jueves, 18 de enero de 2018

El cuento de la criada de Margaret Atwood

Sinopsis:

Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.

Opinión:

El cuento de la criada o The Handmaid's Tale, es una novela distópica feminista, ya sabéis a que me refiero al encuadrarla dentro de distopía: Una sociedad ficticia indeseable y escrita por Margaret Atwood en 1985 y ambientada en Estados Unidos, en un futuro cercano. Supongo que también os puede sonar el título porque esta historia, ha sido adaptada para la TV, arrasando en los premios Emmy 2017.

A través de la protagonista, De Fred, y de un relato fragmentado, iremos introduciéndonos en ese futuro devastador que nos espera.

En la república de Gilead, antiguo suelo norteamericano, todos los derechos sociales han sido suprimidos.
Tras ataques terroristas y guerras biológicas... la sociedad tal y como la conocemos, ha sido borrada de un plumazo y una dictadura religiosa, ultraconservadora, es la encargada de gobernar.
Lógicamente, las mujeres somos las más afectadas con las nuevas medidas:
Se nos prohíbe leer y escribir; nos confiscan los bienes; se nos quita el derecho a hablar, ya que la mujer ideal debe hablar poco, pasar desapercibida y no olvidemos otro dato importante, no interesa ni lo que piensa ni lo que opina; nos recluyen en casa, debemos tener escaso contacto no solo con hombres, sino también con otras mujeres... todo esto, en un intento de hacernos más sumisas, borrándonos todo recuerdo de libertad.
Ahora, somos un bien del estado, clasificadas por el color de la ropa que llevamos, vigiladas en todo momento, y ese color de la ropa, no solo nos identifica dentro de una pirámide de clases más estricta que la vivida en la Edad Media, sino que también aborta cualquier rasgo de personalidad sobre nuestro aspecto físico; no somos ni dueñas de nuestra imagen.

Las mujeres de los Comandantes visten de azul en honor a la Virgen María y son las que poseen más privilegios; las Marthas, mujeres no fértiles, son identificadas por el verde y se encargan de las labores domésticas, mientras que el color rojo es la marca que sirve para señalar a las criadas.
Estas últimas, no tienen derecho ni a llevar su propio nombre, atienden al nombre del Comandante al que sirven, de esa forma, nuestra protagonista De Fred, nos indica a quién pertenece.
Las criadas son mujeres fértiles; tienen un fin utilitario, el de perpetuar la especie. La que logra tener hijos es festejada, debe considerarse una privilegiada porque la que no lo consigue es rechazada por el resto de la sociedad y enviada a las colonias o a algún sitio peor.
Hay otros grupos, por ejemplo el de las Tías, mujeres que visten de marrón, encargadas de adoctrinar y que ejercen un férreo control policial sobre las criadas, imponiendo un manual de conducta; y también las Jezabeles, prostitutas oficiales disfrazadas con cualquier atuendo, capaz de despertar las fantasías masculinas...
Esta escala social, concede más privilegios a unas que a otras, pero no nos dejemos engañar, todas son víctimas del mismo sistema.

En esta historia creo identificar tres partes:
La primera donde conocemos a la protagonista y con una narración austera y fría, nos va mostrando ese mundo que ahora le toca vivir. Parece una narración en blanco y negro, donde lo único que resalta es el color de la ropa y los flashback o recuerdos coloridos de un tiempo ya pasado. Esa narración impersonal, carente de emoción choca al comienzo, pero según vamos conociendo al personaje y el ambiente que la rodea, aceptamos que no hay nada que celebrar.
La segunda parte es donde los lectores nos enfrentamos a la verdad, y poco a poco vamos conociendo como se llegó a esa sociedad indeseable en sí misma.
La tercera parte, nos transporta al futuro, al 2191, a un congreso histórico donde se analiza ese periodo que fue la república de Gilead. Al principio esta última parte me desconcertó, pero ahora, tras meditar para esta reseña, creo que es una especie de moraleja, con la que Margaret Atwood abre una puerta a la esperanza, susurrándonos que aún estamos a tiempo de cambiar...

No os estoy hablando de una gran novela que sobresalga por la prosa, por la estructura o por grandes personajes...
Es una narración cuyo punto fuerte es el argumento que invita a reflexionar. Durante su lectura no me pareció que se tratase de un libro notable, llegaba a dudar incluso de las excelentes criticas leídas, pero como digo, tras unos días en los que no puedes dejar de pensar en ella, adquiere la categoría de Muy recomendable.
La historia, reconstruida con fragmentos, como nos indica De Fred, va haciéndose lentamente un hueco en nuestra cabeza. Su relato es gélido y carente de emociones, tan solo nos muestra la realidad que le toca vivir.
Ella nos cuenta lo que ve, pero para el lector es horrible lo que no cuenta...
Las mujeres únicamente son libres en su mente, y algo que a mí me aterró, fue la falta de solidaridad, la pasividad, el egoísmo y la frialdad que se extrae del comportamiento femenino, tras cada actuación.

Creo que el cuento de la criada, a pesar del lenguaje sencillo es una novela compleja, para leer con detenimiento e incluso releer, porque es de esas lecturas que ganan cuando las dejamos reposar.
Lo que ahora nos parece ficción, irreal o absurdo, puede ¿por qué no? mañana convertirse en realidad.
Podemos ver en esta obra argumentos feministas, críticas hacia el extremismo religioso, hacia los riesgos de la proliferación de armas de destrucción masiva, o hacia la situación medioambiental, cada lector hará su propia interpretación y buscará sus propios culpables, al igual que nuestra protagonista hace hincapié en ese mensaje recurrente que la atosiga, ¿por qué la sociedad no reaccionó cuando vio los primeros síntomas de que se pisaban sus derechos?


jueves, 11 de enero de 2018

El crimen del conde Neville de Amélie Nothomb

Sinopsis:

El conde Neville acude a la casa de una vidente para recoger a su hija menor. La vidente se la encontró la noche anterior en pleno bosque, en posición fetal y tiritando de frío. Al parecer la adolescente, que responde al singular nombre de Sérieuse, se había fugado del castillo familiar. Pero, antes de llevar al aristocrático progenitor ante su hija, la vidente le toma la mano y le anuncia: «Pronto dará usted una gran fiesta en su casa. Durante esa recepción, usted matará a un invitado.»
En efecto, los Neville, excéntrica familia de alcurnia, van a celebrar en breve su fastuosa fiesta anual, a la que invitan a lo más selecto de la sociedad. Esa garden party es una tradición irrenunciable, pese a que los Neville pasan por serios apuros económicos y el conde incluso ha tenido que plantearse vender el castillo y el bosque que lo rodea. Con toda probabilidad ésta será la última gran fiesta que organicen allí. ¿Acabará, tal como anuncia la predicción de la vidente, con un asesinato?
Amélie Nothomb, en plena forma, ironiza sobre ese mundo anacrónico de la nobleza belga que conoce de primera mano. Y lo hace homenajeando y guiñándole el ojo al Oscar Wilde de El crimen de Lord Arthur Savile.
El resultado es una deliciosa, juguetona y perversa fábula moderna de tintes tragicómicos, en la que bajo una capa de chispeante levedad asoma una sugestiva indagación literaria sobre el mundo de las apariencias, las relaciones familiares, los secretos del pasado, el dolor de la infancia, las incertidumbres de la adolescencia y el destino, que puede acabar dando sinuosos y sorprendentes giros...

