viernes, 12 de junio de 2015

El año sin verano de Carlos del Amor

Sinopsis:

El 2 de agosto dejé el coche en el garaje. Estaba desierto. Al llegar al portal, abrí la puerta y maldije una nueva avería en el ascensor, tan bonito y antiguo como poco práctico. Vivo en un sexto piso de un edificio de siete plantas, así que emprendí la escalada resignado. En el tercero, di una patada a algo, encendí la luz del rellano y vi un enorme manojo de llaves.
Es pleno verano, Madrid está vacío y hay un periodista que tiene tiempo y ganas de curiosear. Las llaves están hechas para abrir puertas, buzones, coches, sueños. Y vidas ajenas. Aun así, lo que menos se imagina es que se va a encontrar con una historia de amor y con una misteriosa muerte que se verá inevitablemente abocado a investigar. La vida de los otros puede resultar sorprendente.

 Opinión:

Cuando comencé a leer este libro venía de estrellarme de mi anterior reseña, y reconozco que elegir esta obra ha sido como sentir un soplo de aire fresco en una tarde de caluroso verano. Una historia con la que he disfrutado de comienzo a fin.
Lo que primero llamó mi atención fue el buen comienzo. Lograba sembrar intriga, enganchaba al lector desde las primeras páginas y el argumento que empezaba a desarrollarse de forma fluida ante nuestros ojos se aventuraba prometedor.

La lectura resulta ágil, Carlos del Amor ánima a leer.

Es una novela que se devora a pasos agigantados y en la que en algún momento he encontrado similitudes con Calle Berlín, 109 de Susana Vallejo.
No estoy diciendo que las dos novelas sean iguales, porque soy la primera en opinar que las comparaciones son odiosas, pero es cierto, que ambas obras comparten ingredientes en común.
Una muerte en la comunidad, quizás sea el componente de novela negra o de intriga que más nos puede llamar la atención, aunque realmente lo importante, es el tema social.
La acción trascurre en un edificio de viviendas y se deja al descubierto un problema muy actual, el trato impersonal que damos a nuestros vecinos, donde las prisas y el estrés diario impiden una relación más abierta y cercana con ellos.
Y aquí acaban los parecidos razonables.

Lo que Carlos del Amor nos ofrece es una novela coral, donde el protagonista y el libro que pretende escribir, hacen de hilo conductor. El resto de personajes que habitan en su comunidad, sus vidas, sus secretos, empezarán a cruzarse en su camino.
Así comienza la aventura de un personaje sin nombre.
Nuestro protagonista, encuentra unas llaves de forma accidental en la escalera, pertenecientes a la portera.
Un libro pendiente de escribir, que no termina de cuajar en su cabeza, será el responsable directo, junto con la curiosidad inherente a su profesión de periodista, de que termine entrando en las casas de sus vecinos ausentes, a husmear, en busca de historias en pleno mes de agosto.
De esta forma, comenzará a fraguarse lo que será su próxima novela.
Este interés despertado por las vidas ajenas, le irá descubriendo unos secretos que le llevarán a otros.
El descubrimiento de una historia de amor, es por decirlo de algún modo, el tema central de esta narración, aunque si os decidís a leerla observaréis, que hay dos temas que estarán constantemente presentes; el amor, en todas sus etapas y formas, y la muerte.

La narración alterna el relato en primera persona de nuestro protagonista, con el de un narrador omnisciente en tercera persona, que nos llevará a conocer los sucesos pasados que han marcado a cada habitante de la comunidad.
Pero lo más importante es que con un argumento sencillo en apariencia, este escritor logra hipnotizar al lector.
Los personajes están bien construidos, no resultan superficiales y eso, sin necesidad de emplear grandes descripciones, ni utilizar extensos capítulos para presentárnoslos.

Hay a lectores a los que no les gustan las novelas corales, el motivo es que infinidad de personajes empiezan a cruzarse y terminan liando la trama y entorpeciendo la lectura.
En esta obra eso no va a ocurrir.
El autor estructura la novela de tal forma, que esa confusión por un posible exceso de personajes está solventada.
Os avanzo que iremos conociendo los personajes de uno en uno.
Cuando un nuevo personaje va a hacer acto de presencia, Carlos del Amor nos lo avisa con una pequeña introducción, evitando así cualquier posible confusión, y una historia irá entrelazándose con otra.

