martes, 4 de abril de 2017

El misterio del carruaje de Fergus Hume

Sinopsis:

Cuando un hombre es hallado muerto en el interior de un carruaje de alquiler, uno de los más distinguidos ciudadanos de Melbourne es acusado de asesinato. El ilustre joven proclama su inocencia, pero se niega a dar una coartada. Pronto se descubre la identidad de la víctima: un caballero recién llegado a la ciudad, muy bien relacionado con las altas esferas de la sociedad, y que pretendía en matrimonio a la hija de un rico hacendado, Madge Frettlby, que a su vez está enamorada de Brian Fitzgerald, un apuesto irlandés instalado en Melbourne para hacer fortuna.
Desentrañar el misterio será tarea de un eminente abogado y dos intrépidos detectives que llevarán al lector desde los más distinguidos salones de la alta sociedad, al submundo más miserable de los bajos fondos.

Opinión:

Ya sabéis lo mucho que me gusta la novela del siglo XIX.
En esta ocasión os hablo de la primera novela policíaca que logró convertirse en un bestseller.
Fue publicada en 1886, y a la muerte de su autor en 1932, se habían vendido más de 750.000 ejemplares, la mitad de ellos en los seis primeros meses tras su publicación, convirtiéndose en la novela más vendida del siglo XIX y principios del siglo XX.

Fergus Hume y el teatro.

El mayor sueño de este autor era llegar a ser un gran dramaturgo, y esa vocación se ve plasmada en esta historia, donde encontramos claras influencias del género.
El argumento parece dividido en actos, que son los que marcan de forma brusca los cambios o giros en la historia.
En el primer acto conoceremos en que consiste el misterio, y va desde el asesinato hasta la detención del joven Fitgerald.
En el segundo, nos encontramos con el juicio en su totalidad y es aquí, donde encuentro las mayores semejanzas con una obra de teatro.
La estructura de los diálogos, que son el método empleado en la ronda de declaraciones de los testigos, utilizan un estilo muy directo, haciendo uso de expresiones muy cortas que agilizan las escenas, y dando alternancia al discurso de los personajes que intervienen en esa escena.
El tercer acto se corresponde con el desenlace de la obra y conlleva una serie de revelaciones que desentrañaran el misterio que rodea al asesinato del carruaje.
En esa parte los acontecimientos se desencadenan de forma rápida y muestran de forma lineal, paso a paso la historia tal y como sucedió.
Por otro lado, no hay un gran número de personajes y en cada escena intervienen un número muy limitado de ellos. Algunos incluso desaparecen tras su corta aparición.

Un homenaje a los autores victorianos.

El libro lo componen 35 capítulos no muy extensos, y en ellos encontramos constantes alusiones a novelas y autores de la época.
Entre los referenciados podemos encontrar a Wilkie Collins, Edgar Allan Poe , Émile Gaboriau o Arthur Conan Doyle, entre muchos otros, pero quizás lo que más sorprende, son las constantes citas a escritoras, en un momento de la historia donde las mujeres, nos centraremos solo en este gremio, no estaban muy valoradas, y muchas de ellas optaban por publicar sus obras bajo seudónimo. Por eso resulta extraño a la vez que admirable, que Fergus las haga un hueco en su obra y sobre todo que de los constantes comentarios se desprenda la gran admiración y respeto que sentía por las obras de Mary Elizabeth Braddon y Anna Katherine Green, por cierto reseñadas en este blog.


¿Realismo o Naturalismo?

Las clásicas novelas victorianas se caracterizaban porque reflejaban de forma muy real la vida social de la época, en concreto sobre la aristocracia y la clase media emergente.
Pero esta historia, que muchos incluyen dentro del género del Realismo, tiene unos rasgos pronunciados que a mi me parece que pertenecen más bien al Naturalismo, ya que la trama, aunque habla de la aristocracia, profundiza bastante más en la vida callejera, adentrándose en los suburbios más marginales. Hace especial hincapié en la diferencia de clases, refleja la parte más dura y oscura de la condición humana y las taras sociales como la prostitución, las bandas callejeras o el alcoholismo.
Vemos una amplia critica social, aderezada con buenas dosis de ironía. La clase alta se resguarda tras un velo de hipocresía, tras falsas apariencias que serán un elemento fundamental en el desarrollo del argumento.