Opinión:

El crimen del conde Neville es una novela corta, escrita por Amélie Nothomb y que tenía muchas ganas de leer desde que vi en la sinopsis, que se hacía una especie de homenaje a Oscar Wilde y a una de sus obras, El crimen de Lord Arthur Saville.
Me gustan este tipo de novelas porque son una buena forma de invitarte a leer ambas narraciones e inevitablemente a compararlas, así que ya, desde este momento, os aviso que lo que comenzó siendo una sencilla reseña, terminará siendo una especie de novela contra novela.

En el crimen del conde Neville, una vidente anuncia a nuestro protagonista, un excéntrico conde Belga completamente arruinado, que en la próxima fiesta que dará, matará a un invitado.
Sobre esta premisa que toma de la obra de Wilde, Amélie Nothomb construye esta pequeña narración.
Los protagonistas de ambas obras tendrán en común, que tras el anuncio de un vidente, intentarán tomar las riendas de su destino.
La autora así, teje un relato entre divertido y surrealista. Carga a la novela de diálogos irónicos e incluso podemos encontrar algún juego resultón, que hace referencia a la mitología griega, como ya mencionaré más abajo...

Los lectores dudamos y nos sorprendemos a partes iguales desde las primeras páginas; no sabemos si lo profetizado es cierto, o tan solo es una especie de manipulación, pero el caso es que Neville, se la toma al pie de la letra y en vez de revelarse contra ese futuro ya escrito, se resigna.
Asume que matará a un invitado, y puestos a asesinar, ¿por qué no matar a alguien que realmente le caiga mal? Así que Neville, empezará a seleccionar de entre la lista de invitados al individuo que según él, más se lo merezca. El problema es que el conde no cuenta con enemigos indeseables de los que desembarazarse...

Neville, ya os he advertido que es un personaje excéntrico, parece que su vida está marcada por los vaticinios, y es que hay otros elementos en esta historia donde parece que los oráculos le persiguen.
Nuestro conde, además de ser un noble arruinado, tiene un castillo y tres hijos cuyos nombres parecen retar al destino.
El hijo varón atiende al nombre de Oreste, la hija mayor al de Electra, tal y como sucedía con los hijos del rey Agamenón, y la tercera, siguiendo en esa linea, debería haberse llamado Ifigeria, como la tercera hija, joven víctima del sacrificio de la leyenda homérica.
Pero Neville intentando romper con esa maldición que marca el nombre, decidió llamarla Sérieuse. Como veis es un hombre que tienta a la providencia o al que persigue el destino, y hasta este detalle que os acabo de mencionar, el juego de los nombres, servirá para crear un ovillo del que es difícil soltarse.
Los giros argumentales nos llegan de manos de los personajes, que poco a poco van dando forma a un argumento totalmente absurdo.
De esta forma, me sumergí en esta especie de comedia ligera, alocada, que satiriza el recio abolengo y nos introduce en el juego de las falsas apariencias.

Ahora bien, ya sabemos que las comparaciones son odiosas...
Aunque el argumento resulta ingenioso, creo que buena parte de ello se lo debemos a Oscar Wilde y a su obra, El crimen de Lord Arthur Saville (1891).

Amélie solo ha creado una especie de remake o de adaptación, donde ni tan siquiera sobresalen los personajes, y no creo por tanto, que debamos calificar esta historia como brillante.
Lo cierto, es que si leemos los dos relatos, encontramos demasiados elementos en común; aunque esto habría que aclararlo, en una son de calidad y en la otra, un poco en plan chapucero.
Personalmente me parece algo deprimente, coger un libro actual y comprobar que la idea original es bastante mejor, aunque esté escrito hace 130 años, pero claro, es casi imposible hacer luz de gas al genial Oscar Wilde.
Creo que algunos autores, e incluso podría incluir a editoriales, se aprovechan de nuestra desidia a la hora de leer clásicos, y sinceramente, la obra de Wilde es superior en muchos aspectos, por no decir en la mayoría.

El Sr. Wilde, nos ofreció con su soberbia prosa, con su estilo irónico característico, un retrato de una clase social aristocrática, con sus vicios y defectos; una comedia que se burlaba abiertamente de toda esa "alta sociedad", tan culta, que creía a pie juntillas en el más allá y en las predicciones de quirománticos, videntes etc. Esta historia, sí merece mis halagos.

La forma de concluir Amélie Nothomb su relato, me ha resultado precipitada, demasiado rocambolesca, insustancial, e incluso podría decir que algunas escenas previsibles. Es cierto que me ha entretenido, pero esperaba bastante más...


jueves, 4 de enero de 2018

Vienen cuando hace frío de Carlos Sisí

Sinopsis:

La crisis económica azota Estados Unidos. Joe Harper acaba de perder su empleo y, con el poco dinero que le queda, decide abandonar Baltimore y mudarse a la cabaña que su abuelo, el mítico Cerón Harper, le dejó en herencia cerca de Sulphur Creek, en las montañas de Canadá. Es un lugar remoto y aislado, ideal para vivir con poco dinero mientras espera a que todo mejore.
La cabaña está prácticamente en ruinas, pero Joe no se desanima. Reconvertido en pionero, arregla el tejado, repara con tablones el porche y consigue hacerla habitable. Casi enfebrecido por el cansancio, se siente vivo.
Para su sorpresa, pronto descubre que Sulphur Creek se vacía durante los duros meses de invierno. Con cualquier excusa, los lugareños abandonan el pueblo temporalmente. Un hecho curioso, que Joe atribuye a las extremas temperaturas, pero que parece adquirir otro significado cuando uno de sus vecinos le advierte: «No pase aquí el invierno. Ellos vienen. Vienen cuando hace frío».

Opinión:

Me inicié en el género de terror de manos de algunos grandes clásicos como Drácula de Bram Stoker o El gato negro de Edgar Allan Poe. Tras esas lecturas hubo otras que las siguieron de cerca como El exorcista, pero debo reconocer, que el verdadero bautismo dentro del género me llegó de manos de Stephen King.
En esa época, rara era la vez que no se me veía cargada con una de sus obras. Era un autor que manejaba el argumento, los personajes y la tensión, de forma espectacular, al menos eso opinábamos los amantes de ese tipo de novelas.
Daba igual la trama, porque podía llevarnos a una población tomada por vampiros o transportarnos a un futuro apocalíptico, donde al final nos preguntábamos, si la raza humana aprendería de sus errores.
De esa forma me perdí entre las páginas de Apocalipsis, de Cementerio de animales, Misery, o en las de El misterio de Salem´s Lot, y reconozco que disfrutándolas totalmente, de principio a fin.
Después algo cambio...
No se si fue que mis intereses en el mundo de la literatura variaron, que algunos elementos que King utilizaba empezaban a parecerme reiterativos, o simplemente, que el gran mago del terror había perdido parte de su magia.
Puede que fuese una amalgama de todos juntos...

