienzo, una ligera mención sobre el estado de la economía alemana en ese momento, a causa de las sanciones económicas impuestas por el Tratado de Versalles y que quizás actuasen como detonante para que la ciudadanía alemana aprobase, sin cuestionar, ese fanatismo radical.

Katherine Kressmann prescinde de las descripciones, en cambio a través de las cartas nos hacemos una idea clara de cómo son los personajes y sobre todo de cómo va cambiando su forma de pensar; detalle que hace que los personajes se distancien, algo que también se aprecia en el tono que van tomando las cartas.

El suspense está sembrado desde las primeras páginas y el final nos depara un giro sorprendente y escalofriante.

La novela fue llevada al cine en 1944, encargándose la autora de escribir el guion.

martes, 25 de octubre de 2022

Las noches de la peste de Orhan Pamuk

Sinopsis:

Abril de 1901. Un barco se dirige hacia la isla de Minguer, la perla del Mediterráneo oriental. A bordo se encuentran la princesa Pakize Sultan, sobrina del sultán Abdülhamit II, y su reciente esposo, el doctor Nuri, pero también un misterioso pasajero que viaja de incógnito: el célebre inspector jefe de sanidad del Imperio otomano, encargado de confirmar los rumores de peste que han llegado hasta el continente. En las animadas calles de la capital portuaria nadie puede imaginar la amenaza, ni la revolución que está a punto de fraguarse.
Desde nuestros días, una historiadora nos invita a asomarnos a los meses más turbadores que cambiaron el rumbo histórico de esta isla otomana, marcada por el frágil equilibrio entre cristianos y musulmanes, en un relato que combina historia, literatura y leyenda.
En esta nueva obra del Nobel, destinada a convertirse en uno de los grandes clásicos sobre plagas, Pamuk indaga en las pandemias del pasado. Las noches de la peste es la historia de supervivencia y lucha de unos protagonistas que lidian con las prohibiciones de la cuarentena y la inestabilidad política: un apasionante relato épico de atmósfera asfixiante donde la insurrección y el asesinato conviven con las ansias de libertad, el amor y los actos heroicos.

Opinión:

Hoy voy a a hablaros por primera vez en este blog de Orhan Pamuk, un escritor turco que obtuvo el Premio Nobel de literatura en 2006.
Esta novela empezó a escribirla en 2016, pero no fue hasta la llegada del Covid y su obligado confinamiento que el autor sacó fuerzas y tiempo para terminarla. 

Las noches de la peste sigue la línea de otras obras en las que las pandemias actúan como tema central, como La peste de Albert Camus o Diario del año de la peste de Daniel Defoe, por citar algunas. 
En esta Pamuk nos ofrece una obra de ficción de inspiración histórica, con algún que otro toque policíaco, y en ella nos describirá la lucha contrarreloj de los protagonistas para frenar una epidemia de peste bubónica, la de 1901, en una isla ficticia del mediterráneo. 

Para que los hechos resulten más veraces, el papel de narradora recae sobre un personaje que se presenta en la introducción como historiadora y que será la encargada de reconstruir la historia a través de los textos y las cartas que enviaron los protagonistas, parece ser que esto último es real. 
Otro detalle que da veracidad a lo narrado es que los acontecimientos nos llegarán desde diversos puntos de vista. La narradora hace un seguimiento de los distintos protagonistas para que de esa forma parezca más una historia de muchos que una personal, dando como resultado una historia marco que contiene otras muchas en su interior, un poco al estilo de las 1001 noches.

Y ahora llega el momento de hablar de los peros...

A pesar de que el autor describe con gran colorido y minuciosidad los sucesos, reconozco que las 732 páginas del libro se me han hecho un poco cuesta arriba, dejándome una sensación algo agridulce. 

Me gusta mucho el estilo de Pamuk y no descarto leer alguna otra obra suya en breve, pero hay detalles que me han dado la sensación de que al final a este libro le sobraban páginas y se perdía la esencia inicial de la novela.
En la sinopsis nos cuentan que a bordo de un barco que se dirige hacia la isla de Minguer viajan la princesa Pakize Sultan, sobrina del sultán Abdülhamit II, y su reciente esposo, el doctor Nuri, junto a un misterioso pasajero: un famoso investigador de sanidad del Imperio otomano, encargado de determinar que tipo de enfermedad está asolando la isla. 
Tras su llegada a la isla este personaje será asesinado y así comienza esta novela con tintes históricos y policíacos. 