Una historia policial un tanto inusual.

No nos encontramos ante una historia policial al uso. Pensamos que al tratarse de una novela policíaca, el responsable de llevar a cabo la investigación será un detective, y eso no es del todo cierto.
Samuel Gorby es un detective que al comienzo parece que será el encargado de desentrañar el misterio, pensamos que su intervención será constante, pero poco a poco, según avanza la trama, vemos como este personaje empieza a perder fuelle y termina haciendo, como se diría en teatro, Mutis por el foro, es decir, saliendo de escena...

En ese momento, hacen acto de aparición dos personajes con bastante relevancia para el argumento. Un nuevo detective, Kilsip, con bastante más fuerza y personalidad que el anterior y Ducan Calton, el abogado defensor.
Pero tanto Gorby como Kilsip, son detectives imperfectos, con modos poco convencionales y mientras ellos se discuten el aplauso del público, Calton toma el mando de esta investigación y será finalmente quien, con su sagacidad, desentrañe la mayor parte del misterio.
Calton es un personaje muy bien definido y con el que el lector logra empatizar. Para mí, es el mejor personaje de toda la historia con diferencia.

Arquetipos

Sobre el resto de personajes no hay mucho que decir.
Podríamos hablar de Brian Fitgerald, el joven que es acusado desde el comienzo, y que desempeña uno de los papeles principales, pero no llega a cuajar.
Aunque el personaje está muy bien definido, a mí no deja de parecerme un peón, aunque necesario para el desarrollo de la trama, pero solo un peón.
Madge Frettlby, su enamorada, hija de un rico hacendado de Melbourne, tampoco me llega a convencer, y el motivo es que ambos personajes, al igual que el resto que aparecen en este relato, están demasiado estereotipados.

Las mujeres parecen tiernas flores de invernadero, demasiado ingenuas, con muy poco que decir o más bien nada, ya que su conversación resulta completamente vacía, ajustándose al canon de la época.
Los hombres, virtuosos y en apariencia inteligentes, portadores del fino sentido del humor inglés.
La clase humilde, además de tener que cargar con el lastre de la falta de cultura, aparecen cargados de defectos, faltas que no dudan en utilizar los de la clase snob para mofarse de ellos.
Entre medias de estas clases surge otra, la correspondiente a los dos detectives y que parecen mantenerse al margen de todas estas características.

Detalles

La novela incluye en la narración, cartas, fragmentos de los periódicos, transcripciones del juicio, lo que aporta un cambio en la estructura que convierte en amena la lectura.

Al final de la obra encontramos un posfacio donde Fergus Hume, nos cuenta no solo como surgió la idea de la novela, sino todas los problemas que tuvo que solventar antes y después de su publicación.

Por último, recomiendo dejar la lectura de la introducción, para el final. Creo que en ella se dan demasiadas pistas sobre el desarrollo de la trama, que en algún momento pueden llegar a destripar parte del argumento.


jueves, 30 de marzo de 2017

Para leer al anochecer. Historias de fantasmas de Charles Dickens

Sinopsis:

Charles Dickens estuvo interesado durante toda su vida por los fenómenos misteriosos. Su natural inclinación hacia el drama y lo macabro hicieron de él un extraordinario escritor de cuentos de fantasmas.
Para leer al anochecer presenta trece de las más célebres y espeluznantes historias de fantasmas escritas por Dickens —«El fantasma en la habitación de la desposada», «El juicio por asesinato», «El guardavías», «Fantasmas de Navidad», «El Capitán Asesino y el pacto con el Diablo», «La visita del señor Testador» o «La casa encantada», entre otras—, en una nueva traducción al castellano. Villanos que mueren ahorcados, mujeres misteriosas que encargan retratos desde el más allá, marinos desaparecidos que hacen visitas inesperadas a los vivos, viajeros victorianos que se encuentran con siniestros niños en oscuros caserones… Puro talento gótico.