Pero vayamos a lo importante y descubriréis a qué viene esta disertación...
Debo empezar por decir que el título, la portada, y la sinopsis de este libro, me han parecido todo un acierto.
Una vez metidos en materia, vemos que engancha desde las primeras páginas, se devora literalmente... y aunque estaréis pensando que eso no es siempre sinónimo de calidad, a mí este tipo de lecturas tan ágiles, tan absorbentes, me sirven para sacudirme el tedio que me han dejado algunas recomendaciones nefastas de esas que circulan por ahí... y de paso, esta en concreto, ha conseguido que algunas sensaciones olvidadas se hayan removido dentro de mí.

Para mí este autor ha sido todo un descubrimiento, aunque hay que decir, como podréis ver casi al final, que hay algún detalle que no me ha convencido.
Es cierto que me ha hecho disfrutar con el misterio, con la tensión sostenida, y sobre todo, con la experiencia de volver a leerme un libro en un par de tardes y disfrutando del argumento. Me ha devuelto la emoción por este género que yo pensaba que estaba extinto.

Carlos Sisí nos ofrece una novela con momentos de inquietud más que de terror, pero precisamente esos momentos, consiguen ponerte la piel de gallina.
Conocemos al personaje principal, Joe Harper, recién mudado a una cabaña cerca de Sulphur Creek, en las montañas de Canadá; completamente en soledad, en un aislamiento voluntario y sin vecinos cercanos a los que recurrir en momentos de dificultad.

Reconozco que el autor, no solo me ha transmitido la angustia de Joe, sino que también ha despertado en mí, una especie de agorafobia hacia esos paisajes nevados, tan blancos y ese silencio absoluto, solo roto por los crujidos del hielo, de la nieve acumulada en las ramas de los árboles, o de ¡vaya usted a saber qué!

El frío es un elemento importante para el desarrollo de esta historia, actúa como el miedo, nos atenaza, y eso sumado al aislamiento, a esa soledad ya mencionada, y a los fenómenos inexplicables, desapariciones y asesinatos que se mencionan en algún capítulo, me provocaban ansiedad, desazón, o como lo queráis llamar, al tiempo que iban marcando el desarrollo de mi lectura.
Todo eso sobrevolaba mi cabeza como un ente omnipresente generando desasosiego, y esa frase que da lugar al título "Vienen cuando hace frío" y que de forma reiterativa aparecía, no ayudaba en nada.

Me sentía dentro del pellejo de Joe Harper, esperando...
No tenía un miedo atroz, pero sí una leve incomodidad hacia lo desconocido que crecía con cada página, al no saber que seres eran esos, que solo "Vienen cuando hace frío"...
El ritmo narrativo se mantiene, no decae en ningún momento. La trama está cargada de detalles, sin dejar nada en manos del azar, hasta aquí todo perfecto, pero la explicación a esos fenómenos, da un vuelco hacia lo paranormal que a mí no me ha llegado a convencer.
Aquí quiero aclarar esto, cuando ponemos pegas sobre una novela, lo hacemos siempre recurriendo a nuestros gustos y pensando en los giros que nos hubiesen gustado a nosotros.
Yo me hubiese conformado con algo más sencillo, una especie de demonios de hielo y frío, aterradores, que se alimentan de calor o algo por el estilo, algo más tangible, no tan enrevesado para evitar recurrir a lo metafísico.
Como veis es el único detalle que no me ha seducido y eso no influye demasiado en mi concepto general sobre esta historia, porque está muy bien escrita...


sábado, 30 de diciembre de 2017

Mis mejores libros 2017

Apurando las horas para la llegada del nuevo año, desde los blogs y revistas culturales llegan las listas de los mejores libros del año.
Como siempre, tras mirarlas, comprobaremos que la mayoría no los hemos leído o algunos de los citados no han saciado nuestros gustos lectores.
Como sabéis, no leo todo lo que sale como novedad, hay que darle un tiempo prudencial a esos libros, ya que las grandes campañas editoriales muchas veces actuan como falsos profetas.
Por ese motivo, la relación que os pongo, Mis mejores libros 2017, no tendrán nada, pero nada que ver con las que veáis por ahí, pero son historias que me han hecho querer vivir dentro de ellas.
Esta relación incluye alguna novela actual pero sobre todo, grandes clásicos, obras que creo necesario rescatar.

Y poco más me queda por decir. Os deseo desde estas líneas una Feliz Navidad, felices lecturas y próspero año 2018,




Enero.          Los olvidados de Filipinas de Lorenzo Mediano.
Febrero       Jonathan Strange y el Señor Norrel de Susanna Clarke
                    El secreto de Gaudlin Hall John Boyne
Marzo          El asesinato de Sócrates de Marcos Chicot
Mayo           Tristana de Benito Pérez Galdos
Junio            La metamorfosis de Kafka
                    Madame Bobary de Gustave Flaubert
Agosto         La cajita de Rapé Javier Alonso García-Pozuelo
Octubre        El exorcista de Peter Blatty
Noviembre   La leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irving
                     El cartero siempre llama dos veces de James M. Cain

miércoles, 27 de diciembre de 2017

El cartero siempre llama dos veces de James M. Cain

Sinopsis:

Frank Chambers, un trotamundos sin empleo, narra en primera persona la atracción que siente por Cora Papadakis, la esposa de un emigrante de origen griego propietario de una taberna en California, y cómo se vuelven amantes unidos por el ardor y la ambición. Pero no será tan fácil librarse del viejo marido. Y habrá que contar, además, con el inescrutable destino: ese cartero que siempre llama dos veces. La fama de las dos versiones cinematográficas de esta extraordinaria novela, clásico entre los clásicos de la film noir, quizás haya podido ocultar la maestría de James M. Cain. Pero ni la película de culto filmada en los años 40 por Tay Garnett ni la rodada en 1981 de Rob Rafelson -protagonizadas por Jack Nicholson y Jessica Lange-, como tampoco la libre adaptación que de ella hizo Visconti en "Obsesión", logran superar tensión y el impacto que causa en el lector la lectura de la obra que Cain publicó en 1934. Hoy sigue siendo una de las cumbres espeluznantes del género negro. El argumento convoca pasiones desbordantes, codicia compulsiva, mentira ilimitada y un destino infranqueable, el material con el que James M. Cain ha pervivido como uno de los referentes de una literatura que resiste como pocas el paso del tiempo.

Opinión:

Esta reseña fue realizada para colaborar en la III Semana Negra en la Glorieta (2017), evento dedicado al género negro y policíaco.

La Semana Negra en la Glorieta se celebra, desde el año 2016, del 21 al 27 de noviembre. Aunque inicialmente se trataba de un festival virtual, en las últimas ediciones, además de la publicación de reseñas, artículos y relatos, se han llevado a cabo actividades presenciales en diversas ciudades de España y Latinoamérica. 

Coordinada por Rafael Guerrero, Osvaldo Reyes y Javier Alonso García-Pozuelo, a lo largo de estos años, han participado en ella más de un centenar de escritores y críticos literarios del género negro de Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, México y Panamá.