Pues bien, en mi opinión el problema es que a mitad de la obra el tema de la enfermedad, la forma de erradicarla y/o la escasez de medios producida por el aislamiento de la isla terminan siendo un tema secundario, difuminándose en pro de temas como la independencia de la isla, de las conspiraciones políticas o el fanatismo religioso; detalles sobre los que se hace demasiado hincapié, y sobre los que la narradora o más bien el autor, vuelve una y otra vez. Quizás por este tema la obra llegó a las librerías envuelta en polémica, ya que Pamuk ha sido acusado por parte del gobierno de Turquía de ofender a la nación turca.

Por otro lado, la investigación que se llevará a cabo para descubrir al asesino del investigador de sanidad, también aparece desterrada al ostracismo a mitad de la historia, solo parece un gancho para seducir a los lectores al comienzo de la lectura. Este tema se retoma al final pero dando como resultado un discurso algo deslavazado que ya poco importa al lector. 
En resumidas cuentas... Toda la intriga que vemos en la sinopsis termina esfumándose según avanza la trama. 

Los personajes potentes, con carisma, que conocemos al comienzo, terminan dando paso a otros que, también bajo mi punto de vista, tienen menos gancho aunque sean determinantes para el desarrollo de los acontecimientos. Ese protagonismo relativo parece convertirlos en personajes incidentales; en marionetas en manos de una narradora que les hace entrar y salir de escena solo para su granito de arena contando hechos reales de la historia de Turquía.

Después de leer todo esto seguro que os sobrevuela la duda de si me ha gustado este libro, y la respuesta es sí. 
Me gusta la historia principal, la de la lucha por frenar una epidemia; me gusta como el autor aborda todos los temas por muy delicados que sean; me gusta su estilo y coincido plenamente con él en que el arte de la novela se basa en la habilidad para escribir el relato de nuestras vivencias como si fueran las de otros, y para escribir el relato de las vivencias de otros como si fueran las nuestras, pero vuelvo a insistir... al libro le sobran páginas, y un autor también debe saber cuando finalizar una narración evitando al lector una acumulación de información innecesaria.

miércoles, 13 de abril de 2022

Guerra y paz de Lev N. Tolstói

Sinopsis:

Obra cumbre de Lev Tolstói (junto a Anna Karénina) y de la narrativa del XIX, Guerra y paz constituye un vasto fresco histórico y épico. Con la campaña napoleónica -Austerlitz, Borodinó o el incendio de Moscú- como trasfondo, se narra la historia de dos familias de la nobleza rusa, los Bolkonski y los Rostov, protagonistas de un mundo que empieza a escenificar su propia desaparición.
Hasta hace pocos años, todas las traducciones de Guerra y paz se basaban en la edición canónica de 1873. Sin embargo, en 1983, la Academia Soviética de Ciencias publicó lo que ellos llamaron la «edición original», es decir, la primera versión que Tolstói escribió en 1866. Es la espléndida traducción de ese manuscrito original, de la mano de Gala Arias Rubio, la que publicamos en este volumen.

Opinión:

Guerra y paz o "Bien está lo que bien acaba", que es otro de los títulos provisionales que se le dio en el comienzo, es sin duda, una de las mejores novelas jamás escritas. 
Puede que esta afirmación suene demasiado rotunda y que haya lectores a los que no se lo parezca, pero no podrán negar que su trama, estructura y personajes, la convierten en una de las más complejas y completas, por algo está considerada como obra cumbre no solo de la literatura rusa sino también de la literatura universal. 

La obra.

Lev N. Tolstói dedicó siete años a su planificación y escritura, desde 1862, momento en que aparecen publicados los primeros fragmentos, hasta 1869, cuando se publican los últimos volúmenes. 
También escribió siete versiones y quince veces rehízo el comienzo.
En 1873 volvió a rehacerla al completo, quedando reducida a cuatro volúmenes o partes, siendo finalmente en 1886, tras la última revisión de su esposa, Sophia Behrs, cuando se dio finalmente por terminada.