Opinión:


Introducción.
El antes y el después de la Literatura Gótica

Las historias de fantasmas con el paso de los años, como ya ha sucedido con otros géneros, han terminado adaptándose a los tiempos.
Si antes los espectros solo aparecían en casas solariegas, grandes mansiones, abadías o cementerios, por citar algunos escenarios, en la actualidad cualquier sitio es bueno para que un ente sobrenatural haga de las suyas.
En la época de Dickens, las apariciones fantasmales se mostraban ante nosotros, de aspecto, tal y como habían sido en vida y cumplían con una función moralizante.
Nos mostraban el mal realizado, nos pedían ayuda y/o se manifestaban con el fin de avisar a modo de premonición, eso sí, siempre después de dar la media noche, cuando una tímida luz iluminaba la habitación, y en muchas ocasiones tras escucharse el sonido de  una campanilla.
En cambio ahora, el fantasma atormenta por el mero hecho de molestar.
Tiene potestad para aparecerse a cualquier hora y en cualquier lugar, siempre rodeados de grandes cambios de temperatura, apagones de luz, objetos que se mueven o se rompen, e incluso haciendo uso de la violencia. Pero lo mejor o lo peor, según se mire, es su apariencia escalofriante.
Hoy en día no se concibe un fantasma que no sea terrorífico y un poco gore, porque lo del gore es algo fundamental.

Y os estaréis preguntado ¿qué ha ocurrido con el romanticismo que fijó su vista en ellos, que los mostró como seres condenados a vagar por toda la eternidad, arrastrando tristeza y soledad y penando por el crimen realizado? pues que como otras muchas cosas, ha evolucionado, y en este caso, no para mejor...

Consejos para leer al anochecer.

La verdad, porque todo hay que decirlo, es que aunque hayan surgido de la virtuosísima pluma de Dickens, en esta ocasión nos enfrentamos a unos fantasmas un poco light, cosa que por otro lado, no impide disfrutar plenamente de las situaciones en las que se hacen visibles y de otros detalles, combinados a la perfección, de los que ya hablaré.
Sabiendo de antemano que no transmiten mucho miedo, me permito daros un consejo:
 para leerlos hay que ponerse en situación.
Elegir preferiblemente la noche, y aún mejor, si podemos leerlos con lluvia o viento golpeando los cristales, con niebla o con cualquier otro fenómeno atmosférico de fondo, mientras contemplamos de soslayo, como oscilan las llamas de la chimenea, el que la tenga ¡claro está!, y el que no, pues tendrá que conformarse echando mano de unas simples velas.
Porque lo interesante, es que estos relatos no transmiten terror o angustia, pero la forma de narrar nos invita a sumergirnos en la época victoriana, en un intento de dar de lado a la razón y donde algunos de sus individuos, extremadamente susceptibles, se arrojaban sin temor, en brazos de la creencia espírita.
Estas historias, donde cuesta distinguir si se tratan de sueños o realidad, llegan a confundir al lector, dejando algunas de ellas incluso el final algo abierto para no privarnos de elucubrar.

13 relatos de fantasmas.

Nos enfrentamos a 13 relatos breves, algunos de ellos corresponden a fragmentos extraídos de otros relatos más extensos, pero hay que aclarar que fueron escritos, narrados o publicados en distintas fechas, por lo que la fecha que aparece en algunos lugares como 1852 es meramente orientativa.

Según mi gusto, los mejores son:
Fantasmas de Navidad.
El fantasma en la habitación.
Cuatro historias de fantasmas.
El guardavías.
La visita del Señor Testador.
La historia del retratista.