Si queréis leer todos los artículos, reseñas y relatos negros que se han publicado en ese evento, solo tenéis que pinchar en el enlace que os dejo a continuación. 


Hoy voy a hablaros de, El cartero llama dos veces, o como se tituló en castellano, El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain.
Los motivos de elegir esta obra son varios, el principal es que la tenía pendiente desde hace mucho tiempo, desde el momento en que vi la película protagonizada por Jessica Lange y Jack Nicholson; quería comprobar si la obra en papel era igual de buena, si me transmitía las mismas vibraciones,ya que sobre todo el final, logró impactarme.
El segundo, es que hace muy poco me preguntaban como hacía yo para diferenciar una novela negra de una policíaca, si la diferencia se hallaba en si el protagonista era corrupto o no.
La verdad, es que yo no soy una experta, solo me considero una simple lectora que reflexiona sobre sus lecturas, pero no considero que sea necesario un investigador, ya sea corrupto o no, como elemento fundamental para clasificar una historia dentro de este género. Quizás los profesionales opinen lo contrario, pero para mí, hay otros elementos que la identifican de forma más clara, como por ejemplo, el ambiente decadente, pesimista e incluso trágico, que persigue a los personajes a lo largo de la novela.
Así que por ese motivo he elegido esta historia, como ejemplo de que la novela negra no tiene que tener indispensablemente una investigación por medio, porque como podréis comprobar si os animáis a leer esta novela breve, ese tipo de personajes, aquí, son meramente incidentales.

Para mí la novela negra va más allá de policías corruptos, detectives de escasa reputación, mujeres fatales y/o asesinatos cruentos.
Es cierto que hay un tipo de novela negra muy estandarizada, que gira alrededor de un individuo de fuerte personalidad con una investigación entre manos, puede ser detective, policía e incluso abogado o periodista. Alguien, que en algún momento se alejará de la legalidad o andará al filo de la misma, pero que ante todo busca destapar la verdad, luchar contra el delito.
Ese individuo puede recurrir a la violencia llegado el caso, puede ser fumador y bebedor empedernido, consumidor de drogas, e incluso sentirse atraído por alguna mujer fatal que hace todavía más peligroso su trabajo.
Pero todos los detalles mencionados hasta ahora, no son necesarios, y menos aún, que se den todos juntos.
Un detective no es indispensable para la novela negra, al igual que no es necesario un crimen para un libro policíaco, aunque lo cierto, es que con un cadáver de por medio la historia cobra vida, a pesar de lo contradictorio de la frase...

Hay otro tipo más de novela negra, cuando nos encontramos con un personaje protagonista que convence, incita o coacciona a otro para realizar algo turbio, arrastrándole a la ilegalidad, como por ejemplo en "Extraños en un tren" de Patricia Highsmith o ésta de la que vengo hoy a hablaros, de James M. Cain, donde tendremos un asesinato, pero realmente la intervención de la autoridad es mínima. Más bien, podríamos decir que la policía o más bien la justicia, es un ente que acecha a los personajes más en forma de remordimientos que apareciendo en escena.

Pero hay otros rasgos, quizás los más importantes que convierten a este tipo de historias realmente en novela negra. El principal es el ambiente sórdido que acompaña a la historia.
Los escritores se valen de los personajes para llevarnos a zonas de los suburbios, zonas marginales; nos muestran el alto grado de criminalidad, de prostitución, el tráfico de drogas o de armas, el chantaje, la pobreza o quizás tan solo, la corrupción política o moral.
Al margen de esto, la novela negra es un género que va evolucionando, adaptándose al momento, al lugar, a los avances tecnológicos, y sobre todo, muy influenciada por la situación política, social y económica que se narre en esa obra.

Podemos encontrar novela negra ambientada en Inglaterra, en Bélgica, España o en los países nórdicos entre otros, con esto quiero decir que no debemos limitarnos a las obras ambientadas en los años 40 o 50 en Estados Unidos; también habrá obras de principios del s. XX o de finales, y todas y cada una de ellas, a pesar de tener rasgos distintos o especiales, de regirse por diferentes normas sociales y culturales, tendrán otros que las encuadrarán dentro de este estilo, convirtiendo esta categoría en un género para el cual no existen límites.
Pueden decirse muchas más cosas sobre este tipo de novela, y siempre descubriríamos algo nuevo, nuevas características... así que creo que ya ha llegado el momento de hablar sobre el libro en cuestión.

Esta novela, en pleno siglo XXI, sigue siendo considerada como una de las mejores obras del género negro, y eso a pesar de su brevedad, ya que solo cuenta con 120 páginas, aunque hay que señalar que muy intensas.
Esa brevedad de la que os hablo, es algo que tenemos que tener en cuenta los lectores, porque va a marcar el desarrollo del argumento, reflejándose en las descripciones y diálogos.
A pesar de la corta extensión de las descripciones, James M. Cain va a conseguir una perfecta ambientación, que nos trasportará con maestría a ese entorno sobrio y cargado de obsesiones que perseguirá de forma fatal a Cora y Frank.
Y por otro lado, los diálogos van a destacar por su estilo directo, conciso, cargados de frases cortas pero contundentes, y con un lenguaje sencillo.

El peso principal de esta historia recae en la narración en primera persona que nos hace uno de los protagonistas Frank, pero no os olvidéis de un detalle importante sobre este tipo de narraciones, el uso de la primera persona siempre ofrece una opinión subjetiva. Nos muestran la versión que quiere dar el personaje y pueden engañarnos con su relato...
La exposición de Frank y los diálogos, serán el principal elemento narrativo de que dispondrá el autor, para hacernos captar el ambiente, la tensión emocional y sexual que sufren los protagonistas; para transportarnos a los escenarios y mostrarnos la infinidad de detalles, sobre los que se van construyendo las escenas.

Sobre los personajes os diré, que no cuenta con muchos.
Prácticamente la historia gira alrededor de un triángulo amoroso, por definirlo de algún modo, y aunque los protagonistas distan mucho de ser perfectos, sí destacan por su profundidad psicológica.
Como personaje principal y narrador, tenemos a Frank Chambers, un hombre bastante simple, un trotamundos peleón, pero cuyo mayor delito ha sido darse de bofetadas con los empleados del ferrocarril.
Nick Papadakis, es un emigrante griego y marido de Cora, juntos regentan un triste bar de carretera.
Y por último Cora, el personaje que según mi opinión más destaca, quizás porque lo vemos desde la narración subjetiva de Frank. Crea ante nosotros una delicada criatura, de ojos azules y piel blanca que resalta con lo oscuro de su cabello.
El autor juega a desconcertar al lector desde el comienzo, de esta forma nos encontramos con una Cora, cuya imagen ambigua nos hace pensar en un ángel o un demonio dependiendo de las escenas, y que evoluciona con la misma rapidez que pasamos las páginas.
Al comienzo parece ingenua, reservada e incluso sumisa, y termina convirtiéndose en una mujer capaz de cualquier cosa para librarse de su marido.
Pero... y aquí surge mi duda ¿quién seduce a quién? ¿Cora a Frank o es al contrario?, ¿y quién induce a librarse de Nick, es Frank o por el contrario es Cora, la inductora subrepticia?
Todos los datos que vamos obteniendo a lo largo del libro, nos hacen saltar de la culpabilidad de un protagonista a otro; la mentira se asienta como un personaje más en la relación, las dudas surgen y con ello, la desconfianza en la pareja. Por supuesto, también hay un gran espacio reservado en esta historia para la ambición, ese deseo intenso que se aparece frente a los personajes, tentándoles de distintas formas.