En los borradores iniciales el autor reflejaba una idea totalmente distinta; el argumento iba sobre un hombre que regresaba a Rusia tras treinta años exiliado en Siberia por haber participado en el alzamiento fallido que coincidió con la proclamación del Zar Nicolas I, pero la cosa de torció y consideró más importante hablar sobre lo que quizás se considera el acontecimiento más glorioso de la historia rusa, la victoria sobre Napoléon
Sobra decir que para el pueblo ruso esta novela ha sido y sigue siendo el gran símbolo de la resistencia, exaltando los valores patrióticos rusos. Tolstói consiguió inmortalizar en ella unos hechos cuyos ecos aún resuenan, es más... durante el sitio de Leningrado en la II Guerra Mundial se vendieron más de medio millón de ejemplares.

Está enmarcada dentro del movimiento literario del realismo ruso y podría abarcar los géneros de la novela histórica, costumbrista, épica, crónica familiar e incluso de aventuras, y es que entre sus páginas vamos a encontrar todo eso y más... historias de amor, actos heroicos y mezquinos y/o personajes buenos y malos, en los cuales su actitud o sus experiencias serán las que marquen la progresión de su arco de transformación.
Pero antes de aventurarme a hablaros precisamente de esto último, que hace referencia a la compleja construcción de los personajes, quiero detenerme a comentar otros detalles que considero también importantes.

Guerra y paz.

Narra el antes, durante y después de las guerras napoleónicas a través del día a día de dos o tres familias rusas. En el número los críticos y reseñadores no se ponen de acuerdo.
Yo creo que si analizamos el libro en su totalidad, observando la presencia y peso en la trama de todos los miembros que componen cada una de ellas, el número quedaría reducido a dos: 
La familia de los Bolkonsky y la de los Rostov
Ahora bien, hay un personaje muy importante, Pierre Bezújov, que pertenecería a esa tercera familia a la que hago referencia. Él va a ser el encargado de hacer de nexo de las otras dos, aunque el resto de sus parientes no sean muy importantes o tengan poco desarrollo. 

Al mismo tiempo, y aunque la nómina de personajes es muy extensa, para mí, los tres protagonistas indiscutibles son: Andrei Bolkonski, Natasha Rostova y el ya citado, Pierre Bezújov. 
El resto de ese elenco va a dividirse entre incidentales y ambientales. 

Lógicamente cuando hablamos de una obra tan monumental como esta, tan leída y reseñada, habrá disparidad de opiniones sobre todos y cada uno de los aspectos técnicos y formales.

Crisis y Críticas.

Y ahora, cambiando un poco de tercio...
Tolstói a lo largo de su vida sufrió varias crisis morales y espirituales y eso le llevó a hacer una dura crítica hacia la clase aristocrática a la que pertenecía.
Desde el primer capítulo vamos a ser testigos de su extraordinaria destreza a la hora de describir a esa clase social, rechazando los valores que la guiaban y mostrándola como vanidosa, frívola y superflua. Estaba obsesionado con mejorar la vida de los más pobres, de los mujiks, campesinos sin tierras ni propiedades, y ese pensamiento vamos a ver como lo vuelca y desarrolla en el personaje de Pierre Bezújov, siendo éste el encargado de transmitírselo posteriormente a Andrei Bolkonski. 
Ese pensamiento altruista y totalmente desinteresado del autor va a ser algo recurrente a lo largo de toda su obra, incluyendo Ana Karenina o Resurrección.

Los pilares de la obra: los personajes

Pero si hay algo que me ha llamado la atención y que abarca toda la producción literaria de este escritor, sobresaliendo por encima de otros detalles, es la gran evolución que experimentan los personajes y la intensidad de sus sentimientos.
Ellos son la columna vertebral sobre la que se mantiene en equilibrio perfecto la trama. Son ideados y moldeados poco a poco, los hace crecer mientras los lectores disfrutamos con esa transformación pausada. 
Al principio aparecen como una roca basta y terminan simulando una escultura de Giovanni Battista Lombardi, dotados de una gran delicadeza e infinidad de matices. 
Haciendo brillante ejercicio de estilo literario, que incluye su construcción, van cambiando según avanza el tiempo, y no me refiero a que el paso de las estaciones haga mella en ellos, que entren en escena con la dentadura completa y el cabello perfecto y acaben el libro desdentados y calvos. A lo que me refiero es que su transformación no solo afecta al exterior, sino que, como humanos que son, cambian en su forma de pensar y actuar, su moralidad varía dependiendo de los hechos en los que toman parte.

Respecto a los reales... se van a mezclar con los ficticios, y sorprende que esos grandes protagonistas de las guerras napoleónicas que son Napoleón y el Zar Alejandro I, pasan por aquí como secundarios, con un papel meramente incidental. Solo forman parte del marco escénico, de esos acontecimientos reales que sirven para aportar realismo y ubicarnos en una etapa histórica en concreto.