Otra detalle que me ha gustado, es que no sabemos donde acaba la realidad y donde comienza la ficción.
Donde acaba el personaje principal y donde comienza el autor, Carlos del Amor.
Porque parece a simple vista, que tanto el protagonista como él, tienen muchas cosas en común.
Eso es un aliciente para el lector, que nos vamos montando nuestra propia película en la cabeza, a falta de unas llaves que nos permitan entrar en su vida para averiguarlo.
Nos hace plantearnos varias preguntas ¿Cómo actuaríamos si encontrásemos las llaves de nuestro bloque? ¿Qué sabemos de nuestros vecinos? ¿Qué secretos se esconden detrás de cada una de las puertas de nuestro descansillo? y el súmmum de todas las cuestiones ¿Qué parte habrá de realidad en este libro?

Una historia de amor con tintes de novela negra que despierta desde el comienzo nuestra curiosidad o por decirlo de otro modo... nuestro lado más cotilla.
Como lectores podríamos conformarnos con un comienzo aceptable y un final acorde, pero esta obra ofrece algo más.
Un argumento distinto con personajes de lo más variopinto, historias dentro de historias y más de un giro insólito que hacen que la lectura como he dicho, se disfrute desde la primera palabra hasta el punto final.

Como último comentario os diré que he estado sopesando si le concedía un 8 o un 9.
La verdad es que esta lectura me ha dejado muy buen sabor de boca. He disfrutado dejándome arrastrar por la cálida prosa de este autor, por las anécdotas vividas por sus personajes, por la sencillez del argumento y al final, me he quedado con ganas de saber más.
Pero ya conoceréis el dicho... Lo bueno si breve dos veces bueno.
Lo que considero más importante, es que me ha costado elegir la siguiente lectura y eso solo puede significar una cosa... ésta, ha dejado el listón muy alto.

lunes, 8 de junio de 2015

El lector del tren de las 6.27 de Jean-Paul Didierlaurent

Sinopsis:

Guibrando Viñol no es ni guapo ni feo, ni gordo ni flaco. Su trabajo consiste en destruir lo que más ama: es el encargado de supervisar la Cosa, la abominable máquina que tritura los libros que ya nadie quiere leer. Al final de la jornada, Guibrando saca de la entrañas del monstruo las pocas páginas que han sobrevivido a la carnicería. Cada mañana, en el tren de las 6.27, se dedica a leerlas en voz alta para deleite de los pasajeros habituales. Un día descubre por casualidad una pieza de literatura atípica que le cambiará la vida.

La amistad une a un grupo de personajes aparentemente anodinos, probables compañeros invisibles de nuestros viajes cotidianos en tren,que esconden mundos extraordinarios donde todo es posible: un vigilante de seguridad que habla en verso, una princesa cuyo palacio es una seo público, un mutilado que busca sus piernas. En una mezcla insólita de humor negro y dulzura, celebramos con ellos el triunfo de los incomprendidos.

Opinión:

Hay ocasiones en las que nos dejamos llevar por las reseñas demasiado entusiastas que leemos en otros blogs, revistas culturales o redes sociales.
Eso es lo que me ha pasado a mí con este autor y este libro en concreto.

Desde que salió publicado en marzo del 2015 no se ha parado de hablar de él.
Se ha convertido en muy poco tiempo en un superventas con los derechos vendidos a más de 25 editoriales. Por lo visto en Francia los libreros han caído rendidos a sus pies y aquí en España ha sucedido más o menos lo mismo.
¿De dónde provienen tantas críticas y reseñas positivas?
Pues francamente no lo sé, pero estoy muy sorprendida del efecto que ha causado y más... después de haberlo leído.
No voy a decir que sea un mal libro, pero en la actualidad hay muchos que lo superan en calidad literaria, y precisamente esos libros no alcanzan la popularidad que ha logrado éste en tan breve espacio de tiempo.