Y con esto termino, creo que es una gran historia a pesar de su brevedad. Con un argumento y un desarrollo brillante. Una novela digna de ocupar un hueco en vuestras bibliotecas.
Espero no haberos aburrido y recordad, esto tan solo son las reflexiones de una sencilla lectora, sin pretensión ninguna.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

El manuscrito de nieve de Luis García Jambrina

El manuscrito de nieve (Saga Fernando de Rojas 02)
Sinopsis:

El bachiller Fernando de Rojas recibe el encargo de investigar el extraño asesinato de un estudiante de la Universidad de Salamanca.
Así comienza una intensa aventura en la que iremos recorriendo los más diversos ambientes de una ciudad donde nada ni nadie es lo que parece, al tiempo que nos adentramos en su conflictiva historia, hasta llegar a descubrir los entresijos de unos crímenes que hunden sus raíces en el pasado y amenazan con desencadenar una guerra.

Opinión: El manuscrito de nieve (Saga Fernando de Rojas 02)

En esta segunda parte de la saga, Luis García Jambrina vuelve a echar mano de protagonistas que ya nos sonarán de El manuscrito de piedra.
El personaje activo, será de nuevo el joven Fernando de Rojas y el otro, el eterno y omnipresente, no puede ser más que la preciosa ciudad de Salamanca.
La ciudad universitaria vuelve a convertirse en una protagonista silenciosa, que verá impasible, como un asesino empieza a sembrar sus calles con cadáveres caprichosamente mutilados.

El suspense también regresará como elemento fijo, en este nuevo caso de Rojas, ya que invadirá con premeditación y alevosía, las páginas de esta novela, sin darnos ni tan solo un momento de respiro.

Los personajes de ficción vuelven a mezclarse coherentemente con los reales, en un juego donde nuestra literatura más célebre volverá a ocupar un lugar privilegiado.
De esta forma, recorreremos todos los ambientes de la ciudad, acompañados por un guía de excepción, Lázaro de Tormes que en esta ocasión, servirá a Rojas como si de un fiel escudero se tratase.

Luis García Jambrina, también reserva un espacio en su novela para defender el gran papel que hicieron algunas mujeres de la época y denunciar con ello, la prohibición más que absurda que las prohibía asistir a las clases en la universidad.
El personaje encargado de hacer esa defensa "oficial", es la reina Isabel la Católica, impulsora de fomentar la educación de las mujeres de la nobleza y de la corte. Lamentablemente y como nos cuenta la historia, su prematura muerte truncó ese proyecto, y las mujeres pudientes de nuevo vieron como sus deseos de asistir a las clases en la universidad se esfumaban, lo que provocó, que muchas de ellas tuvieran que volver a recurrir al peligroso juego de vestirse de hombres, poniendo en juego su honra y el honor de sus familias.
Pese a eso, Isabel supo rodearse de mujeres ilustres, como Beatriz Galindo"la latina", escritora y humanista que ejerció de preceptora de los hijos de los Reyes Católicos, o Luisa de Medrano, que llegó a impartir clases en la universidad en sustitución de Antonio de Nebrija en 1508.
Así que de esta forma ya habéis conocido a algunos de los personajes insignes que pasearán entre nuestras manos y que serán cómplices directos de una ambientación perfecta.

Pero no os penséis que todo termina aquí...
Entre las páginas de este libro también queda reservado un lugar privilegiado para rencores ancestrales, venganzas y duelos de honor, restos de esa sociedad medieval que agoniza; aunque como es lógico también habrá sitio para el héroe refinado, galante y quizás algo idealizado que representa Rojas, fruto de ese Renacimiento que se acerca a pasos agigantados. Todo ello narrado con estilo ágil, ameno y en ocasiones irónico, que caracteriza a Luis García Jambrina.

Un gran ejercicio metaliterario e histórico que mezcla con habilidad realidad y ficción, y que no debéis dejar escapar.



miércoles, 13 de diciembre de 2017

Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson

Sinopsis:

«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.»
Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.

Opinión:

Siempre hemos vivido en el castillo, es un libro sobre el que existen opiniones de lo más dispares. Muchos lectores lo catalogan como obra maestra, mientras que otros por el contrario, no logran encontrarle la gracia ni el misterio.
Yo no me voy a posicionar en ninguno de los dos extremos, pero sí creo que es una novela que recomendaría, bastante curiosa, y en la que el lector toma partido, creando una historia paralela que es probable que al final diste mucho de la realidad...

La elección del narrador...
Lo primero que llama la atención es que Shirley Jackson utiliza un narrador en primera persona para hacernos llegar la historia.
La elegida va a ser Mary Katherine Blackwood, o Merricat como se la conoce coloquialmente. Ella va a ser el arma empleada para acercarnos a unos sucesos que ocurrieron seis años atrás.

Sabemos por la sinopsis lo que sucedió o más exactamente, parte de lo que ocurrió.
También conocemos que solo tres personas sobrevivieron, pero hay algo que se nos escapa al comienzo ¿quién fue realmente la mano ejecutora? y ese detalle, que en un principio parece sin importancia, va a dar mucho juego, porque nos llevará a analizar detenidamente cada una de las actuaciones de los personajes.
La narración parece apuntar, en concreto, hacia uno de ellos, pero en cambio nuestro pensamiento vuela sin querer hacia otro...

Merricat es un personaje que me desconcertó desde el comienzo.
Sabemos por la sinopsis que tiene 18 años, pero su forma de narrar y de actuar, parecen no corresponder con esa edad.
Es como si ella se hubiese quedado anclada seis años atrás, ya que su comportamiento parece más acorde al de una niña de doce años.
Constance, la hermana mayor aparece al comienzo como su protectora, pero según avance el relato empezarán a surgir también dudas alrededor de ella y sobre quién protege a quién.

No me canso de repetir el riesgo que existe, al fiarnos de un narrador en primera persona y creo que aquí tenéis un claro ejemplo.
Es cierto que un narrador en primera persona gusta a los lectores, crea una especie de lazo con nosotros, pero también debemos ser conscientes de que puede llegar a engañarnos. En este caso hay que aplaudir la elección, porque no podía haber sido mejor...
¿Merricat es ingenua, infantil, fantasiosa o manipuladora? ¿Nos ofrece un relato real o por el contrario, se esconde algo retorcido en sus palabras?
El caso es, que los lectores nos enfrentamos a un gran dilema... interpretar los datos, y justo ahí llega el problema...