El escritor, al igual que hizo en Anna Karenina, construye una obra brillante, interrelacionando personajes y reservándose para sí mismo el papel más importante, ya que no solo va a ser el creador sino que también actúa como narrador omnisciente, inmiscuyéndose en nuestra lectura. 
Está claro que el relato es subjetivo, vemos los hechos como el quiere, para algo es su relato, pero en el momento de las batallas, cuando los personajes no pueden aportar datos objetivos, él nos ofrece un análisis detallado de las acciones de los jefes militares. 

En resumidas cuentas, si es que se puede resumir una obra así...

Tolstói pinta un gran cuadro, como el Bosco con el jardín de las delicias
Nos describe a toda la sociedad rusa, haciendo especial hincapié en una clase aristocrática, hipócrita y superficial, pero también al hacerlos evolucionar nos muestra un amplio abanico de personalidades con sus luces y sus sombras, sus defectos y virtudes, hablándonos incluso del amor en todas sus formas.
No sé cuántos personajes secundarios tiene, ni si alguien se habrá detenido a contarlos, pero insisto, esta obra es monumental y se ha ganado con creces estar entre las mejores de la literatura Universal.

viernes, 10 de diciembre de 2021

El secreto Fabergé de Charles Belfoure

Sinopsis:

San Petersburgo, 1903. El príncipe Dimitri Markhov, amigo íntimo del zar Nicolás II, vive rodeado de lujos en la corte imperial junto a su esposa. El zar, amante del arte, continúa con la tradición familiar de coleccionar huevos Fabergé, que adornan las salas del Palacio de Invierno. Sin embargo, fuera de la corte, el pueblo vive una realidad muy distinta bajo la tiranía zarista, en particular los judíos.
Cuando Dimitri conoce a la joven Katya Golitsyn, siente que es su alma gemela. A media que el vínculo entre ellos crece, Katya descubre sus antepasados judíos y comparte con Dimitri la violenta realidad de su pueblo. Ambos deciden entonces sumarse a una conspiración para establecer una monarquía constitucional; conspiración en la que la colección de huevos Fabergé será un eje central, pero un descuido podría ponerlo todo en riesgo y desatar la furia del zar.

Opinión:

Siempre os digo que hay que tener mucho cuidado con las sinopsis porque en ocasiones parece que las carga el diablo. 
Está claro que se hacen para atraer, pero siempre bajo mi opinión y sin ánimo de ofender a nadie, atraer no debería ser sinónimo de engañar.
Para no andarme por las ramas os diré que todo lo interesante de la historia aparece descrito en ese resumen editorial.

La novela en general, no quiero que la descartéis desde mi primera frase, está bien. Capítulos breves que agilizan la lectura, ritmo aceptable, pero poco más... 
Puede que las editoriales hayan bajado el nivel de calidad o que los lectores hayamos subido nuestro nivel de exigencia, pero he experimentado más emoción al abrir el Kinder sorpresa que me acabo de zampar que en las 349 páginas que componen esta obra.
Resumiendo mucho y siempre dejando claro que es una opinión personal, a la historia le falta sustancia porque se resaltan algunos puntos en ella que para mí han sido de escaso interés. Ahora os cuento por qué.

Según la editorial o el orden que se marca en la sinopsis da la impresión que en el eje central del relato se relatarán los sucesos que ocurren en el interior de la corte, la conspiración para derrocar al zar en la que las lujosas joyas Fabergé tendrán un lugar destacado, pero no es así, porque el hilo principal sobre el que se construye la historia es en torno a la relación de los protagonistas, del príncipe Dimitri Markhov, amigo íntimo del zar y de Katya Golitsyn, una joven doctora que descubrirá por azar su herencia judía.
Dimitri y Katya van a formar parte de la conspiración, sí, pero incluso siendo esa la trama principal, los hechos quedan un poco deslavazados, les falta emoción, al igual que otros muchos sucesos que se nos cuentan y que al llegar al final parece que quedan un poco en el aire. Como decía Chejov, si pones un arma en una escena que sea para ser disparada, no como mero adorno.