Quizás yo esté confundida y mi comentario sea errado, no digo lo contrario, pero los 18€ invertidos en él ahora me duelen, y pienso que habrían resultado más satisfactorios de haber sido empleados en comprar otros libros que tenía en mente.
Puede que tras este libro haya una gran campaña publicitaria, de eso no hay lugar a dudas, pero muchas veces inflar comentarios no ayuda al escritor. Una vez te puedes dejar liar por los comentarios efusivos que lees sobre él, pero una y no más, la siguiente vez, andarás con más cuidado a la hora de comprar a ese autor o de dejarte influenciar por ciertos medios.

Como siempre os digo, sois vosotros los que tenéis que decidir si os apetece leer o no un libro, y en este caso hago especial hincapié en ello.
Yo os voy a señalar lo que he ido encontrando a lo largo de sus páginas, mis impresiones, pero repito... mi opinión no tiene por qué ser compartida.

El libro como ya habéis leído en la sinopsis tiene como protagonista a Guibrando Viñol, un operario de la STRN (Sociedad de Tratamiento y Reciclaje Natural).
Nuestro protagonista está encargado de manejar La cosa, una máquina atroz, cuya única finalidad es destruir libros.
Guibrando cada mañana coge el tren para ir a su trabajo y lee en voz alta al resto de viajeros las hojas que cada día logra rescatar de la máquina.

Pero en esta historia existen más personajes ...
Un vigilante que habla haciendo uso de versos, Alejandrinos.
Giuseppe, un antiguo compañero de Guibrando que arrastra una dramática historia.
Las hermanas Delacôte, dos ancianas que viven en una residencia.
Julie, un personaje al que iremos conociendo poco a poco a través de un diario que encuentra de forma accidental Guibrando.

Podéis ver que es una historia sencilla, con personajes totalmente corrientes con los que el lector, en algún momento puntual, "podría" sentirse identificado.
Son personas que se agarran a la vida a través de los libros, eso sí, cada cual a su manera.
Guibrando ve en esas hojas rescatadas una forma de acercar la lectura a los demás, al tiempo que hace un homenaje a los libros destruidos.
Giuseppe busca en los libros una parte de sí mismo.
Julie vuelca en su diario su día a día, y así, iremos pasando y conociendo a todos los personajes...

A pesar de que el planteamiento de la historia, como acabáis de ver, en un principio resultaba prometedor, se termina desaprovechando la gran oportunidad que brindaba el argumento al no profundizar ni en las historias ni en los personajes. Ese para mí es el gran fallo, la novela resulta muy superficial para mi gusto.

Volviendo a los personajes y a lo que cuentan, no he logrado conectar con ellos en ningún momento. Se dibujaban ante mí demasiado grises y difusos, y lo único que me sugiere es que la novela está poco desarrollada.
No me ha aportado nada. Ni la prosa, ni el estilo empleado, son demasiado simples...

Creo que no hay que ir muy lejos para encontrar mejores autores y obras que realmente merecen la pena.
En España actualmente estamos sobrados de ellos y es lamentable que perdamos el tiempo en alabar falsamente a libros que creo que no lo merecen.
Como ya he dicho al principio, mi error ha sido meterme en esta lectura con una idea preconcebida.
Es cierto que cada lector abordamos la lectura desde una perspectiva única, por eso no tenéis por qué opinar igual que yo.
Leer y escribir no son ciencias exactas y he intentado que mi opinión fuese lo más justa posible.
Quizás me ha salido una reseña demasiado larga, pero prefiero esto a decir un simple "No me ha gustado" o "No perdáis el tiempo", es cierto que también podía haber optado, como hacen en otros blogs, por no reseñar lo que no les guste, pero los que me conocéis sabéis que ese no es mi estilo.


miércoles, 3 de junio de 2015

Hotel Almirante de Marta Rivera de la Cruz

Sinopsis:

Cristina Sanjuan es una joven madrileña que ha elegido una habitación del Hotel Almirante en Ribanova para morir.
Aunque nadie en la ciudad la conocía, Cristina tiene un motivo para seleccionar el escenario de su suicidio.
La muerte de la muchacha supone un cambio definitivo en los planes de Rosalia Leal, la directora del hotel y el último miembro de la saga familiar: inesperadamente, su destino de soledad, que parecía irremediable, se mostrará con un nuevo rostro, una nueva realidad cargada de esperanza.

Opinión:

Ya sabéis que tengo dos escritoras fijas a las que siempre recurro cuando no sé que leer.
Una es Irène Némirovsky y la otra Marta Rivera.