Analizando el problema... 
Esperamos más de la narración, nos la pintan como terror gótico y nosotros dejamos volar nuestra fantasiosa imaginación.
Buscamos un terror semejante al que encontramos en Otra vuelta de tuerca de Henry James; algún indicio fantástico en esa atmósfera densa y sobria que se va dibujando ante nosotros, en una gama completa de grises.
Esperamos encontrar seres fantasmales, y en cambio lo que encontramos es algo normal y corriente, elementos frecuentes a nuestro alrededor: Maldad, crueldad, rencor, odio, egoísmo, envidia, y eso aunque no lo identifiquemos fácilmente, es terror al fin y al cabo, aunque de otro tipo.
Es cierto que aparecen pequeñas referencias a la magia protectora, a las supersticiones, pero simplemente, generadores de intriga empleados para despistar al lector del tema real.

¿Por dónde nos llega la intriga?
La intriga nos va a llegar desde varias fuentes.
Una de esas fuentes será el anciano tío Julián, que cumple con un papel importante, ya que irá aportándonos datos que recupera de entre su montón de anotaciones.
Una visión de como fue ese último día que compartieron la familia Blackwood al completo.

Sobre Constance y Merricat ya he hecho algunos apuntes breves, pero he obviado mencionar esperando este momento, que son dos personajes que aportarán suspense debido a su extraño y enfermizo comportamiento. Elementos que nos introducen en una atmósfera opresiva, de aislamiento, y que nos hará dudar de todo cuanto leemos.
En este punto, también podríamos hablar sobre la actitud, para nosotros extraña, de la gente del pueblo y por supuesto, de ese primo Charles que aparece casi a la mitad de la obra.
Como diría Karl Max, y haciendo referencia a ese comportamiento raro del pueblo...
 "Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado"

Y por último las elipsis. Esos silencios con los que se rellenan algunas de las escenas, esas sonrisas que se intercambian entre ellos y que contribuyen manteniendo la intriga hasta el punto final.

Shirley Jackson, es considerada como una de las pioneras del terror moderno, ya que muchos autores, entre ellos Stephen King, se inspiraron en sus obras.
Esta obra, la última que publicó en 1962, es una especie de tela de araña. Desde el comienzo tenemos todos los datos, pero queremos ir un paso más allá, encontrar alguna nota discordante que demuestre que no es real lo que se nos está contando. De esa forma nos acercamos al límite, y quedamos atrapados en la tela de araña, para descubrir que hemos sido engañados. Una búsqueda falsa de la realidad nos ha hecho perder la partida.

Shirley nos ofrece una voz narrativa potente, prescindiendo de monstruos terroríficos. Nos muestra al ser humano en todas sus facetas, adornado con un amplio abanico de emociones... y eso haciendo una lectura analítica da mucho, mucho miedo...


miércoles, 6 de diciembre de 2017

La caricia de la bestia de Cristina C. Pombo

Sinopsis:

En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.
La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria  y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.
Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro. Cristina C. Pombo trama una intriga originalísima que supone una vuelta de tuerca en el thriller contemporáneo, un género en que parecía que todo estaba inventado y al que, sin embargo, le faltaba traspasar una última frontera que, literalmente, está en el más allá.

Opinión:

Creo que nos encontramos ante una de esas novelas, cuya sinopsis puede actuar como arma de doble filo.
A muchos de vosotros no os atraerá el hecho de encontrar en ella, la palabra zombi, y directamente obviaréis esta lectura, pero en cambio, para otros tipos de lectores, ese término puede ser un buen gancho y despertar la curiosidad lectora.
Por lo tanto, creo que este comentario debería ir dirigido especialmente a ese primer grupo, en el cual me incluyo, que huyen del género de casquería. Os ánimo por tanto a continuar con esta reseña, ya que estoy segura de que al final os va a convencer.

Cuando leemos o escuchamos la palabra zombi, nuestros pensamientos vuelan sin querer, a esas escenas, un tanto gore, que proliferan últimamente en series de televisión, cómics y/o novelas.
Esas hipnotizantes historias, nos transportan a un futuro cercano, a un escenario apocalíptico, donde los humanos somos diezmados por un virus o bacteria, que convierte a la mayoría de la raza humana, en esos seres, de fuerza sobrenatural y actitud extremadamente violenta, que buscan de forma incesante "alimento humano", y digo alimento humano entre comillas, haciendo un pequeño juego de palabras, no porque su alimentación se base en la tan alabada dieta mediterránea, sino más bien, porque nosotros somos su principal fuente de alimentación...
Y sobre esta premisa, vemos como las historias avanzan, muchas veces sin sentido, mientras que los pocos supervivientes convertidos en una raza en peligro de extinción, se resisten a formar parte del plato principal.

El resumen editorial, como podéis comprobar no puede ser más jugoso, aunque hablando de zombis como detonante de la narración, sería más apropiado sustituir esa palabra por sugerente o intrigante

Nuestra cerebro se activa y empieza a barajar suposiciones.
La primera pista sobre el desarrollo lo encontramos en que en la página de la editorial, se cataloga el libro como novela negra, por lo tanto ya sabemos que nos vamos a enfrentar a una lectura poco corriente y con un argumento inusual.
La segunda es que la trama se sitúa en España, concretamente en Grazalema, en la sierra de Cádiz, y amigos lectores, siendo realistas y esto lo digo en "petit comité",  esas cosas de zombis, no pasan aquí en España. Aquí tenemos fantasmas, almas en pena, pícaros y mucho sinvergüenza, pero zombis, lo que se dice zombis, va a ser que no. Por lo tanto debemos anteponer la razón y recordar dos refranes, que de eso si vamos sobrados por estos lares, "No es oro todo lo que reluce" y "Las apariencias engañan".

Aclarado esto y retomando el hilo, el relato nos lleva hasta Andalucia, y lógicamente tanto los protagonistas principales como los lectores, vamos a intentar encontrar el sentido lógico a esa situación que se narra al inicio y que nos deja, prácticamente sin aliento.

El terror o la angustia que nos atrapa desde las primera páginas, va a dar paso a un thriller con una investigación de fondo, dividiendo el argumento en cuatro partes, con un total de 88 capítulos muy breves, a lo largo de los cuales, os avanzo, que la intriga irá en aumento.
La racionalidad como he dicho intentará imponerse sobre los indicios, y poco a poco sobre hipótesis, se configurará un argumento original pero sobre todo bien urdido.
Y es que, todos los hilos están bien atados, en ningún momento se dejan detalles en manos del azar, y eso es algo muy bueno para un libro y para sus lectores.

Los giros argumentales se convierten también en elementos fijos en esta historia, manejados con acierto.
La autora, juega con nosotros y mayormente con la sorpresa, hasta tal punto, que en algún momento me dejó literalmente con la boca abierta.

La relación entre los dos protagonistas es otro de los puntos fuertes. Una relación, que al comienzo se nos presenta bastante tensa.
Ambos personajes son de fuerte carácter y no acostumbran a ceder, dando juego para que Cristina C. Pombo, configure una serie de diálogos y actuaciones bastante intensas.