Hay que dejar claro, llegados a este punto, que es una novela de ficción histórica y que por lo tanto lo relatado no tiene por qué ceñirse a los hechos reales al pie de la letra, pero ya que te inspiras en ellos que menos que darles un poco más de importancia, como parece que se le da en la sinopsis.
Por puntualizar un poco más sobre este tema...
En la sinopsis dice: 
"Una emocionante novela llena de tensión e intriga sobre los crímenes de los Romanov contra el pueblo judío."
Cuando lo cierto es que los lectores solo vemos a un zar que se deja influenciar por sus ministros y al que los pogromos judíos le llegan solo de oídas, afectándole por una serie de atentados que sufre su familia y que se les achaca a ellos.

Vuelvo a incidir una vez más en lo mismo. 
Los hechos históricos, los personajes reales que aparecen reflejados en la trama marcaron la historia de Rusia y se les podía haber sacado muchísimo provecho, tal como hizo Tolstoi, y no como en este caso que quedan relegados a un segundo término en pro de una insulsa historia romántica que sacaría de quicio a la mismísima Anna Karenina y donde ni los protagonistas, ficticios, tienen una personalidad que destaque.

El autor intenta reflejar algunos de los acontecimientos que condujeron al derrocamiento del imperio zarista. Aparecerán citados los pogromos judíos, los atentados contra la familia imperial, las revueltas de campesinos y trabajadores y también la manifestación que tuvo lugar tras la derrota en la guerra ruso-japonesa de principios del siglo XX, una manifestación que sería duramente sofocada y que terminaría denominándose como Domingo Sangriento. Con ese contexto histórico esperaba mucho más y en cambio se cita de forma sesgada.

Por otro lado, los huevos Fabergé y el secreto que esconden esas bellas joyas que tanto gustaban en la corte imperial rusa y que aquí parecen ser el eje central del argumento, como ya he mencionado, son solo un elemento para impulsar la trama, un medio del que se vale el autor para aportar la única intriga de la novela.

Charles Belfoure nos muestra que el chisme es la base de las reuniones de la alta sociedad petersburguesa, es decir, frivolidad frente a los problemas reales, y eso es precisamente lo que me ha parecido a mí esta novela; una historia frívola en la que no se da la importancia que merecen a unos hechos trascendentales para el desarrollo político de Europa.

jueves, 17 de junio de 2021

Ciudad de ladrones de David Benioff

Sinopsis:

Durante el brutal asedio de Leningrado por parte del ejército nazi, Lev Beniov es arrestado por saquear el cadáver de un alemán y termina en la misma celda que un desertor llamado Kolya. 
En vez de ser ejecutados, a Lev y Kolya se les da la oportunidad de salvar sus vidas si cumplen con una absurda misión: conseguir una docena de huevos para el pastel de boda de la hija de un poderoso coronel soviético. 
Lev y Kolya deberán embarcarse en una aventura a través de los bajos fondos de Leningrado y más allá de la línea enemiga para conseguir lo imposible. 
Por el guionista y creador de la serie Juego de Tronos.

Opinión:

Hoy os hablo de nuevo en el blog de una novela que ha conseguido captar mi atención por varios motivos.

La fecha de publicación original de esta novela es de mayo de 2008, pero con motivo del 80 aniversario del sitio de Leningrado, la editorial Destino la ha rescatado publicando una nueva edición.

Su escritor. David Benioff parece que es conocido por sus guiones cinematográficos, entre los que destaca el de "Troya", el de "XMen Origins: Wolverine" y también la adaptación de la serie de novelas de George R. R. Martin "Canción de hielo y fuego" (Juego de Tronos), aunque a mí el nombre no me sonaba  de nada pensé que siendo guionista de renombre, como parecían avalar esas series, la novela resultaría muy visual, como al final ha sido.

Últimamente las publicaciones en esta estantería virtual se centraban en novelas clásicas y thrillers, y me apetecía cambiar de género con una obra de ficción histórica, pareciéndome esta una buena opción. En ella, como habéis visto por la sinopsis, se relata un hecho algo ridículo, conseguir una docena de huevos para hacer un pastel en una ciudad asolada por el hambre, teniendo como telón de fondo el asedio de Leningrado por parte del ejército alemán.
Como digo, puede parecernos un hecho esperpéntico, pero es lo que tienen las guerras, que en sí son absurdas.

La novela se divide en 27 capítulos, más uno inicial a modo de prólogo. 
En ese capítulo inicial vamos a conocer a David, un personaje incidental que participa en este primer capítulo como elemento de unión entre el pasado y el presente, y que será el que nos ponga en situación de forma breve.