En lineas generales, el libro me ha gustado, a pesar de que como he dicho, los fantasmas asustan más bien poco y muchas veces, las historias prometen más de lo que ofrecen.
Lo que más destaca es la forma de narrar y el uso que se da a algunos detalles casi impercetibles, y que se convirtieron en las características principales que definieron al género gótico.
Este género surgió como reacción al Racionalismo, el siglo XVIII, el siglo de las luces, de la ilustración y creían que todo podía explicarse mediante la razón.
A mitad de ese siglo surge esta nueva corriente, que más tarde asentaría los cimientos para el Romanticismo.
En narrador elegido para estas historias suele ser en primera persona, un estilo directo con el que se apela constantemente al lector,
De los fantasmas y de los escenarios ya he hablado al comienzo, así que poco hay que añadir.
Los personajes están claramente estereotipados.
Los señores, inteligentes y enigmáticos, las señoras, frágiles y delicadas, y los criados por lo general asustadizos, algo que sus señores achacan a la falta de conocimientos.
En la mayoría de los relatos, al personaje principal tiene dificultad para identificar si se trata de un sueño o de realidad y también es frecuente ver como el protagonista se ve arrastrado en saltos temporales, viajes en el tiempo y en el espacio, a los que lógicamente también está invitado a asistir el lector.

Dickens, al igual que otros muchos escritores de la época, se sintieron atraídos por  lo sobrenatural y también se dice de él, que muchos de estos relatos, fueron surgiendo de su cabeza intentando dar explicación a vivencias propias que no supo explicar.
Según los grandes expertos, en sueño de un niño con una estrella, relato que también se incluye en este libro, se refleja la añoranza por los familiares desaparecidos y curiosamente los protagonistas de esa historia, podrían representar al hermano y hermana de Dickens fallecidos cuando el era solo un niño. Pero eso sería hilar muy fino, y realmente ¿qué autor no refleja una parte de su vida en sus textos?
Lo que sí sabemos a ciencia cierta, es que Dickens logró reflejar fielmente la sociedad de la época, la gran diferencia entre clases sociales y en estos relatos, consiguió una atmósfera que incluso hoy en día logra seducir al lector.



viernes, 24 de marzo de 2017

Los niños de Belzéc de Víctor M. Mirete

Los niños de Belzéc (Frédéric Poison 02)
Sinopsis:

Los juicios de Nuremberg supusieron algo más que un enjuiciamiento a los criminales nazis tras la IIGM. Supuso, además, un motivo para volver a dividir al mundo y para que cada pueblo luchase por su honor y su renacer.

Durante el proceso judicial contra los einsatzgroupen, tiene lugar en Alemania una serie de secuestros de los hijos de varios SS alemanes desaparecidos y procesados por la operación Reinhart.

Naciones Unidas pide a FMP Investigadores seguir la pista del caso. Frédéric reúne a todo su equipo: Pascal, Miguel y Patrick. No tardarán en averiguar que la razón que se esconde tras los secuestros está relacionada con algo sucedido en 1942, en el campo de exterminio de Belzec.

Durante toda la trama, Frédéric se verá obligado a decidir entre hacer prevalecer la verdad o la justicia; la causa o la consecuencia, la venganza o la salvación; al verse amenazado por los intereses ocultos de las Naciones Aliadas y las primeras olas de la Guerra Fría.

Opinión: Los niños de Belzéc (Frédéric Poison 02) 

La capacidad de sorprender es quizás la cualidad más buscada o soñada por los escritores y precisamente,Víctor M. Mirete, este joven autor del que ya os he hablado al reseñar su anterior novela, maneja muy bien esa cualidad.
Como ya habéis visto, me sorprendió gratamente con "El dragón perdido", y ahora vuelve a hacerlo con esta segunda entrega de la saga donde el detective galo, Frédéric Poison, vuelve a ser el total protagonista. Una saga compuesta hasta el momento por tres libros de lectura totalmente independiente.

Los niños de Belzéc, es una novela de trama compleja y si cabe, más entretenida que la anterior, aunque también con un desarrollo más pausado.
Lo que más sorprende en este autor es la sencillez a la hora de relatar, el respeto con el que trata los hechos y sobre todo, la originalidad del argumento.
Al igual que hiciese con la primera entrega de esta saga, elige un hecho real y desde ahí, elabora una trama ficticia que realmente llega a sorprender.
Mirete vuelve a utilizar un recurso que ya empleó en "El dragón perdido", las escenas retrospectivas o flashback, y que trasladarán momentáneamente la acción al pasado, a los desconcertantes y escalofriantes acontecimientos, que se irán relatando en las tramas paralelas.