"—Vale, vamos a ver—retoma Tébar, volviendo a su hieratismo—, si tú me dijeras que vienes de pescar y acabas de ver, con tus propios ojos y sin lugar a dudas, a un ser en medio del agua, con una potente y brillante cola de pez, unida de forma indisoluble a un tronco de mujer, y que nadaba y se zambullía dejando claro, por los tiempos de inmersión, que el agua era su medio natural, y yo te dijera que eso se llama sirena, ¿quién está loco? ¿El que afirma ver un ser que no existe o el que da la denominación correspondiente?
Cons la mira unos segundos.
—Y entre una persona que intenta buscar una explicación racional a una realidad y otra que, como no entiende dicha realidad, se limita a negarla, ¿quién es el loco?—pregunta él."

Nos ofrece un dúo que al principio se repele y atrae a partes iguales, pero que están destinados a entenderse.
Se supone que el lector ante algunas situaciones debe posicionarse a favor de uno u otro, es a lo que nos tienen acostumbrados la mayoría de autores, al igual que es inevitable que en el lector se despierte un mayor afecto por alguno de ellos; pero en esta historia nos va a resultar imposible elegir.
Yo, al comienzo, no sabía por cual de ellos sentirme más atraída, los dos son de fuerte personalidad, pero también sufren una interesante evolución. Al final terminas adoptando a ambos, adorándolos por igual.

Pero hay otro detalle que no debo olvidarme de mencionar, antes de terminar, y que hace referencia a esa evolución de los personajes que he mencionado en el párrafo anterior.
La autora a pesar de que la investigación no se detiene en ningún momento, dedica un tiempo a cada personaje.
Hay espacio para las relaciones personales, para su pasado, lo que viene a complementar el perfil que ya nos hemos podido crear de ellos y además de entretener, nos distrae del asunto principal.
Los personajes poco a poco van humanizándose ante nuestros ojos, volviéndose reales.
Entramos en contacto íntimamente con la Inspectora Laura Tébar, con una mujer que pasados los cincuenta sigue sintiéndose muy viva, activa y sobre todo válida, pero que siente como tiene que demostrarlo día a día.
El subinspector Merino, llamado Cons, es su complemento ideal aunque le cuesta reconocerlo.
Un chico más joven, con instinto y que no duda en arriesgarse a la menor ocasión.
Ambos personajes tienen algo en común, y es que Merino, a pesar de su aspecto juvenil, también quiere demostrar que es un buen policía, por ese motivo vamos a ser testigos de como intentan robarse el protagonismo a la menor oportunidad.

Y poco más me queda por decir, salvo desearos ¡bon appétit! y tranquilidad a la hora de degustarla...
Supongo que esto último habrá sonado un poco macabro, pero tratándose de muertos vivientes, es lo que hay...



lunes, 20 de noviembre de 2017

Escrito en el agua de Paula Hawkins

Sinopsis:

Tras cautivar a veinte millones de lectores en todo el mundo con La chica del tren, Paula Hawkins vuelve con una apasionante novela sobre las historias que nos contamos al recordar nuestro pasado y su poder para destruirnos.
Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado…
No te fíes nunca de una superficie en calma, no sabes lo que puede haber debajo.

Opinión:

Reflexiones lectoras...
Hasta hace muy poco, dentro del género del thriller o suspense, teníamos un subgénero muy amplio, el de thriller psicológico, que abarcaba todas esas novelas que generaban una respuesta emocional en el lector.
Historias con tramas elaboradas y personajes que dejaban huella. Novelas negras, que se caracterizaban por la ausencia de detectives y donde los protagonistas, gente de lo más corriente, intentaban resolver un misterio rozando casi la obsesión, por ejemplo, James Stewart en la famosa película de Hitchcock, La ventana indiscreta.
Ahora, dentro del thriller psicológico, se ha abierto una nueva categoría, una pequeña división dependiendo de quién protagoniza la historia.

Esas novelas que se caracterizaban por un argumento que giraba alrededor del estado emocional de uno o varios personajes; ofreciéndonos distintos puntos de vista; versiones contradictorias que nos hacían dudar y que mantenían el suspense hasta casi el final, gracias a los constantes giros argumentales; han pasado a denominarse, si el protagonista es femeninodomestic noir.
No os confundáis, no hablamos de nada nuevo, tan solo de una división dentro de la categoría de thriller psicológico; una evolución para mi gusto negativa, que hace distinciones dependiendo de quién investiga.
Unas novelas que dicen tener como lectores mayoritarios a mujeres, porque nos identificamos con las protagonistas... (Comentario sorprendente, leído en una revista cultural...)
Para este nuevo subgénero, con el que nos sentimos tan identificadas, dicho esto con sarcasmo, casi siempre se elige a mujeres, con demasiadas cargas a sus espaldas, complejos, inseguridades y una larga lista de adicciones.
Os pongo ejemplos, La chica del tren, La mujer del camarote 10, ya reseñadas aquí, o ésta misma.

Pero hablemos sobre esta historia catalogada dentro del subgénero, para mí polémico, de domestic noir.

Escrito en el agua 
Quizás la nota más característica de esta novela, es que el argumento gira una y otra vez sobre sí mismo, intentando despistar al lector, llegando al punto de que en ocasiones parece despistar incluso a la propia autora.
Supongo que por mi introducción ya sabréis que no me he quedado muy conforme con esta historia. Podría poneros aquí, directamente la imagen de la puntuación, pero ya sabéis que me gusta intentar razonar tanto lo positivo como lo negativo en todo lo que leo.

Más no siempre es mejor...
Esta es la segunda novela de Paula Hawkins.
La primera ya la he mencionado, la archiconocida, Chica del tren, y en su momento me pareció una obra original que llegué a calificar como recomendable, porque a pesar de tener algún que otro altibajo, para ser la ópera prima de una joven autora, se dejaba leer bastante bien.
Pero ahora nos presenta una segunda historia, con los mismos ingredientes que ya vimos en su anterior libro, sumados a un batiburrillo de elementos mezclados, que para mí, han sido imposibles de digerir.
Me gusta que los autores innoven, que no repitan una y otra vez lo mismo en sus obras. Paula Hawkins lo intenta, pero muere en el intento...
Crea un buen argumento, incluso se arriesga a repetir la misma estructura que ya vimos en su anterior obra, donde cada personaje tenía su propio hilo argumentativo. Los personajes se iban sucediendo y con su relato hacían avanzar la trama...
Y os preguntaréis, ¿qué hay de malo en ello? Pues hasta aquí nada, pero la autora intenta reformar la estructura ya conocida, añadiendo nuevas piezas, para mi gusto demasiadas, y falla estrepitosamente al no poder manejarlas todas con coherencia.
Pero profundicemos en esos detalles...

En esta novela nos enfrentamos a varios tipos de personajes...
Los que cuentan con mayor protagonismo en la historia, ofreciéndonos un relato en primera persona, y los secundarios, que lo harán a través de un narrador en tercera.
¿Qué nos aporta esto, además de distinguir quién tendrá un mayor peso en la trama? pues la verdad, muy poco.
Sabemos que las narraciones en primera persona, nos mostrarán su interpretación de los hechos. Irán construyendo para nosotros al personaje de Nel Abbott, pero ¡cuidado! siempre según su opinión, y veremos como esa imagen difiere de un personaje a otro.
Las narraciones de los protagonistas, serán muy introspectivas, mezclando una parte bastante extensa de pensamientos con la investigación y sus avances.
Por lo tanto, ya conocemos dos tipos de personajes, pero hay otro más, el que corresponde a Nel Abbot, la fallecida sobre la que gira la historia.
Este personaje también cuenta con un hilo propio, pero esta vez nos hará llegar los datos en forma de novela aún sin publicar, un proyecto sobre el que trabajaba.