David nos cuenta que vive en Los Ángeles y que su tranquila vida transcurre entre los guiones de superhéroes mutantes que escribe, pero le llega un inusual encargo para una revista, escribir un ensayo autobiográfico. 
Dado que considera que su vida es intensamente monótona decide escribir sobre otro tema, sobre el sitio de Leningrado y para ello pide ayuda a su abuelo, testigo de primera mano de ese acontecimiento.
Tras ese capítulo preliminar la historia pasa a ser contada en primera persona por Lev, el abuelo, y ahí es cuando se me encendió la bombilla...
El personaje de David no es ni más ni menos que el autor de este libro, David Benioff. 
Para escribir esta novela, el autor entrevistó a su abuelo que vivió su adolescencia en Leningrado durante el sitio y sirvió en el ejército ruso. Lo que hay que decir, es que tanto los protagonistas como los acontecimientos son ficticios y el autor solo se sirvió del relato de su abuelo para recrear el contexto histórico.

La novela sigue una narración lineal y tiene un buen ritmo; los acontecimientos se suceden uno tras otro sin dar respiro y eso lo consigue mezclando los datos históricos con esa historia paralela que es la búsqueda de los huevos.
Podría deciros que esa búsqueda es el tema principal de la novela, pero cuando vamos leyendo vemos que no es así.

Los huevos son tan solo un macguffin, un elemento que aporta suspense y que impulsa la trama, haciendo que la historia avance, pero que realmente va perdiendo fuerza y que al final vemos que no tiene verdadera importancia para el argumento.
¿Eso es malo?, pues no. Benioff consigue mantener el suspense hasta el final haciendo uso de esa excusa argumental que se convierte en una búsqueda. Hasta prácticamente la última página no conoceremos la suerte que correrán los personajes y si conseguirán su objetivo.
Rascando bajo ese macguffin lo que encontramos es una historia de amistad y de supervivencia; un relato que consigue llevarnos en muchos momentos de la carcajada a la tristeza, y precisamente eso es lo que más me ha gustado, las carcajadas que nos sobrevienen por las grandes dotes humorísticas de uno de los personajes que consiguen dejar una perpetua sonrisa en la cara del lector, a pesar de la dureza de los sucesos que narran como telón de fondo.

Esta novela tiene como protagonistas absolutos a Lev y Kolya, siendo el resto de personajes meramente incidentales y ambientales. Los dos protagonistas no pueden ser más dispares y consiguen rebajar con su actuación la tensión de lo narrado.
Podría hablaros más en profundidad sobre Lev y Kolya, pero creo que aunque son los protagonistas la historia no gira sobre ellos. Son otra argucia argumental para relatar la verdadera historia del sitio de Leningrado.

Y ya para terminar...
Quizás lo que más me ha gustado, sumado a las descripciones que hace el autor sobre algunos hechos de sobra conocidos, es que también incorpora otras sobre escenas cotidianas de como era la vida durante ese asedio a la ciudad, quizás para mí, ese sea el punto fuerte de esta novela.

martes, 23 de febrero de 2021

El asesinato de Platón de Marcos Chicot

Sinopsis:

La ateniense Altea, una de las más brillantes discípulas de Platón, no sabe que tiene a su peor enemigo en su propia casa, y que tanto ella como el bebé que espera se encuentran en peligro. Por su parte, su amigo y maestro Platón arriesga la vida para intentar hacer realidad su gran proyecto: un gobierno en el que impere la justicia en lugar de la corrupción, y donde la razón se imponga a la retórica vacía de los demagogos. Un gobierno ideal que traería la paz a los pueblos y en el que las mujeres podrían llegar a gobernar.
Como telón de fondo, el surgimiento de una nueva potencia liderada por el invencible general Epaminondas, uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, pone en juego la supervivencia tanto de Esparta como de la propia Atenas.
Tensión, intriga, traiciones y un amor que desafía a su época confluyen en una novela que recrea de modo impecable el tapiz de la Grecia Clásica y las ideas revolucionarias de Platón, el filósofo más influyente en la historia de la humanidad.