1945 fue el año del descubrimiento más sobrecogedor del Siglo XX y que aún hoy en día, sigue sensibilizándonos.
El descubrimiento de los campos de exterminiocon las cámaras de gas, los crematorios, es algo que se ha repetido en muchas novelas de éste, que podríamos incluso denominar como género.
Así que no voy a hablaros de nuevo sobre el holocausto o sobre la locura nazi, ya que creo que este libro, aunque relata algunos acontecimientos de forma puntual, lo enfoca desde un punto de vista totalmente distinto, como ya veréis.

Belzéc, fue el segundo campo de concentración en comenzar las operaciones de exterminio, en la denominada "Operación Reinhart", nombre en clave que los nazis dieron al plan de asesinar a judíos, considerada como la fase inicial del holocausto, antes de que se pusiese en marcha el campo de Auschwitz.
Entre marzo y diciembre de 1942, fueron asesinados 434.500 judíos...

Esta vez, Frédéric Poison, se verá inmerso en una búsqueda contrarreloj.
En pleno proceso de los "Juicios de Nuremberg", los hijos de varios de los SS alemanes encausados por dicha Operación, son secuestrados. El detective y su equipo deberán descubrir quién se esconde tras esos secuestros y qué sucedió realmente en Belzéc.
Lógicamente, si habéis leído la sinopsis de este libro, sabréis en parte a qué se enfrenta el detective galo.
Un complot muy calculado, con actos de venganza y represalias sobre los nazis que atentaron contra la vida, la dignidad y los derechos en Belzéc.
Y es curioso... porque Víctor juega con nosotros, con nuestra conciencia, nuestros valores, nuestra ética y nos pone en un gran aprieto.
Es cierto que la venganza es un plato que se sirve frío, pero hay que reconocer que no todos estamos preparados para ese tipo de alta cocina.
Existe un pequeño paso, minúsculo, entre ser víctima y terminar convertido en verdugo.
A lo largo de todo el relato se mantiene la tensión narrativa y las preguntas como he mencionado con anterioridad, comienzan a sucederse en la cabeza del lector.

¿Quién ha secuestrado a los niños?
¿Qué ocurrió en Belzéc?

Y a partir de ahí, surgen las cuestiones más complejas.
Nos hacemos eco del sufrimiento de los supervivientes, nos planteamos como sería su vida después de experimentar ese gran dolor de ver morir a padres, hermanos, hijos y/o amigos...
Y entonces surge el gran dilema:

¿Presenciaron tanto horror que quizás, después, les costó diferenciar entre el bien y el mal?
¿Hasta que punto es lícita la venganza?

A simple vista todos lo descartamos, diremos que no contemplamos esa opción, pero seguimos pensando en las víctimas y en el horror que les perseguirá el resto de su vida, a esos que tuvieron la gran suerte de salvarse, sentenciados a una pena de la que no podrán librarse.
Sus heridas físicas sanarán, pero el daño acumulado en su interior, esas heridas mentales no lo harán, tampoco la dignidad pérdida será recuperada.
Cada noche, los gritos de dolor, así como el rostro de sus guardianes, les perseguirá en sus sueños y la visión de los crematorios, las largas filas de gente caminando con un destino ya firmado por otros, marcará su final.
Así que os formulo de nuevo la pregunta:

¿Es lícita la venganza?

Pues si leéis el libro llegaréis a la misma conclusión que yo. NO
Nada justifica ese acto de violencia y menos aún, cuando esa venganza se vuelca sobre inocentes.
Eso sería la pescadilla que se muerde la cola, un repetir los actos y se confirma el refrán:
La violencia, engendra violencia...

Así que, para ir terminando, os hago una propuesta; leed el libro, acompañad a Frédéric en esta nueva aventura donde también se apelará a sus principios y donde por las tensiones de la postguerra, empezarán a vislumbrarse los primeros signos de ese enfrentamiento "La guerra fría", que terminaría marcando significativamente, la segunda mitad del Siglo XX.