El primer contacto que tuve con Marta Rivera fue a través de la novela La vida después, y a partir de ahí, he ido leyendo casi todas sus obras dando un tiempo prudencial entre unas y otras.
Sabéis que me gusta su forma de escribir, eso queda bastante claro en las reseñas, por lo tanto, no voy a entrar a repetir lo dicho con anterioridad.
Tampoco voy a volver a hablaros en profundidad de Ribanova ni de los personajes. Pero creo que si queréis conocer toda la trayectoria de esta escritora hay algunas cosas que debéis conocer de antemano.

Hace uso de una prosa exquisita que deja su impronta en los lectores.
Las tramas de sus novelas son sencillas y coherentes. No aparecen sobrecargadas y la atmósfera que crea para cada una de ellas termina atrapando al lector sin remedio.
Sus obras contienen historias que se disfrutan, se saborean lentamente mientras vamos extrayendo toda la belleza que se esconde tras sus páginas.
Cada vez que termino una de las novelas de esta autora me embarga una nueva sensación de asombro. Sus narraciones son un aliciente, despiertan nuestra imaginación, todos nuestros sentidos se reactivan recreándose gozosos en los ambientes y escenarios a los que nos transporta a través de sus relatos.

Lo más importante para mí son los personajes.
Dinámicos, con personalidades muy marcadas que permanecen en el recuerdo y dotados con una capacidad extraordinaria que no encontraréis en ningún otro libro.
Los personajes se escapan de las novelas de Marta Rivera una vez acabadas y tienen el don de aparecen como por arte de magia nuevamente en otras.
Los hay de dos tipos.
De carne y hueso, y otros que acaparan nuestra atención pero que distan mucho de ser tangibles.
Esos personajes a los que me estoy refiriendo son el Hotel Almirante, la Librería el Unicornio y la ya citada ciudad, entre otros.
Como he dicho no son de carne y hueso, pero logran hacerse un hueco y acaparar no solo el interés del lector, sino que también la acción influyendo de forma directa en el ritmo narrativo.

Ribanova es un lugar mágico que logra escapar del paso del tiempo. Es como si su muralla detuviese el movimiento de las agujas del reloj.
Yo considero a esa ciudad como el personaje más importante, el alma, de las novelas de Marta.
El resto de personajes solo se vuelven reales porque habitan allí. Sin Ribanova, esas tramas que van entrelazando a un personaje con otro no resultarían reales, los personajes se esfumarían como devorados por la bruma, y la librería El Unicornio, junto con el Hotel Almirante hace tiempo que habrían cerrado sus puertas.

En esta novela de la que hoy os hablo y que ya tiene unos añitos (2002) se volverán a cruzar las vidas de varios personajes.
Por una parte está Cristina.
Una madrileña que aparece muerta en una de las habitaciones del Hotel Almirante y de la que en un principio desconoceremos todo.
De esa forma tan directa comienza la novela que como veis en un principio parece que será policíaca. Pero no os dejéis engañar, el relato dará un giro y terminará siendo una obra donde se entremezclan varios géneros.
Como ya habéis visto de nuevo Ribanova será el nexo de varias historias, aunque aquí cede un poco de espacio al Hotel Almirante, quien nos presentará a sus fundadores y las extraordinarias historias que giran a su alrededor.
Una novela donde los aromas y sabores cumplen una función primordial, porque las referencias culinarias serán constantes.

Puede haber quien piense que el final queda un poco abierto, pero a mí personalmente me gustan las novelas que dan por terminada una historia dando pie a que otra comience. Esas novelas animan a que el lector se imagine el futuro a corto o largo plazo de los personajes principales. Son finales que nos invitan a imaginar.

Otro punto positivo es que nos reencontraremos con Juan Sebastián Arroyo. Un personaje entrañable, una especie de pariente colectivo para todos los vecinos de Ribanova al que los lectores asiduos de Marta Rivera no hemos tardado en adoptar. También hará acto de aparición Marcial de Soto, propietario de la Libreria el Unicornio.

Una pequeña joya que os animo a leer y que junto al resto de novelas de esta escritora crean un ambiente cargado de exquisito realismo mágico. Un libro que muchos escritores desearían contar como propio, con un comienzo sencillo pero con un argumento absorbente y sorprendente.