Opinión:

Va camino de cuatro años que reseñé el libro de Marcos Chicot "El asesinato de Sócrates", y en cambio parece que fue ayer cuando lo leí, ya que el recuerdo de su argumento y sus personajes perduran aún en mi memoria.
En esta nueva novela la trama nos sitúa en Atenas, casi tres décadas después de la muerte de Sócrates.
Atenas atraviesa el período de mayor esplendor cultural desde la guerra del Peloponeso, pero un nuevo peligro aparece en la escena griega y amenaza con terminar con esa época dorada: el ejército de Tebas.

En este nuevo libro vamos a encontrarnos en sus más de novecientas páginas, una recreación perfecta de una época llena de guerras y conflictos, en la que como es natural también habrá espacio para el amor y los discursos filosóficos. 
A lo largo de la lectura también vamos a encontrarnos con algunas páginas diseminadas, a modo de separadores entre capítulos, en las que conoceremos más datos sobre el filósofo y su doctrina.

Por otro lado y al igual que sucedía en la anteriormente citada, en El asesinato de Platón la mayoría de los personajes que se nombran son reales y los hechos en los que participan han sido recreados de acuerdo a la documentación que se conserva sobre ellos.
La trama contiene obviamente hilos de ficción, con personajes creados expresamente para ello y sus acciones están sujetas a las fuentes históricas, por lo que lo narrado podría perfectamente haber sucedido tal y como se cuenta, con eso no quiero decir que no se permitan algunas licencias dramáticas.

También quiero comentaros que ambas novelas, aunque son de lectura independiente, tienen en común que los acontecimientos y algunas hilos escénicos se suceden en el tiempo, aunque haya una separación de treinta años, por lo que los personajes que intervinieron en el pasado vuelven a aparecer en momentos puntuales, dando con ello el relevo a sus descendientes que se convierten en los nuevos protagonistas.
Por ese motivo, a los que ya leísteis la anterior obra de Chicot os sonarán algunos de sus personajes. 
Ese es precisamente uno de los detalles que más me ha gustado de esta nueva obra que narra la vida hasta los últimos días de uno de los pilares de la filosofía, que los personajes que ya conocemos y a los que tomamos cariño en su día, salten de una novela a otra evitando que les olvidemos.

Otro detalle respecto a los personajes... 
Todos ellos, sin excepción, tanto reales como ficticios, hombres o mujeres, aparecen descritos con un detalle minucioso. 
No voy a profundizar en este tema porque no quiero quitaros la satisfacción de que los conozcáis de primera mano, porque la admiración de los demás sobre un personaje, o más bien, en este caso en concreto la mía, no debe impediros formaros vuestro propio criterio sobre ellos. 
Lo que sí os diré es que algunos experimentan una evolución tan compleja que terminan convertidos en personajes totalmente diferentes a los que conocimos en las primeras escenas, podría decir que al final nos resultarán casi irreconocibles. 

Y antes de dejar de lado este apartado no quiero olvidar mencionar, aunque sea a modo muy general, a uno de los protagonistas, en este caso femenino: Altea
Chicot de nuevo vuelve a destinar uno de los papeles principales a una mujer, a una de esas que hicieron valer su inteligencia para hacer visible su papel y allanar el camino a las que vendrían después.

"Platón afirma en La república que no hay oficio alguno que sea propio únicamente de las mujeres. El varón engendra y la mujer pare, mas la naturaleza del hombre no difiere de la de la mujer con relación a las artes y los oficios" [...]

Y ahora para terminar:
Chicot es un autor que consigue crear un drama rebosante de suspense, intriga y golpes de efecto. 
Esa sería una descripción muy concisa y aplicable a la trama ficticia de todas sus obras, pero si a eso le sumamos los temas históricos tan interesantes que elige de fondo, el modo ameno y didáctico de narrarlos, y los personajes reales con los que nos encontraremos, el resultado final es una trama envolvente y seductora, donde realidad y ficción se dan la mano, y creo que esos son estímulos positivos más que suficientes para empujarnos, a los amantes de la novela histórica, a leer todos sus libros ya escritos y los que vendrán en el futuro, porque si seguimos con la tendencia vista hasta ahora, aún le quedan algunos filósofos por quitarse de en medio y que ya hacen acto de aparición en esta historia. 

"Platón proponía que gobernaran aquellos que no ambicionasen el poder y hubieran seguido un largo proceso de formación que los convirtiera en los más aptos para gobernar. De ese modo, se elegiría a los gobernantes igual que a los médicos, a quienes no se escoge por aclamación popular, sino por su aptitud para ejercer la medicina."

Enciclopedia Universal, Socram Ofisis, 1931