Más elementos:
Pues bien, si os parecen pocos los mencionados hasta el momento, añado alguno más.
En esta historia también habrá espacio para las anacronías, es decir, para los saltos en el tiempo. De esta forma nos encontraremos con narraciones que nos harán retroceder hasta 1679, 1920, 1983 y 1993, y otras que nos llevarán a la actualidad, 2015.

La trama
El argumento intenta mostrarnos sobre todo, las relaciones entre la gente del pueblo y los grandes secretos que se esconden en esa localidad pequeña.
Historias que se van construyendo sobre montones de mentiras y malentendidos.
Un grano de arena termina creciendo hasta convertirse en una montaña sin sentido y esa, es precisamente la sensación que me ha llegado como lectora.

La trama crece con cada opinión y pensamiento de los personajes. Cada cual añade su versión, retuercen y dan la vuelta al argumento una y mil veces con el afán de despistarnos, pero lo único que consigue la autora es hastiar.
Intenta que tengamos un montón de sospechosos, porque todos los personajes tienen motivos para parecer culpables, pero eso a mí se me olvidó, yo encontraba demasiados elementos mezclados en una misma novela, que solo conseguían que me preguntase, a dónde quería llegar la autora.
Mi mente vagaba siempre hacia el personaje de Nel Abbott, tanta gente pensando mal sobre ella no la sitúa en muy buena posición, aunque la autora al final intenté demostrar lo contrario...

El final 
Tarda en llegar pero al fin llega, y en ese momento y pensándolo detenidamente, me daba exactamente igual, quién había matado a Nel Abbot, y los motivos que le habían inducido a hacerlo o si por el contrario, se había suicidado.
Paula Hawkins prefiere dar protagonismo a los giros argumentales y pasar de puntillas sobre los grandes escenarios sobre los que se construye el argumento; espacios avalados por el misterio, como la poza de las ahogadas y los bosques que la rodean, entornos que habría dado mucho juego y totalmente desaprovechados.


martes, 14 de noviembre de 2017

Buena gente de Áurea L. Lamela

Buena gente ( Inspector Zalo Alonso y la forense Carmela Archer 02)
Sinopsis:

Sara recibe la llamada de una antigua compañera de estudios. Le pide que su marido, el inspector Zalo Alonso, busque a Marcia, una mujer brasileña que vive en Lugo y de la que su familia en Brasil no sabe nada desde hace meses. Suponen que un amante respetable, adinerado y extremadamente posesivo, la había retirado de la prostitución y alejado de todos sus allegados. Pronto se descubre su siniestro paradero: un cadáver sin identificar aparecido meses atrás en el atraco de una gasolinera. La forense Carmela Archer no tarda en sospechar que ese no es el lugar del crimen, y alberga dudas de la veracidad de la autopsia. El inspector y la forense tendrán que descubrir la vida oculta y desapercibida de la víctima entre los habitantes de esa ciudad en la que parece que todos se conocen pero nadie la echó de menos.

Opinión: Buena gente ( Inspector Zalo Alonso y la forense Carmela Archer 02)

En la primera novela, Áurea L. Lamela, nos presentaba al inspector Zalo Alonso y a la forense experta en perfiles psicológicos, Carmela Archer; dos protagonistas, que de forma lenta pero sin dejar opción para el aburrimiento, se hacían entrañables al lector, dejando la puerta abierta a unas intensas ganas de continuar leyendo sobre sus futuros casos.
En ese inicio de saga, la autora nos transportaba con precisas descripciones, a una ciudad de provincias en apariencia apacible, Lugo. Un escenario, que escondía secretos a voces, donde todos parecían conocerse, y que frase a frase, iba adquiriendo protagonismo, convirtiéndose en un personaje omnipresente de excepción que observaba silencioso el ir y venir del resto de figurantes. Hasta aquí aventuro, que respecto a esto, nada ha cambiado.

En esta obra encontramos muchos elementos de calidad, que sumados a los ya mencionados en la anterior reseña, convierten a esta saga, en una lectura recomendable.
La autora, nos acerca a una crónica social negra, pero de ficción tan real, que en muchos momentos puede parecer que nos encontramos ante una noticia extraída de cualquier diario.
Ha conseguido describir con destreza el ambiente y los escenarios por los que trascurre este nuevo caso, y algo muy importante... ha complementado el perfil que ya teníamos de los dos personajes principales, profundizando más en su relación laboral y haciéndolos más cercanos, al tiempo que también lo hace con el resto personajes secundarios, de fuerte carácter, que ya nos acompañaron en el anterior libro y que dan vida a esta serie, convirtiéndose en el elenco fijo.

De esta forma, vamos conociendo en profundidad al Inspector Zalo Alonso; a Carmela Archer la forense; a Sara la esposa de Zalo, un personaje que en ocasiones me pone de los nervios por su tendencia a inmiscuirse en el desarrollo de las investigaciones, analizándolas como si de una novela policíaca se tratase.

En buena gente, su autora nos ofrece de nuevo una historia compleja y al tiempo arriesgada.
Nos acerca al mundo de la prostitución, al tráfico ilegal de personas, a la corrupción, a la falta de moralidad, a las mentiras, y de fondo, a la indiferencia que muchas veces despiertan estos hechos en la sociedad; en resumidas cuentas, una novela negra que como no podía ser de otra forma, actúa como denuncia social, tratando temas actuales.

Una desaparición dará el pistoletazo de salida a la investigación, y lo que en un principio parecía ser algo sencillo, sin muchas complicaciones, se va retorciendo al avanzar, terminando enlazada a otra trama más espinosa.

Se repite el ritmo lento que ya vimos en Nadie sabía, una narrativa pausada con la cual vamos conociendo a esos nuevos personajes y el nexo que les une, además de los detalles que se van añadiendo al nuevo caso.
Aquí debo hacer un pequeño inciso e insistir, aunque no son muchos los nuevos personajes si pueden ocasionarnos alguna complicación si no leemos con atención, porque todo en esta historia, está relacionado.
Los personajes secundarios, entran y salen de escena, complican el argumento y nos engañan con su comportamiento.Todos parecen sospechosos, tienen algo que ocultar, y en mayor o menor grado, son lobos que se esconden tras una piel de cordero.

Hay otros detalles que se agradecen, por citar alguno más y aunque pueda parecer algo ridículo, a mí particularmente me gusta encontrar referencias entre las páginas del libro que hagan alusión al título elegido, una especie de juego entre autor y lector.
Eso puede parecernos a simple vista una nimiedad, pero lo cierto es que me descoloca mucho, leer una historia cuyo título al final no tiene nada que ver con lo que encuentro en el interior.